Javier Cottet, CEO de Cottet y vicepresidente de Barcelona Oberta

Javier Cottet, CEO de Cottet y vicepresidente de Barcelona Oberta SIMÓN SÁNCHEZ

El pulso de la ciudad

Javier Cottet, empresario, sobre las más de 250 obras activas en Barcelona: “Hay comercios donde caen las ventas”

El vicepresidente de Barcelona Oberta lamenta la “insensibilidad” del Ayuntamiento con los comerciantes a la hora de planificar los trabajos en la ciudad, y reivindica su consenso con el sector comercial  

Relacionado: Toque de atención de Junts a Collboni por la falta de planificación de las obras: “Pedimos sentido común”

Llegir a Català
Publicada
Actualizada

Barcelona está hasta arriba de obras, y uno de los sectores que más lo sufre es el comercial. Actualmente, se están ejecutando alrededor de 280 actuaciones en la vía pública. Unas cifras que hacen mella, no solo entre la población –que lidia con afectaciones constantes a la movilidad–, sino también en el bolsillo de los comerciantes.

Esta situación no es nueva. Los representantes de las principales entidades comerciales de la capital catalana llevan tiempo reclamando ayudas para el sector y un mayor diálogo con la administración pública. “Las obras deberían realizarse en coordinación con los afectados”, reivindica Javier Cottet a este digital.

“Somos conscientes de que son proyectos necesarios, pero el Ayuntamiento de Barcelona debería ejecutarlos de manera que afecten lo mínimo posible a vecinos y comerciantes”, añade el vicepresidente de Barcelona Oberta.

Aplicar rebajas fiscales

Una de las medidas que propone la asociación es aplicar bonificaciones fiscales a los propietarios de comercios que ayuden económicamente a sus inquilinos a afrontar la situación. “Muchos eligen hacerlo, pero es una decisión voluntaria”, explica Cottet, que pide al gobierno de Collboni actuar como intermediario para fomentar este tipo de iniciativas.

“En Alemania, cuando las obras son de larga duración, la administración pública compensa con el beneficio neto, como ocurrió aquí durante la pandemia”, detalla.

Precisamente sobre este tipo de actuaciones, Cottet se muestra más crítico y señala que, con un mayor presupuesto, podrían ejecutarse en menos tiempo. Sin embargo, Ayuntamiento y Generalitat se “pasan la pelota”, según Cottet, lo que dificulta alcanzar un acuerdo.

Avisar a los locales afectados

Los trabajos de la nueva estación de Manuel Girona son un ejemplo de ello. Con una duración prevista de al menos cuatro años, la culminación de las líneas L9 y L10 se convierte en uno de los proyectos municipales más ambiciosos de la ciudad en el ámbito de la movilidad, pero también en uno de los más escabrosos.

Las obras provocan el corte de la calle Doctor Ferran, entre Manuel Girona y Diagonal, donde hace tan solo unos meses abrió un nuevo restaurante japonés.

El acceso al local, según Cottet, es “bastante complicado”, lo que le lleva a reflexionar sobre la obligación moral de los ayuntamientos de avisar con antelación a los negocios antes de iniciar unas obras de larga duración a los comerciantes, algunos de ellos inmersos en procesos de reforma o situaciones complejas.

Afectaciones por las obras de la nueva estación de Manuel Girona en Barcelona

Afectaciones por las obras de la nueva estación de Manuel Girona en Barcelona AJ BCN

“Si tienes previsto hacer unas obras que durarán cuatro años, eso se avisa”, denuncia Cottet, quien remarca que debería ser una obligación. “Si el consumidor no puede acceder a tu comercio, estás muerto”, sentencia.

Sin embargo, el Ayuntamiento de Barcelona –añade– tan solo se limita a colocar carteles indicando los comercios que hay en una calle en obras. “Lo hacen cuando nos quejamos y lo presentan como una gran solución, pero en realidad no sirve de mucho”, lamenta en declaraciones a Metrópoli.

Subida de alquileres

Via Laietana es otra de las avenidas más castigadas por las obras. Tras más de tres años “patas arriba”, el pasado junio se inauguró su transformación, que encara ahora la recta final con las últimas afectaciones al tráfico desde la calle Jaume I.

El gobierno municipal de Barcelona culmina así la transformación de una de las arterias más emblemáticas de la ciudad, cuyas obras comenzaron en marzo de 2022, bajo el mandato de Ada Colau.

Estos trabajos han supuesto –y aún suponen– un auténtico quebradero de cabeza para los negocios de la zona. “Hay comercios donde caen las ventas. Una óptica se puso en contacto conmigo para decirme que lleva más de un año y medio con una caída de más del 50 %”, lamenta Cottet. “Además, ha tenido que despedir a ocho trabajadores”, añade.

Y para más inri, los problemas no terminan con el fin de las obras, sino que, en algunos casos, se agravan. Muchos propietarios, con la excusa de que la zona se ha revalorizado, han subido los alquileres. “Las empresas son personas, no lo olvidemos”, remarca Cottet.