Una parada de libros durante un Sant Jordi anterior en Barcelona

Una parada de libros durante un Sant Jordi anterior en Barcelona EUROPA PRESS

El pulso de la ciudad

División entre los libreros por el primer Sant Jordi de pago en Barcelona

La decisión del Gremi y del Ayuntamiento de tener que pagar una cuota por instalar una parada en el centro de la ciudad ha generado malestar entre el sector del libro

21 abril, 2024 23:30

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Este Sant Jordi será recordado por ser la primera edición de pago. El carácter festivo de la Diada ha quedado entelado por las críticas y los roces entre libreros y el Gremi de Llibreters de Catalunya por la decisión de implementar un método de copago, que obliga a todas las librerías y editoriales profesionales a pagar por instalar su parada en las calles más céntricas de Barcelona. La guerra ha estallado entre los propios libreros, que se dividen entre los partidarios de pagar y los que lo ven como “una privatización” de Sant Jordi.

Según explica a Metrópoli Eric del Arco, presidente del Gremi, la decisión responde a la saturación de las principales calles en años anteriores. “No se puede volver a poner paradas como antes porque no caben. Actualmente, hay 435 puestos y es imposible moverse si no hay buena organización”, matiza. Del Arco también recuerda que en ediciones pasadas, muchos de los libreros se quedaban sin espacio porque cuando llegaban “ya se lo había robado alguien”. Por esta razón, se ha creado por primera vez un espacio para profesionales con todo un despliegue organizativo para que se trabaje “en mejores condiciones”. Habrá puntos de luz, generadores eléctricos e incluso agentes de seguridad.

A favor de pagar por un servicio

Olga Federico ve esta medida “con sentido común”. La librera de La Impossible asegura a este digital que se está confundiendo el objetivo de la decisión. “No es una tasa porque no pagas al Ayuntamiento, como muchos señalan. Pagas un servicio que cuesta dinero. Habrá zonas concretas para profesionales, tendremos electricidad y todo estará mucho más controlado”, opina Olga.

"Era cuestión de tiempo", asegura Aitor Martos de la librería La Sendak. Martos reconoce a este digital que el problema no es que se pague o no, porque se mantiene la gratuidad si tienes la parada delante del establecimiento. "El problema va más allá. Sant Jordi se ha masificado y se tienen que tomar medidas de seguridad que tienen un coste", señala Martos.

Puestos de libros en la Diada de Sant Jordi de 2023

Puestos de libros en la Diada de Sant Jordi de 2023 ARCHIVO

Pero también hay voces contrarias dentro del sector, como Raquel, de la librería Horitzons. La librera critica a Metrópoli que se trata de una “privatización” de una fiesta popular como es Sant Jordi. Raquel cree que hay un afán recaudatorio de la administración y de los gremios, que lo han visto como la oportunidad perfecta para que la Diada sea una fuente de ingresos. “En las ediciones anteriores ha funcionado bien y sin pagar”, recuerda Raquel.

Pero el presidente del Gremi lo desmiente. Según subraya a este medio, el pago asumirá los costes hasta ahora “inasumibles” que se financiaban con dinero público. “Todo esto cuesta 250.000 euros y desde el sector nos responsabilizamos de un 10 o 15%”, detalla Del Arco. Además, también recuerda que no es obligatorio pagar, ya que el Ayuntamiento de Barcelona instala 100.000 puestos gratuitos, aunque sin ninguna de las condiciones mencionadas. Solo tendrán que pagar una cuota aquellos que quieran instalar una parada en los espacios reservados para profesionales.

Más de 100 entidades en contra

Ona Ediciones también se posiciona en contra. "Sant Jordi es un momento de visibilización del mundo del libro en su amplia diversidad, no sólo un gran negocio", aseguran a Metrópoli. 

Los sentimientos de incomprensión y malestar se movilizaron bajo un manifiesto que firmaron más de 100 entidades, entre ellas las editoriales Virus y Descontrol, que recuerdan que no es la primera vez que se quiere privatizar Sant Jordi. En 2022 se ideó la Superilla Literària, en paseo de Gràcia, que aprovechando la situación pospandemia y las restricciones sanitarias configuraron un espacio hecho a medida para aquellos que formaban parte del gremi. Ya entonces firmaron el manifiesto Normalitat privatitzada.

Este modelo se empezó a implementar con el anterior gobierno de los comunes, que abrió un "proceso de externalización de la gestión del espacio público, que se ha naturalizado hasta llegar a la situación actual", denuncian. Este modelo también introduce "desigualdades" entre los profesionales y no profesionales y entre los agremiados y no agremiados. Un hecho que comparten desde Ona Ediciones. "Esta forma de vincular la elaboración y circulación de libros con la vinculación a una institución, ya sea gremio o similares, excluye a los que no quieren participar de esta lógica", señalan a este digital.

Diada de Sant Jordi en una edición anterior

Diada de Sant Jordi en una edición anterior EUROPA PRESS

La decisión se anunció en una breve nota de prensa a finales de febrero, de un día para el otro, "con el tiempo justo y sin ningún debate público previo". Según afirma la librera de Etcètera a Metrópoli, una decisión como esta se tendría que haber tomado en “asamblea” y "no sólo entre Cambra y Administración”.

Los más críticos comparan el modelo de este año con una “lógica de recinto firal”, aunque incluso en las firas, habitualmente, se ceden infraestructuras. Raquel, de Horitzons, apunta que si tienen que pagar, al menos, les podrían ayudar en alguna cosa simbólica, como dejar gratis el parking para la furgoneta.