¿Fomento del turismo de calidad en Barcelona?

Todos los fines de semana de enero, febrero y marzo Els Mercats de Pagès organizan una calçotada popular de fomento del turismo popular en Barcelona de la mano del Ayuntamiento, que les presta espacios emblemáticos.

Este segundo sábado de enero, tanto los visitantes como los nativos han podido disfrutar de la oferta en diferentes puntos de la ciudad: Fort Pienc, Germanetes (Consell de Cent/Borrell, un enclave pacificado), Guinardó y Sants-Les Corts. Los ayuntamientos de Sant Cugat y Vilassar de Dalt también colaboran cediendo emplazamientos públicos a estos agricultores.

DOMINGOS, EN SAGRADA FAMILIA

“Productes ecològics, de comerç just i quilòmetro cero. Un espai de barri on omplir la panxa i la cistella. T’hi esperem!!!”, reza el reclamo publicitario.

Los domingos le toca el turno a la Sagrada Familia, que ve ocupado su lado montaña, así como el pasillo de la plaza que nace en la esquina de Sicília con Provença, donde se instala un comedor al aire libre amenizado desde unos potentes altavoces.

El comedor improvisado para la 'calçotada' popular de Els mercats de pagès frente a la basílica

Además de los puestos de venta de productos agrícolas ecológicos, al mediodía se puede degustar un menú de calçots, butifarra y postre por el módico precio de 15 euros. Por la misma cantidad, quienes lo deseen pueden cambiar la butifarra por un plato de paella vegana elaborada también a la vista del público.

Una ración de calçots cuesta 11 euros y una de paella, ocho. También existe el menú paella (entrada, arroz vegano “de montaña” y postre) por unos imbatibles 10 euros. Todas las tarifas responden a un precio especial para los “amigos del mercat”, un club abierto al que se pueden apuntar todos los que pasen por el lugar.

DICEN PAELLA EN LUGAR DE ARROZ

Los extranjeros que no hayan probado nunca una paella se harán una idea extraña de este plato valenciano, máximo representante de la cocina española en el mundo, cuando coman la vegana de estos payeses que nos visitan los fines de semana.

Pero aún más desconcertados quedarán los hoteleros que se han apuntado a promocionar el turismo de calidad en Barcelona, no aumentando su número sino mejorando la oferta residencial y de restauración para favorecer una selección más o menos natural. Y el consistorio, que también se llena la boca de las mismas proclamas pero que en paralelo autoriza el timo ecológico que suponen estos tics neorrurales en la Cataluña del siglo XXI.

Calçots en la plaza Sagrada Familia

Después de ver el espectáculo en Sagrada Família, visité el Lucus, un bar restaurante situado a unos 100 metros del tenderete vegano. Ocupa el espacio que un día fue la barra del Innsbruck y el comedor de L’Encís. Salió a saludarnos José Luis, el nuevo chef y encargado del local, que se interesó por nuestra opinión sobre las croquetas de jamón con alioli de Coca-Cola y las bravas hechas con las patatas enteras, piel frita incluida. Se la dimos –positiva--, pero no tuvimos el valor de preguntarle por la competencia que le plantará el ayuntamiento cada domingo en la puerta de al lado.