El camino de Érika, la niña trans de Badalona que lucha por su visibilidad
La menor, con tan solo ocho años, fue la primera niña de Cataluña en conseguir un cambio de nombre y de género en el DNI
8 marzo, 2022 00:00Noticias relacionadas
Érika lo supo prácticamente desde que nació. De pequeña, se miraba al espejo y se veía como una niña. La angustiaba verse reflejada como alguien que no era. "Ya en la guardería, se refería a sí misma como ella", explica a Metrópoli la madre de Érika, Cristina. "No hubo un momento en concreto en el que ella se diese cuenta de su identidad, era algo que se fue desarrollando desde que vino al mundo", aclara.
Padres jóvenes, a Cristina y a Javier no se les pasó por la cabeza ignorar las manifestaciones de su hija, "aunque a él le costó los primeros años, sobre todo por la falta de información". Cristina defiende al padre de Érika: "No podemos culpar a alguien por la manera en la que lo han educado".
"INTENTARON QUE RECTIFICÁSEMOS"
Desde la guardería a la que asistía Érika les comunicaron a sus padres que tenían que rectificar la manera en la que se dirigían a la niña. "Que teníamos que tratar de reconducir la situación porque no era normal", rememora Cristina.
Sin embargo, en su entorno familiar siempre se aceptó la manera de manifestarse de Érika. "Al principio no le dábamos importancia e incluso le intentaba imponer que vistiese con ropa de niño, pero por su bienestar, dejé de hacerlo", comenta la madre de la niña. "No entiendo, por el bien del menor, que unos padres no escuchen a sus hijes".
DIFICULTADES EN LA EDUCACIÓN
Cristina explica a este medio que, para Érika, las cosas no han sido fáciles, especialmente en su etapa educativa. "En el colegio aún podía formar algo de piña con otras familias que se interesaban por su caso. En el instituto no tengo esa suerte", explica la madre de la ahora adolescente, que está teniendo dificultades para encontrar su sitio, "como todas las niñas de su edad".
Sin embargo, no fue hasta hace pocos años, en el 2016 cuando Ensenyament instauró un protocolo de actuación para atender los casos de alumnos transgénero. El protocolo insta a los docentes y directivos a dirigirse al alumno transgénero por su nombre sentido, el cual será utilizado en la documentación interna y otros informes, como las notas. "Después de una lucha incansable, por fin se respeta la identidad de los menores", celebra Cristina, que por aquel entonces era la vicepresidenta de la Asociación de Familias de Menores Transexuales Chrysallis.
CAMBIO DE NOMBRE Y GÉNERO EN EL DNI
En el 2014, Érika inició su tránsito y actualmente está bajo la supervisión del equipo profesional del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, donde reside la familia. La niña se encuentra en una fase de bloqueadores "que ella decidió tomar", señala su madre, para que no se manifestasen los caracteres secundarios masculinos. El próximo paso es la hormonación.
Tan claro lo tenía Érika, que a los ocho años un juez le otorgó el cambio de nombre y de género en el DNI, convirtiéndose en la primera niña en toda Cataluña en conseguirlo. "Para llevar a cabo el trámite le preguntaron que desde cuándo se sentía niña y dijo que desde que nació", relata Cristina.
"TE VAPULEAN"
Ahora Érika ya está entrando en la adolescencia y este cambio está siendo algo más complicado. "En el instituto todo es un poco más conflictivo y ella a veces no encuentra su sitio. Le cuesta socializar con otros compañeres que se comportan según los han educado en casa", lamenta su madre.
Cristina dejó la vicepresidencia de Chrysallis porque su activismo la "invisibilizaba". "La acción se llevaba a cabo en Barcelona, pero yo tengo que trabajar por un espacio seguro donde ella resida, que ahora es Badalona". Por ello, la mujer forma parte de la junta directiva de Tornem-hi, el colectivo LGTBIQ+ del municipio. "Es muy difícil a veces, te juzgan y te vapulean y piensas que la vida es injusta".
ALARMA POR EL SUICIDIO DE UN NIÑO TRANS
La madre de Érika recuerda un momento de miedo atroz en el año 2015, cuando en los medios de comunicación se dio a conocer el suicidio de Alan, un adolescente transgénero de Rubí. El chico, de 17 años, era víctima de bullying y se quitó la vida la víspera de Navidad.
Alan había logrado hacía un mes modificar su DNI, al igual que Érika, pero no pudo celebrarlo durante mucho tiempo. Al menor lo acosaron en varios centros, también en Sant Cugat, y estaba ingresado en el hospital por depresión. Un final trágico que la madre de Érika no está dispuesta a vivir. La lucha de su hija por la visibilidad trans continúa.