Sant Feliu de Llobregat (Baix Llobregat) ha tenido que paralizar las obras de demolición de la antigua estación de tren de Renfe. Un hombre ha okupado las instalaciones en un "intento de proteger uno de los edificios con más historia del municipio" e impide unos trabajos que iban a iniciarse este lunes por la mañana. Se trata del activista e ingeniero Andrea J. Meseguer, que se encerró en la estación la pasada noche de Sant Joan. Tranquilo, asegura que los Mossos d'Esquadra no pueden echarlo porque "han pasado más de 48 horas". Ahora el Ayuntamiento de Sant Feliu está tratando de ver como lidiar con este imprevisto.

EVITAR EL DERRIBO DE LA ESTACIÓN

Este lunes, los operarios encargados de las obras de soterramiento de la histórica estación de tren de Sant Feliu de Llobregat se han encontrado con un contratiempo que les ha impedido seguir con los trabajos de demolición del antiguo edificio: Andrea J. Meseguer, activista e ingeniero, ha okupado las instalaciones para evitar su derribo. "Estoy intentando salvar una estación que tiene más de 169 años de historia y que está a punto de ser destruida de forma completamente injustificada", ha explicado. 

Estación de Sant Feliu de Llobregat / WIKIPEDIA

El hombre, que okupa el espacio desde la pasada noche de Sant Joan, ha afirmado que no se irá hasta que se dicte una orden judicial y que permanecerá en señal de protesta por la actuación urbanística. Los Mossos d'Esquadra tampoco pueden hacer nada porque han pasado más de 48 horas desde que se "instaló" en la estación. Adif, propietaria del edificio, ha denunciado la okupación ilegal de la estación. Mientras tanto, las obras continuarán con el calendario previsto, enfocadas ahora en otras zonas del proyecto hasta que se desaloje a Meseguer. El Ayuntamiento de Sant Feliu confía en que sea durante las próximas horas, según han confirmado a Metrópoli

MOMENTOS DE TENSIÓN

Entre los más de tres días que Meseguer lleva okupando la estación, se han vivido momentos de tensión con los operarios de Adif, que, por otro lado, intentan avanzar con el calendario de las obras de derribo de la estación. A través de redes sociales, el activista ha explicado las presuntas amenazas y agresiones que ha recibido por parte de los trabajadores: "Han cogido una barra de hierro, me han empujado y me han tirado del pelo. Les he dicho que están en mi casa y que si me tengo que ir ya me lo dirá la policía y no ellos. He llamado al 112, pero al ver que los gritos se escuchaban desde la calle han decidido marcharse".

La lucha de Meseguer por mantener la estación de tren de Sant Feliu, una de las más antiguas de España, no es algo reciente. El activista e ingeniero de profesión lleva años poniendo en valor el edificio y abogando por unas obras que conserven las instalaciones, una petición que no cuenta, sin embargo, con el apoyo de la población. El consistorio sanfeliuense ha recordado en un comunicado que el nuevo diseño contempla su preservación, así como la de todos los elementos recuperables del edificio original, con los que se habilitará un futuro museo en la estación soterrada.

REIVINDICACIÓN HISTÓRICA

El soterramiento de las vías de la estación de tren de Sant Feliu es una de las reivindicaciones vecinales más antiguas del municipio, que desde hace décadas divide la ciudad en dos. Pese a su alto valor patrimonial, con los años la supresión de su paso a nivel se ha convertido en una necesidad para sus vecinos, por el número de víctimas de atropello mortal que ha habido en el municipio a lo largo de los años. 

Antiguo paso a nivel de la estación de Sant Feliu de Llobregat / ADIF

En 2018, el estado español decidió desencajar el proyecto. El presupuesto del soterramiento de las vías sobrepasa los 100 millones de euros, a los que hay que añadir los casi 10 millones que costará soterrar la antigua estación. Es uno de los proyectos más complejos de la historia ferroviaria española que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), a través de Adif, espera acabar en un plazo de cuatro años. Las obras, que se iniciaron en junio de 2021, supondrán una transformación urbana trascendental para la capital de la comarca del Baix Llobregat. 

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