Dos exaltos cargos de Barcelona en Comú en el Ayuntamiento de Barcelona se movilizan contra la decisión adoptada por el pleno de Barcelona, el máximo órgano democrático en todo aquello que compete a la ciudad, para la reurbanización de la ronda de Sant Antoni. El pasado 29 de abril, 31 de los 41 concejales aprobaron reformar la ronda de Sant Antoni con un proyecto de pacificación que ya había sido validado, licitado y anulado por el gobierno de Ada Colau en 2018. Todos los partidos votaron a favor de la propuesta de Ciutadans, incluido el PSC, que gobierna con Colau. Todos menos los comunes, que se abstuvieron. Como la decisión no ha gustado, ahora grupos próximos a los comunes, con exaltos cargos del Ayuntamiento y algún que otro representante de Barcelona en Comú entre ellos, han decidido movilizarse. Y en eso andan.

Este lunes, el conflicto por la reurbanización de la ronda de Sant Antoni se ha trasladado al ámbito vecinal, tras meses de choque entre Barcelona en Comú y PSC que han afectado a las relaciones personales de regidores de los dos partidos. Una serie de entidades -dicen que unas 40, aunque las hay de fuera de Sant Antoni-, entre ellas Fem Sant AntoniAcció Raval y la AVV de Sant Antoni, no quieren que en la ronda vuelva a haber tráfico y piden peatonalizar más la arteria. Casualmente, es muy similar a lo que quieren el concejal del Eixample, Pau González, y la teniente de alcaldía de Urbanismo y Ecología Urbana, Janet Sanz, de la que dependen de las obras, que han pedido actualizar el proyecto de 2018.

Tuit de Gala Pin, excargo de Colau, sobre la reforma de la ronda de Sant Antoni / TWITTER GALA PIN

GALA PIN Y MANU SIMARRO, MOVILIZADOS

Entre las personas de los comunes que se han movilizado figuran la exregidora de Ciutat Vella, Gala Pin; el exdirector de alcaldía de Colau, Manu Simarro, y el actual miembro de Barcelona en Comú y vecino de Sant Antoni, Enric Bárcena. Llama la atención que se oponen a una pacificación que contempla un carril por sentido de circulación para buses y taxis, un carril bici bidireccional en el centro, aceras de 8,2 metros por lado y más árboles. Esta opción también propone un carril de carga y descarga y de servicios junto al Raval. Nada más.

"Rueda de prensa 'Queremos una ronda que ponga el vecindario al centro'. Decenas de entidades defienden la pacificación total de la ronda de Sant Antoni. Por una ronda en la que quepan todas las vecinas sin hacer una guerra a los pobres", escribió Pin en Twitter. Con el tuit, la exregidora quería cargar contra los vecinos y comerciantes, que liderados por la Plataforma d'Afectats per la Llosa de Sant Antoni, llevan más de dos años y medio aguantando problemas de incivismo, robos, peleas, borracheras y trapicheos de droga en la ronda. Y la porquería que ha generado numerosos días el mercado de la miseria, una especie de top manta de productos sacados del contenedor ante la inacción municipal y que forzó a Albert Batlle, concejal de Seguridad y Prevención, a poner vigilancia policial las 24 horas del día. En los últimos meses, a los vecinos que el lunes montaron la rueda de prensa de protesta contra la decisión del pleno no se le había oído, apuntan desde la plataforma de afectados.

Tuit de Manu Simarro, exdirector de alcaldía con Colau / TWITTER MANU SIMARRO

Otro que se dejó ver fue el exdirector de alcaldía Manu Simarro y excargo de la máxima confianza de Colau. Para Simarro, "Barcelona en Comú (su partido) y PSC quieren echar atrás una de las mayores conquistas del espacio público para el vecindario de los últimos años en Barcelona. Solo con movilización lo detendremos y hemos comenzado a hacerlo con asociaciones de vecinos y de familias", dijo en Twitter. La decisión, a diferencia de lo que escribió Simarro, no la toman Barcelona en Comú y PSC, sino el pleno de Barcelona, donde están representados los concejales votados por la ciudadanía. Y los comunes, por cierto, no votaron a favor. Se abstuvieron. Y lo único que se busca con la reforma es adecentar una calle que ahora lleva cuatro años en desuso.

TRES PROPUESTAS

La historia es simple: la losa de Sant Antoni se instaló para albergar las carpas provisionales de los comerciantes del mercado mientras se reformaba el histórico edificio. La remodelación acabó en 2018 y desde entonces la losa se ha convertido en un nido de vandalismo, porquería y molestias. Vecinos y comerciantes de la ronda se organizaron, hartos de no dormir y de malvivir ante la inacción municipal. Montaron la Plataforma d'Afectats per la Llosa de Sant Antoni, y tras meses de lucha, protestas y reuniones con todos los grupos municipales, consiguieron el compromiso de sacar la polémica losa a finales de año y reurbanizar la calle después.

El problema, ahora, radica en qué proyecto se debe ejecutar. Estos vecinos y comerciantes, junto a otra veintena de entidades, defienden que se recupere la propuesta de 2018, a la que ahora se oponen el resto de colectivos próximos a los comunes. Además de la reforma de 2018, el área de Urbanismo ha puesto otras dos propuestas sobre la mesa: la segunda idea defiende una vía todavía más pacificada, con un único carril de circulación en sentido de bajada, es decir desde la plaza de la Universitat hasta el mercado de Sant Antoni, un carril bici bidireccional en el centro, un carril de servicios y de carga y descarga en el lado del Eixample, aceras más anchas (hasta 11 metros en el lado del Raval) y más verde. Y la tercera plantea convertir la ronda de Sant Antoni en una calle totalmente peatonal, sin ningún tipo de circulación, con una plataforma única de 30 metros de largo y zonas verdes. Así lo explicó Metrópoli en exclusiva hace un mes.

UN EXPEDIENTE LICITADO Y ANULADO HACE CUATRO AÑOS

Sanz tiene previsto reunirse con representantes de todos los ámbitos vecinales este miércoles. La regidora no quiere dar su brazo a torcer porque las decisiones del pleno no son jurídicamente vinculantes. Los contrarios a la reforma de 2018 se volverán a manifestar y el 29 de mayo tienen previsto hacer una paella popular -para que le se supone que habrán pedido los permisos correspondientes- y "defender una ronda sin humos porque nuestras criaturas puedan jugar sin ser atropelladas", escribió Simarro. Llama poderosamente la atención que cuando Simarro formaba parte del gobierno de Barcelona en Comú, el pasado mandato, el proyecto que ahora rechaza fue aprobado y una parte de las obras licitadas por unos 5 millones. Y luego se anuló en medio de una oleada de recortes. El expediente oficial se puede consultar aquí

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