Barcelona, la ciudad del área metropolitana donde más se dispara la criminalidad
El Prat de Llobregat lidera la segunda posición del ranking, seguido de L'Hospitalet y Sant Boi
7 octubre, 2023 23:30Noticias relacionadas
Barcelona es el municipio metropolitano en el que más ha aumentado la criminalidad en el primer semestre de 2023. Los datos del Balance de Criminalidad del Ministerio de Interior muestran una tendencia delincuencial al alza en la capital catalana. Esta predisposición no es uniforme en todo el AMB, ya que en algunas localidades ha bajado. Es el caso de Badalona (-1,4%), Santa Coloma de Gramenet (-3,5%), Sant Adrià de Besòs (-2,2%), Esplugues de Llobregat (-6,7%) y Gavà (-11,3%), entre otros.
Barcelona (15%), el Prat de Llobregat (13,9%) y L'Hospitalet de Llobregat (13,6%) lideran el ranking de los municipios en los que más ha crecido la delincuencia. Cabe recordar que los hurtos son las infracciones penales que más se cometen en la capital catalana, representando la mitad de los delitos. A todos se les da el mismo valor. Es decir, que en términos porcentuales, un robo al descuido tiene la misma representación que un asesinato, a pesar de que el segundo sea mucho más grave.
LA IMPORTANCIA DE LOS HURTOS EN EL BALANCE
Esto provoca que cualquier variación en los hurtos influya exponencialmente en la criminalidad convencional. Ada Colau, durante sus dos mandatos, estuvo repitiendo hasta la saciedad que los delitos en Barcelona habían bajado. En términos absolutos era cierto, ya que se habían reducido los hurtos. No obstante, en términos relativos, la situación era muy delicada: los delitos sexuales, tráfico de drogas y agresiones con arma blanca subieron de forma alarmante.
Estas cifras han provocado que la inseguridad sea la mayor preocupación para los barceloneses, según los datos de los últimos barómetros municipales. El reto de Collboni será revertir esta situación. Su prioridad es Ciutat Vella, el distrito más complicado en términos de criminalidad. Ha impulsado un plan de choque para revertir el abandono institucional al que se han visto sometidos en los últimos ocho años.
2019, 2020 Y 2021, TRES AÑOS CLAVE
Los datos del Balance de Criminalidad se comparan con el mismo periodo del año anterior, pero para tener una visión más global de su evolución, también se pueden cotejar con periodos anteriores. No obstante hay que tener en cuenta dos factores importantes. El primero es que 2020 y 2021 no son dos años representativos, ya que las restricciones de movilidad por el coronavirus hicieron que la criminalidad se desplomara.
El segundo es que 2019 fue un año catastrófico en cuanto a la criminalidad, ya que hubo una crisis de seguridad, con varios apuñalados y muertes violentas en un periodo muy corto de tiempo. Por tanto, si se comparaban los datos de 2022 con los de 2019, las infracciones penales bajaban. Tres años después de la pandemia, ya se pueden contrastar los delitos de 2022 con los de este año, dando una visión realista del panorama delincuencial que hay en la metrópoli de Barcelona.
Desde el 2016 al 2022 la tendencia se ha mantenido más o menos estable --excluyendo los datos de 2020 y 2021--. No obstante, si se compara 2023 con 2022, la subida es palpable en Barcelona, el Prat de Llobregat y L'Hospitalet de Llobregat. En el resto de municipios, a pesar de que han bajado las infracciones penales, hay delitos graves que han crecido mucho.
LOS DELITOS SEXUALES, EN EL PUNTO DE MIRA
Es el caso de los que atentan contra la libertad sexual, que han crecido exponencialmente en todo el país. Según el Ministerio de Interior, esto se debe, en parte, a "las activas políticas de concienciación y de reducción de la tolerancia social y personal frente a este tipo de hechos delictivos". Los sindicatos policiales, por su parte, discrepan de la versión oficial y aseguran que el aumento no se debe a la conciencia feminista, sino a un claro ascenso de agresores sexuales y a perfiles violentos en la sociedad.
