Transformación de la calle Pi i Maragall de Barcelona

Transformación de la calle Pi i Maragall de Barcelona AJ BCN

Gràcia

Antifrau investiga la reurbanización defectuosa de la calle Pi i Margall en Barcelona

El organismo admite la denuncia del PP por el reasfaltado de la calle, que ya acumula cerca de un millón de euros en costes tras los desperfectos en la reurbanización impulsada por el gobierno Colau

La “chapuza” de Pi i Margall escenifica la ruptura entre comunes y PSC en Barcelona

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La Oficina Antifrau de Catalunya ha abierto una investigación preliminar para esclarecer si hubo malversación de fondos públicos o sobrecostes injustificados en la reforma del paseo de Pi i Margall, en el distrito de Gràcia, después de admitir a trámite una denuncia presentada por el Grupo Municipal del Partido Popular de Barcelona.

La denuncia, firmada por el portavoz popular Daniel Sirera, se centra en los graves desperfectos que sufrió la calzada apenas un año después de haberse ejecutado la obra de pacificación impulsada por el anterior equipo de gobierno municipal, encabezado por Ada Colau y Barcelona en Comú.

"Se pagó una reforma que no ha resistido ni 12 meses, con afectaciones graves para la seguridad vial y el bienestar de los vecinos", ha asegurado Sirera. El inicio de la investigación ha sido adelantado por 'La Vanguardia'

Calle de Pi i Margall tras su reurbanización

Calle de Pi i Margall tras su reurbanización AJ BCN

Reasfaltado millonario tras una reurbanización mal ejecutada

El Ayuntamiento de Barcelona se ha visto obligado a reparar por completo el pavimento de la calzada, una intervención que comenzó el pasado 14 de julio y que se prolongará hasta finales de agosto.

El nuevo asfaltado tiene un presupuesto estimado de casi un millón de euros, una cifra que ha encendido las alarmas tanto en la oposición como en buena parte del vecindario afectado.

Los desperfectos aparecieron pocos meses después de la finalización de la obra original. Baldosas sueltas, hundimientos y baches han generado quejas por parte de usuarios y vecinos, así como advertencias de riesgo para el paso de autobuses, taxis y vehículos de emergencia.

Responsabilidades cruzadas entre comunes y socialistas

La situación ha reavivado el conflicto entre Barcelona en Comú y el PSC, antiguos socios de gobierno en la ciudad y hoy profundamente enfrentados.

Calle de Pi i Margall, en Gràcia

Calle de Pi i Margall, en Gràcia AJ BCN

La reforma de Pi i Margall, promovida durante el anterior mandato, se llevó a cabo sin adaptar los materiales del pavimento al paso constante de vehículos pesados, según reconoció recientemente la concejala socialista y responsable del distrito de Gràcia, Laia Bonet.

Bonet explicó en un consejo extraordinario celebrado el 4 de julio que, si bien el PSC defendió que se tuviera en cuenta el paso de autobuses durante la planificación, esa advertencia no se trasladó finalmente al equipo técnico encargado del proyecto.

“Tenemos una calle que no aguanta el peso de los vehículos que necesitamos. El problema fue no comunicar adecuadamente la necesidad de modificar los materiales”, dijo la edil.

Desde BComú, la versión es muy distinta. Su portavoz, Adriel Micael del Valle, acusó al actual gobierno municipal de aprovechar políticamente una obra pública para "hacer populsimo”. Aseguró que se trata de una situación habitual en obras de reurbanización, y rechazó cualquier intento de responsabilizar directamente a su formación. 

La primera teniente de alcalde de Barcelona, Laia Bonet, en una imagen de archivo

La primera teniente de alcalde de Barcelona, Laia Bonet, en una imagen de archivo David Zorrakino - Europa Press - Archivo

Una calle convertida en símbolo del desencuentro político

Más allá del debate técnico, Pi i Margall se ha convertido en símbolo del distanciamiento entre los comunes y los socialistas, una relación cada vez más tensa y marcada por el cruce de reproches.

Durante el actual mandato, BComú se ha consolidado en una oposición frontal al gobierno de Jaume Collboni, a pesar de algunas cesiones iniciales en cuestiones fiscales. La posibilidad de una coalición ha quedado completamente descartada y los comunes han optado por erosionar políticamente al PSC, con vistas a las elecciones municipales de 2027.