Así fue la avalancha humana en una discoteca de Sant Cugat
Un padre de una menor herida denuncia el desmadre provocado por la falta de planificación de las carpas
10 octubre, 2021 20:44Noticias relacionadas
Las carpas Drinking Lemon de Sant Cugat del Vallès habían confirmado unos 4.000 jóvenes confirmados, pero el aforo permitido no superaba las 1.800 personas. Cuando el viernes abrieron las puertas se produjo una avalancha humana que se saldó con seis heridos, según el Servei d'Emergències Mèdiques (SEM). Un padre que evitar dar su nombre denuncia, sin embargo, que los heridos fueron mucho más. Su hija fue una de ellas.
La chica, de 16 años, como la inmensa mayoría de los asistentes, todos menores, fue una de las primeras en llegar. Sobre las 00.00 horas se colocó en la puerta de estas carpas ubicadas en la carretera de Rubí, en un gran descampado. Los promotores de la discoteca habían invitado los asistentes a través de Instagram y mensajes de Whatsapp. La fiesta corrió como la pólvora y miles de adolescentes acudieron a la cita.
ATAQUES DE ANSIEDAD
"Cuando abrieron las puertas entraron como locos y hubo una avalancha humana. A mi hija le pasaron por encima varias personas. Ella tuvo suerte porque un chico la vio y la estiró para fuera", cuenta. La chica sufrió contusiones y algunos arañazos. Una personas fue ingresado en el hospital .Muchos jóvenes sufrieron ataques de ansiedad por el estrés de la situación.
Furgones de antidisturbios de los Mossos d'Esquadra acudieron al lugar para dispersar a la masa de gente y gestionar el caos que reinó en este punto de Sant Cugat. A pesar de estos incidentes, el negocio siguió con la fiesta miles de personas disfrutaron de una noche de discoteca.
SIN CERTIFICADO COVID
Este padre, junto a otros de los progenitores de los heridos, están organizando una denuncia colectiva contra el local. Además, este hombre asegura que la discoteca no pedía certificado covid, un requisito imprescindible que impone la Generalitat para los locales del ocio nocturno que abrieron sus puertas este jueves tras 574 días cerrados. Antes de la pandemia en la entrada de estas carpas eran habituales los botellones y las peleas, según denuncia el padre.