La dejadez de una emblemática biblioteca: la Jaume Fuster de Gràcia llena de grafitis
El equipamiento, que fue premio FAD de arquitectura, acumula pintadas al igual que la plaza de Lesseps, donde está ubicado
12 enero, 2022 00:00Noticias relacionadas
La biblioteca Jaume Fuster, por ahora, la mayor de Barcelona, presenta un estado lamentable. Dos grandes grafitis presiden la fachada principal. Sin embargo, la dejadez es generalizada, con otras pintadas en más partes del edificio, suciedad y orines. El equipamiento, en el distrito de Gràcia, fue inaugurado a finales de 2005. Las imágenes de esta información son del lunes, 10 de enero.
Los grafitis que más llaman la atención son dos de grandes dimensiones que se encuentran sobre la puerta de acceso. Para hacerlos, a los grafiteros no les ha quedado más remedio que subirse al tejadillo que sirve de vestíbulo de entrada a la biblioteca. "Da asco", dice el consejero de Barcelona pel Canvi, Jordi Daura. "Hace tiempo que veo las pintadas". La biblioteca, obra del arquitecto Josep Llinàs, recibió el premio FAD de arquitectura en 2006.
En la parte trasera de la biblioteca, los incívicos han hecho también de las suyas y han pintado otras paredes, rejas y demás mobiliario urbano. Algunos de los grafitis están a medio borrar. El estado de abandono y la falta de mantenimiento son muy evidentes. Fuentes del distrito de Gràcia aseguran que los grafitis de la biblioteca son recientes, "de las últimas semanas", y ya se ha dado aviso para que los limpien.
GRAFITIS EN MEDIO DE LA PLAZA DE LESSEPS
El problema de los grafitis en Gràcia no se limita a la biblioteca Jaume Fuster. La propia plaza de Lesseps, donde se encuentra el centro de lectura, acumula numerosas pintadas. Una de las vidrieras centrales lleva tiempo abandonada, sin que se haya hecho ninguna limpieza, con metros y metros de dibujos de todos los tamaños y colores.
Metrópoli ya denunció hace casi un año la degradación de la plaza del Poble Romaní, con decenas de grafitis. Según Daura, la imagen de "decadencia" es visible en distintos puntos del distrito. Y en un hilo en Twitter cita varios ejemplos: las citadas biblioteca Jaume Fuster y la plaza del Poble Romaní, así como la plaza de les Dones del 36 y la confluencia de Torrent de l'Olla con Astúries.
POLÍTICAS PREVENTIVAS Y MULTAS
Barcelona pel Canvi, rebautizado como Valents, pide a Eloi Badia, concejal del distrito, que limpie los grafitis, "y si con eso no es suficiente que ponga en marcha políticas preventivas y multas", dice Daura. En el próximo pleno del distrito, que se tiene que celebrar el 9 de marzo, la formación valorará presentar un ruego o una proposición en esta línea. El gobierno de la ciudad asegura que, a medida, que se van detectando las pintadas se pasa aviso y se programan las actuaciones de retirada.
El Ayuntamiento de Barcelona gasta cada año 4,6 millones en la limpieza de pintadas. El consistorio adjudicó a principios de 2021 un contrato por tres años para sacar grafitis de las calles y edificios de Barcelona. La oferta pública, que es hasta 2023, es por valor de 13,7 millones. Durante los nueve primeros meses de 2020, el Ayuntamiento limpió cerca de 200.000 metros cuadrados de grafitis, concretamente 184.830,14. En 2019, durante todo el año, fueron 394.471,18 metros cuadrados. Ciutat Vella, con más de 40.000 metros cuadrados de pintadas eliminados, es el distrito en el que se cometen más pintadas no autorizadas.
En términos generales, la normativa municipal sobre las pintadas es muy clara. El artículo 20 de la Ordenanza de convivencia, aprobada a finales de 2005 con Joan Clos de alcalde, establece la prohibición de hacer pintadas y grafitis en todo el espacio público, así como en el mobiliario urbano, vehículos del transporte público, equipamientos y edificios públicos o privados.
EXCEPCIONES
Sin embargo, la normativa establece excepciones. Sí que se permiten los murales artísticos con la autorización del propietario o del Ayuntamiento en espacios habilitados para ello. Cuando el grafiti se quiera hacer en un bien privado "que se encuentre de forma visible o permanente en la vía pública será necesaria, también, la autorización expresa del Ayuntamiento".
La Ordenanza de convivencia -conocida popularmente como Ordenanza de civismo- prevé un régimen de sanciones por hacer pintadas. Las multas oscilan entre los 120 y los 3.000 euros en función del nivel de la infracción: leve, grave (cuando las pintadas afectan a los elementos de transporte o señales viarias, entre otros) o muy grave (por ejemplo, los grafitis en monumentos o edificios catalogados).