El grupo de JuntsxCat exige al gobierno de Ada Colau y Jaume Collboni que abra la plaza de Sant Jaume este jueves por la tarde, 23 de septiembre, para los ciudadanos puedan protestar contra la acción del ejecutivo local y la propia alcaldesa durante el pregón de la Mercè. Coincidiendo con una nueva pitada a Colau, el Ayuntamiento ha programado en la emblemática plaza el Toc d'inici de los festejos. La consecuencia: Sant Jaume estará cerrado durante cinco horas, de las 17.00 a las 22.00 horas, y solo podrán entrar los que tengan reserva para el espectáculo.

Con esta decisión, recuerda JuntsxCat, se impedirá que personas de distintos colectivos -entre ellos grupos antiColau, empleados despedidos de Barcelona Activa, algún sindicato de la Guardia Urbana (CSIF) y la entidad Espai Gos- puedan protestar en la plaza, algo que es una tradición en la ciudad desde hace años durante el pregón de la Mercè o la misa del día 24. De hecho, en 2012, Xavier Trias (como alcalde) y Artur Mas (como presidente de la Generalitat) recibieron una sonora pitada, abucheos y lanzamientos de huevos por parte de trabajadores de TMB y de Parcs y Jardins.

CENSURA: "HAN CRUZADO ALGUNOS LÍMITES"

"Ya sabemos alcaldesa que no le gusta que la silben y que le afecta mucho. Lo vimos en el pregón de la fiesta mayor de Gràcia, y sabemos que su equipo está dispuesto a hacer lo que haga falta para ahorrarle el disgusto, como ocurrió en la fiesta mayor de Sants. Pero ahora, todos, han cruzado algunos límites", ha dicho el portavoz de Junts Jordi Martí.

¿Qué sentido tiene que nos tengamos de inscribir para seguir un pregón de fiesta mayor en la plaza de Sant Jaume si se acaba de celebrar una manifestación con centenares de miles de personas el sábado 11 de septiembre por la Diada, o la concentración contra la ampliación del aeropuerto de la calle de Tarragona el pasado domingo?", se pregunta Martí.

Jordi Cuixart y Ada Colau durante el pregón de las fiestas de Gràcia / AJ BCN



ASUMIR LA CRÍTICA Y LA PROTESTA

Para Junts, la ciudadanía tiene derecho a protestar, "y los representantes políticos e institucionales tienen que asumir la crítica y la protesta. Pedimos al gobierno de Colau y Collboni que abran la plaza a todo el mundo que lo quiera; no se aíslen y escuchen el grito de la gente que rechaza la gestión del gobierno municipal y que pide acabar con la decadencia y la degradación de Barcelona".   

A pesar del veto municipal, la intención de los convocantes es protestar desde las calles adyacentes a Sant Jaume o desde la contigua plaza de Sant Miquel, otro de los accesos al Ayuntamiento. Luis Fernández, portavoz de la asociación vecinal AVIS del Bon Pastor y miembro de los grupos antiColau, ve el precinto de la plaza como un acto de "censura pura y dura, algo que nunca había pasado", y considera que de esta forma la alcaldesa ha creado un "monstruo mayor". 

SALVAJE PITADA EN GRÀCIA

A mediados de agosto, Colau recibió una sonora pitada en el pregón de la fiesta mayor de Gràcia que hacía Jordi Cuixart, presidente de Òmnium. Cuando la alcaldesa se puso frente al micro, el público de la plaza de Rius i Taulet arrancó con una salvaje pitada que impidió a Colau prácticamente articular palabra. La primera edil de la ciudad acabó llorando.

Dos semanas después, en las fiestas de Sants, la protesta se repitió, pero fue mucho menor. Según el relato de un vecino, varias personas de los comunes se le acercaron a él y a otros que pitaban a Colau y les dijeron que dejaran de hacerlo y que se fueran de allí. Según se desprende de su relato, el gobierno municipal planificó el acto con la intención de evitar el escenario de Gràcia.  

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