Narek comenzará en septiembre a estudiar bachillerato en un centro de Santa Coloma de Gramenet. El niño es la primera generación de una familia de Armenia que ha nacido en España. Sus padres tuvieron que dejar su país de origen en busca de mejores oportunidades, huyendo de un conflicto internacional que no copa las portadas de los periódicos ni se hace hueco en los telediarios.

Como la familia de Narek, más de 500 armenios siguieron su camino y se asentaron en el municipio liderado por Núria Parlon (PSC). Ellos forman una de las comunidades más numerosas de toda el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) donde, según el padrón municipal, viven unos 3.500 ciudadanos del país asiático.

La comunidad armenia de Santa Coloma frente al Ayuntamiento / CEDIDA

ASOCIACIÓN CULTURAL

La ola migratoria de armenios que huían de su país comenzó en el 1998. La crisis económica y la guerra por Nagorno Karabaj, una región independiente del Cáucaso Sur, movilizó a sus habitantes, que se trasladaron en su gran mayoría a Francia, pero también a España. Sin embargo, los que decidieron asentarse en Santa Coloma forman parte de un reciente flujo de emigrantes.

Así lo explica Sarkis Hakobyan a Metrópoli. Sarkis es el fundador e impulsor de la Asociación Armenia en Catalunya Ararat, un proyecto que nació en el 2007 y que tan solo un año después tomó forma en el municipio colomense. El hombre, formado en administración, lucha para representar su comunidad en todo el mundo y, sobre todo, para concienciar a los más jóvenes: "No queremos que los más pequeños pierdan su identidad. Tienen que conocer su idioma y su historia, hacer piña", ha explicado Hakobyan.

SABER DE DÓNDE VIENEN

Con este objetivo, Sarkis creó un espacio cultural y solidario en Santa Coloma. El Ayuntamiento les cedió un local, uno ubicado en el barrio de Singuerlín, para llevar a cabo diferentes actividades: desde clases del idioma (con 36 letras en su alfabeto) hasta lecciones de música e historia. "El objetivo es aglutinar a la comunidad", ha detallado el impulsor de la asociación, que insiste en recordar el trágico genocidio que sufrió su pueblo durante la Primera Guerra Mundial a manos del gobierno de los Jóvenes Turcos del antiguo Imperio otomano: hasta un millón y medio de armenios fueron víctimas de la deportación forzosa y del intento de exterminio de su cultura. Un holocausto que se caracterizó por su brutalidad en las masacres y que hoy en día se conmemora el 24 de abril.

Aquel dantesco episodio quedó atrás, pero el problema que azota actualmente a Armenia es otro que provoca la misma consecuencia que el holocausto producido entre el 1915 y el 1923: la diáspora de sus habitantes. "El conflicto de Nagorno Karabaj es poco conocido, pero tiene una gran importancia. Actualmente se puede calificar como crisis humanitaria", ha narrado Sarkis.

Una de las clases impartidas por Sarkis a jóvenes armenios / CEDIDA

HUIDA DEL CONFLICTO

Nagorno Karabaj es una región de unos 4.400 kilómetros cuadrados situada en el Cáucaso Sur donde hoy conviven tres países que antes formaban parte de la Unión Soviética: Georgia, Azerbaiyán y Armenia. La disputa por gobernar este espacio ha llevado a que Azerbaiyán bombardease hace tan solo unos meses algunas localidades de Armenia, que ya no cuenta con el férreo apoyo de Rusia, inmersa desde hace más de un año en la guerra con Ucrania. Este contexto habría dado alas al país azerí, rico en petróleo y gas, para reavivar el conflicto armado.

La región funciona como un Estado independiente desde el referéndum de 1991 y en ella viven unos 150.000 habitantes, de los que el 80% son armenios de religión cristiana. Sin embargo, los años siguientes fueron un período negro: murieron 35.000 personas y más de medio millón se desplazó a otros países, según Naciones Unidas. Ahora, el éxodo continúa.

ESTUDIOS SUPERIORES

Lo cierto es que el periodo de adaptación cuando alguien emigra de un país a otro es costoso, pero los armenios cuentan con facilidades: Armenia es uno de los países de la antigua URSS con uno de los índices de estudios más elevado, ya sean universitarios o cursos politécnicos que aquí serían formaciones profesionales", ha explicado Sarkis.

Una base que les permite trabajar de lo que han estudiado: "En un principio accedíamos a trabajos más básicos como los del sector de la construcción o la limpieza, pero eso está cambiando", ha asegurado Hakobyan. "Las personas ya se han adaptado e integrado".

Letras armenias en Santa Coloma en uno de sus días señalados en el calendario / CEDIDA

MOCIÓN A FAVOR

Además de las facilidades aportadas por el consistorio colomense, la comunidad armenia también se vio reconocida hace unos años en Barcelona. La Asociación Armenia en Catalunya Ararat impulsó en el 2020 una propuesta en el Ayuntamiento de Barcelona para reconocer el genocidio que derivó en una ronda de conversaciones entre los distintos grupos políticos. Finalmente salió adelante, aunque hubo formaciones que votaron en contra como el PP.

El gobierno de Parlon, por su parte, ha subvencionado un proyecto de cooperación internacional y el contacto con diferentes ONGs y el resto de armenios asentados en Catalunya es permanente.

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