Esto explicaría también el aumento de otros delitos, como los homicidios consumados y en grado de tentativa, así como las riñas tumultuarias y los robos con fuerza e intimidación, que también han crecido en España. Desde que estalló la pandemia, fuentes policiales no oficiales explican a Metrópoli que han podido comprobar como los atentados contra agentes de la autoridad cada vez son más frecuentes. El poco respeto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad se acaba traduciendo en una sensación de impunidad por parte de los delincuentes, que creen que pueden delinquir sin tener ningún tipo de consecuencia, explican las mismas fuentes.
LA LUCHA CONTRA LA MULTIRREINCIDENCIA
Este fenómeno se puede ver reflejado, sobre todo, en los hurtos, un tipo de delito estrechamente relacionado con la multirreincidencia. En 2022, se modificó el Código Penal para castigar más severamente este tipo de delincuentes. Albert Batlle, teniente de Prevención y Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, lamenta que la reforma no haya tenido los efectos deseados y que la multirreincidencia siga siendo uno de los principales problemas a los que se enfrenta la ciudad.
No se trata de un fenómeno exclusivo de Barcelona ni su área metropolitana. Los Mossos d'Esquadra mantienen activo el plan Tremall, que el año pasado se saldó con 283 reincidentes detenidos 2.270 veces e implicados en 5.602 delitos, sobre todo en robos violentos y hurtos. Teniendo en cuenta estos datos, el edil socialista no descarta pedir una nueva reforma penal, ya que la mayoría de estos delincuentes, a pesar de las múltiples detenciones, siguen en libertad.
LAS VIOLACIONES SE DISPARAN EN EL AMB
En cuanto a los delitos más graves, los que generan una preocupación mayor son los que atentan contra la libertad sexual. En Barcelona se han registrado un 55% más de agresiones sexuales con penetración. En el Prat de Llobregat un 33% y en L'Hospitalet de Llobregat un 26,9%. Incluso en los municipios del AMB donde la media delincuencial ha bajado, las violaciones se han disparado.
Este es el caso de Santa Coloma de Gramenet -- subiendo un 233%-- pasando de tres a diez. Lo mismo ha sucedido en Sant Adrià de Besòs, donde también han aumentado en ese porcentaje la totalidad de los delitos sexuales. Los únicos municipios que se han desmarcado de la tendencia son Esplugues de Llobregat y Viladecans, que han registrado un descenso generalizado de las infracciones penales contra la libertad sexual.
LAS AGRESIONES CON ARMA BLANCA Y LA CULTURA DE LA NAVAJA
Los delitos graves y menos graves de lesiones y riñas tumultuarias están estrechamente relacionados con las armas blancas. Batlle hace tiempo que alerta del auge de estas infracciones, a las que denomina "cultura de la navaja", una tradición "importada de otros países", según sus palabras. La policía catalana también ha comprobado un ascenso generalizado de estos delitos y ha activado el plan Daga.
Se da la paradoja de que las riñas tumultuarias han bajado y se han mantenido estables en los tres municipios metropolitanos con más criminalidad. En Barcelona ha descendido un 6,2%, en el Prat de Llobregat un 0% y en L'Hospitalet de Llobregat un 11,6%. En el resto de localidades del AMB -- a excepción de Sant Adrià de Besòs (-40%), Esplugues de Llobregat (-54%) y Cornellà de Llobregat (-22%) -- han crecido, sobre todo en Sant Boi de Llobregat (78%).
EL TRÁFICO DE DROGAS, UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA
El tráfico de drogas es el problema de salud pública más grave al que se enfrenta Barcelona. Los barrios de Ciutat Vella se han convertido en el caldo de cultivo de los narcopisos. Este delito ha crecido un 9,4%, una cifra baja si se compara con otros municipios como Castelldefels (400%) y Santa Coloma de Gramenet (250%). L'Hospitalet de Llobregat ha conseguido reducir el tráfico de drogas en un 28,1% y, en el Prat de Llobregat, un 3,8%. La localidad donde más ha descendido el narcotráfico ha sido Esplugues de Llobregat (-50%).
El Balance de Criminalidad recoge las infracciones penales basándose en los datos de los cuerpos policiales, pero no son el único indicativo para valorar la inseguridad de los municipios. También hay que tener en cuenta las encuestas de victimización y los barómetros municipales, que registran las percepciones de los vecinos en cuanto a la delincuencia. En cualquier caso, el reto al que se enfrentan los municipios metropolitanos es hacer bajar la media de los delitos graves, que son los que más preocupan a los ciudadanos.