Las jeringuillas y la heroína: dos desafíos con los que tiene que convivir el Instituto Miquel Tarradell y la Escola Milà i Fontanals de primaria del Raval. Estos centros educativos, contiguos entre sí, son víctimas de la cultura asociada a los narcopisos en el barrio desde hace años. Una realidad incómoda de la que no pueden escapar, ya que los toxicómanos acostumbran a consumir en la calle d'Agustí i Sanpere, donde están ubicados los colegios, debido a la cercanía de puntos de venta en la zona.
AUMENTO EN LOS ÚLTIMOS MESES
Uno de los episodios reportados por Metrópoli tuvo lugar en 2017 cuando los profesores de la escuela encontraron jeringuillas delante de las puertas del colegio, a las 16:30 horas, cuando los niños y niñas salieron del centro educativo.
Esta problemática persiste como una melodía que se repite sin variación pasados siete años y se ha intensificado "en los últimos tres meses", según la directora del Instituto Miquel Tarradell, Verónica Santos.
EL 112, EL NÚMERO ESTRELLA
La jefa de estudios asegura a este digital que cuando detectan que alguien "se está pinchando enfrente del centro llaman al 112". Una práctica que ya tienen interiorizada, debido a su frecuencia. "Siempre sucede lo mismo, vuelven a concentrarse personas diferentes", confirma Santos.
Aunque la directora reconoce que este servicio es eficaz en el momento, ya que "se los llevan de inmediato y recogen las jeringuillas", no es una solución que transcienda en el tiempo y "acabe con el consumo" en las inmediaciones del colegio.
RECOLECCIÓN DE JERINGUILLAS
Ante esta situación, el ayuntamiento implementa diversas medidas para mitigar el impacto del consumo de drogas en el espacio público. Una de ellas es la recolección de jeringuillas, como afirma a este medio: "Los servicios de limpieza del consistorio la llevan a cabo diariamente en la zona de la plaza Joan Amades, generalmente entre las 7:30 y las 8:30 horas".
Esta cifra se ha ampliado notablemente en los últimos años, "garantizando turnos mañana, tarde y noche durante los siete días de la semana", confirma el consistorio.
"NO PODEMOS HACER MÁS"
No obstante, el plan de limpieza no logra satisfacer a Santos, a pesar de que le proporcionan números de contacto para casos de avistamientos en la periferia del centro. "Vienen muy rápido, eso sí", comenta la directora. Sin embargo, considera que esta medida no es suficiente y desde la institución educativa, "demandamos mayores acciones".
Por su parte, la directora de la Escola Milà i Fontanals, Rosa Sensat, confirma a este medio que activa el protocolo de seguridad y se coordina con los Mossos d'Esquadra al detectar esta práctica en las inmediaciones de su colegio. "No podemos hacer más", expresa con impotencia.
ESPACIOS DE CONSUMO SUPERVISADO
Además de la recolección de jeringuillas, el ayuntamiento se involucra activamente con las personas que consumen drogas en estos lugares, alentándolas a utilizar los servicios de reducción de daños disponibles, que incluyen espacios de consumo supervisado.
"La ciudad cuenta actualmente con 31 agentes de salud que realizan intervenciones en el espacio público con las personas que consumen drogas para vincularlas a los servicios de atención sanitaria y social", confirma el ayuntamiento a Metrópoli.
PATRULLA POLICIAL
Santos es consciente de la imposibilidad de contar con la presencia policial las 24 horas del día vigilando el colegio, aunque, como ella misma afirma, "en el fondo le gustaría" con el fin de proteger a sus alumnos.
A pesar de este deseo, la parte racional de su mente prevalece: "Serían unos recursos tirados impresionantes mientras los niños están dentro del colegio", destaca.
ENTRADA Y SALIDA DEL COLEGIO
La propuesta que plantea es que "los agentes que patrullen por el barrio pasen con más frecuencia para controlar si hay jeringuillas o personas consumiendo drogas".
Por ahora, la única medida a la que pueden aferrarse, además de la recolección de jeringuillas, es la vigilancia de la Guardia Urbana en la entrada y salida del colegio, ya que este servicio, al menos en teoría, "debería estar presente", según indica la directora, aunque no siempre se cumple.