Carles Ruiz (Barcelona, 1962) es uno de los alcaldes más veteranos del área metropolitana de Barcelona. Este año cumple 19 frente al Ayuntamiento de Viladecans, donde gobierna desde 2005 en coalición con los comunes. De sus compañeros destaca la visión compartida sobre el conjunto de estrategias de ciudad, donde la educación y el desarrollo económico tienen un espacio prioritario.
Desde 2004, Ruiz representa a la comarca del Baix Llobregat en la Diputación de Barcelona. También es secretario del Pacto Industrial de la Región Metropolitana, una asociación que nació en 1997 con el objetivo de crear una alianza estratégica entre administraciones públicas, organizaciones empresariales y sindicatos para impulsar la competitividad de la industria, fomentar la creación de ocupación y mejorar la cohesión social y la sostenibilidad en el territorio metropolitano. Además, copreside la Red Innpulso, red de ciudades españolas que apuestan por la ciencia y la innovación.
Ruiz tiene por bandera la frase de Pablo Ruiz Picasso “la inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”, una idea que intenta aplicar cada día para mejorar Viladecans. Su principal objetivo es que los ciudadanos tengan calidad de vida y oportunidades. “Para hacerlo posible es fundamental el desarrollo económico, el impulso y la actitud emprendedora e innovadora, tres acciones con una gran capacidad de transformación” destaca con una sonrisa en una entrevista con Metrópoli. Preguntado por los valores de Viladecans, Ruiz destaca tres: su ubicación estratégica cerca del Aeropuerto de Barcelona-El Prat, las comunicaciones e infraestructuras de la ciudad y la gran implicación en el éxito de los proyectos empresariales.
En las pasadas elecciones de 2023, perdió la mayoría absoluta. ¿En qué cree que falló el PSC?
Nosotros siempre hemos estado en esta tónica, rondando la mayoría absoluta, unos años por debajo y otros por encima. En este caso, creo que nos afectó mucho los problemas relacionados con la huelga de los trabajadores de la empresa de autobuses Mohn. A diferencia de las ciudades vecinas, en Viladecans se encuentra la sede de la compañía, algo que afectó enormemente a los accesos del municipio. Esos momentos de tensión, que no dependían de una decisión del Ayuntamiento de Viladecans, sino del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), provocaron un descenso drástico de la calidad del servicio. Además, el conflicto no permitió debatir sobre otras problemáticas que afectaban la ciudad y que quedaron en un segundo plano durante la precampaña.
Siempre ha mantenido una coherencia en el equipo de gobierno en su alianza con los comunes…
Para nosotros es importante porque nos permite mantener una estrategia de gobernabilidad de la ciudad a largo plazo. Llevamos más de 25 años gobernando juntos, con lo que nos conocemos muy bien. Lógicamente, somos dos partidos diferentes y tenemos nuestras desavenencias, pero eso no obvia que en el conjunto de estrategia de ciudad tenemos una visión compartida.
¿En qué punto está la movilidad en Viladecans, tanto en relación con Barcelona como con el resto de municipios del área metropolitana?
En un año, la movilidad en Viladecans ha presenciado un cambio radical, que ha afectado positivamente en el modelo de la ciudad: la llegada del AMBici, la incorporación de nuevas líneas express como la M5, la parada de todos los trenes de Rodalies de la R2 y R2 Sud y la apertura de la vía de cornisa, que libra de mucho tráfico al centro de la ciudad.
¿El AMBici ha tenido una buena acogida?
Sí. Ha pasado como ocurrió con Barcelona, al principio tuvo un boom, siendo una de las ciudades con más usuarios. Ahora se ha ido normalizando. Yo creo que es un servicio muy necesario.
¿El siguiente paso en transporte público es hacer realidad el proyecto del metro de Delta? ¿Cree que resolvería la incoherente falta de comunicación entre dos grandes partes del área metropolitana?
Sí. El metro del Delta conectaría Cornellà con Castelldefels y tendría la ventaja de continuar hasta La Sagrera, lo que abriría una tercera entrada ferroviaria a Barcelona. La obra descongestionaría bastante el tráfico. El proyecto figura en el Plan Director de Infraestructuras de Catalunya. Pero son obras largas de hacer, en el momento en que se adjudiquen debemos contar, como mínimo, seis años porque hablamos de túneles de casi 20 kilómetros.
Esta carencia en la movilidad coincide con los problemas casi diarios en el servicio de Rodalies ¿Cómo lo ve ahora que hay un plan de inversión previsto?
En Catalunya, hay dos elementos que nos distinguen del resto del estado en términos de seguridad: por un lado, las ocupaciones, y por otro, los incidentes en las vías ferroviarias. Es bastante preocupante. Lo que ocurrió el pasado 12 de mayo con Rodalies –coincidiendo con las elecciones en el Parlamento– da que pensar. Se trataba de un punto de difícil acceso y la pieza que robaron era de poco valor, lo que en absoluto justifica el esfuerzo que se tuvo que hacer. Seguramente, había otro tipo de intención… En todo caso abre interrogantes.
