Calle València METRÓPOLI

Eixample

La calle València, la pesadilla de los coches tras el desplazamiento del tráfico por la superilla

Este último año se ha convertido en uno de los tramos más utilizados por los barceloneses a la hora de cruzar el distrito de punta a punta hacia el Besòs

19 noviembre, 2023 23:30
Clara Fernández Gala Espín

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La calle València es una arteria de Barcelona con una particularidad importante desde hace un año: se ha convertido en uno de los tramos más utilizados por los barceloneses a la hora de cruzar el distrito de punta a punta, desde la avenida Tarragona hasta la Meridiana en sentido Besòs. Pero, ¿por qué? Los vecinos de la capital catalana no cuentan con muchas más alternativas para desplazarse hasta el este, tan solo la Gran Via de les Corts Catalanes, que también sufre importantes retenciones. La avenida Diagonal –hasta hace unos meses otra opción– está cortada al tráfico por las obras del tranvía desde la calle Lepant, y Consell de Cent ha quedado inhabilitada tras su transformación en una calle peatonal por las obras de la superilla del Eixample.

Todos estos contratiempos urbanísticos han convertido la calle València en un embudo de coches, que sobre todo durante las horas punta, hacen casi imposible la circulación por la avenida. Si a todo esto se le suma la incorporación hace tres años de un carril bici a lo largo de la vía, da como resultado una calle que se ha convertido en una pesadilla para los cientos de barceloneses que la cruzan a diario.

"Paso por València todos los días para ir a casa. Antes cruzaba por Consell de Cent, pero como ahora es peatonal no tengo otra opción porque si no me toca dar mucha vuelta y pierdo más de media hora", comenta a Metrópoli un vecino de la zona. Su caso no es el único. Otros conductores que se desplazan por València se encuentran con el mismo problema: “Suelo venir muy pronto, aunque si un día me retraso un poco a partir de las ocho ya es un caos”, explica un motorista, que destaca que cuando llueve busca alternativas para evitar el tráfico que se forma en la calle: “En coche es mucho peor”.

COLAPSO CONSTANTE

Al preguntarles sobre el peor momento del día en relación con el tráfico, algunos coinciden que se trata de la mañana, otros por la noche y un numeroso grupo apunta a todo el día, sin distinción ninguna. "Siempre está a tope de coches", explica un hombre que viene una vez por semana desde Sabadell.

En la calle València hay más de una veintena de párquings, una buena opción para muchos de los vecinos de la zona, que optan por dejar el coche en el primero que encuentran para ir andando hasta su domicilio u oficina. "Vivo aquí y desde hace un año es terrible. Siempre está colapsado. He tardado 20 minutos en dar la vuelta a la manzana en rambla Catalunya", explica desesperada una vecina.

Coches, motos y bicicletas circulando por la calle València, en el Eixample barcelonés

Coches, motos y bicicletas circulando por la calle València, en el Eixample barcelonés GALA ESPÍN Barcelona

Otra mujer en su misma situación comenta a este medio que desde Provença con paseo de Gràcia ha invertido media hora de su tiempo para llegar hasta la calle València: "Colau ha dañado las calles. La culpa de este caos circulatorio es de la superilla, con la que han cerrado muchísimas arterias principales del centro, y también de los carriles bici".

EL CARRIL BICI MÁS LARGO DEL EIXAMPLE

En julio de 2020, Barcelona inauguraba el carril bici más largo del Eixample: el de la calle València. Tiene un total de cinco kilómetros, desde Tarragona hasta Meridiana, y une el Llobregat con el Besòs. Según datos del Ayuntamiento de Barcelona, cada día pasan entre 2.000 y 2.300 bicis por el carril, que sustituyó uno de circulación destinado al vehículo privado.

El carril cuenta con dos configuraciones diferentes. Desde la calle Tarragona hasta Roger de Llúria, las bicicletas circulan paralelamente a los coches, en un carril separado por unos pilones que se colocaron para proteger a los ciclistas. En la segunda mitad del tramo, desde Roger de Llúria hasta Espronceda, la vía se sitúa entre la acera peatonal y el carril de estacionamiento de los vehículos. En este tramo de aparcamiento para coches están colocados los contenedores de la basura, con lo que el carril bici obligó a reubicar parte del mobiliario urbano y repintar las líneas del suelo.