Creo que también hay una falta de inversión en el sistema ferroviario. Las incidencias en Rodalies evidencian la necesidad de romper con el actual sistema de movilidad radial metropolitana. Eso provoca que cuando se colapsa un punto se paraliza toda la red. Por eso siempre abogamos por crear nuevas comunicaciones que permitan conexiones transversales. El metro del Delta permitiría conectar el Delta con los ferrocarriles, el metro y Rodalies. Con una operación tan simple, prácticamente redimensionas toda la movilidad metropolitana. Sant Vicenç dels Horts está a dos municipios de Viladecans y se necesita una hora y media para llegar en transporte público. Si no se hace en vehículo privado o pasando por Barcelona, es imposible. Por eso el proyecto es tan importante, porque genera un nuevo sistema de movilidad que rompe con el sistema radial actual.
En las elecciones al Parlament de Catalunya, en Viladecans el PSC quedó en primer lugar, seguido del PP y de Vox, en cuarta posición. ¿Le preocupa la irrupción de partidos de la extrema derecha en el municipio?
Derecha en Viladecans siempre ha habido. Lo que me preocupa es su discurso xenófobo. En general, los radicalismos no son positivos para la política porque impiden el diálogo, y, en el ámbito local, dificulta encontrar soluciones compartidas. Por otro lado, se sube el tono y se contribuye a las faltas de respeto. Esta actitud se está notando en los plenos municipales de Viladecans.
¿Hay faltas de respeto por parte de la oposición?
Hay una actitud más violenta, sí. No miran al compañero en función de lo que dice, sino de lo que representa. Me sorprende que personas que acaban de entrar en la política local de Viladecans sean tan agresivas hacia mi persona, porque no me conocen.
Durante el 2023-2025, Viladecans lidera la Red Estatal de Ciudades Educadoras. ¿Qué plantea en el ámbito educativo este mandato?
Tenemos que dar otro salto: generar un modelo de escuela diferente, que facilite la capacidad de comprensión entre los alumnos. Una de las acciones innovadoras que estamos emprendiendo es el proyecto smart-classroom, que consiste en convertir la escuela en espacios más diáfanos, menos jerarquizados. Lo estamos haciendo con todos los centros educativos del municipio. Lo bueno es que cada uno de ellos ha escogido, a través de un proceso participativo, el diseño de las aulas. Por otro lado, cambiar el entorno de los patios de los colegios, para que también sean espacios educativos. Nuestro reto es, por lo tanto, mejorar las condiciones para obtener mejores resultados adaptando los centros a la realidad de lo que debe ser la educación en el siglo XXI.
Viladecans es una de las ciudades españolas donde hay más igualdad de rentas entre su ciudadanía. ¿Cómo se ha logrado?
Lo hemos conseguido, además, manteniendo la estructura sociológica del municipio. Por un lado, tiene que ver con una fuerte política de educación, que nos ha dado muy buenos resultados en Viladecans. Hace unos años estábamos por debajo de la media catalana y de la comarca, y ahora nos encontramos por encima de las dos, un resultado que hemos conseguido mano a mano con la Generalitat. Por otro lado, somos la ciudad de Catalunya con el indicador más alto de ascensor social, es decir, los hijos tienen mejor formación que los padres. En tercer lugar, en la ciudad siempre ha habido equilibrio en el tipo de vivienda que se ha ofrecido: la mitad de los planes urbanísticos son de vivienda protegida. Por último, la diversidad de empleo que hay en la ciudad. Ahora, en Viladecans tenemos mejor perspectiva de ocupación gracias a la diversidad económica, empresarial y laboral actual. Conclusión, incrementando la renta familiar, se ha reducido la desigualdad dentro de la ciudad.
¿Hasta qué punto es importante Unilever en esta transformación?
Unilever fue de las primeras grandes compañías que apostó por la ciudad, cambiando la avenida Diagonal de Barcelona por el distrito financiero de Viladecans, rompiendo todas las barreras. De este modo se incorporaron nuevos tipos de empresas a la ciudad. Para nosotros fue muy importante tener una gran compañía que avalara la posibilidad de que el municipio fuera un importante polo de inversión empresarial. Hoy Viladecans es sede de compañías importantes porque Unilever avaló la posición e inmediatamente muchas empresas se sumaron.
¿Qué ventajas tiene Viladecans en comparación con otros espacios?
Tiene servicios dentro de la ciudad, su proximidad con el Aeropuerto de Barcelona-El Prat... Ahora estamos al 100% de ocupación, por eso estamos trabajando en una nueva isla de oficinas de 30.000 metros cuadrados. Las obras acaban de empezar y ya tienen un 30% de ocupación. Desigual, por ejemplo, está haciendo una inversión muy importante en Viladecans, donde subirá tres torres de oficinas y un espacio comercial. Tenemos muchos perfiles diferentes: Sodexo, IEBS, Kerry Logistics, Vueling, Arkyne, Avanza Baix, Ideaded...
Catalunya, pero también Barcelona, acumula un gran déficit de construcción de vivienda, tanto pública como privada. ¿Cómo se está articulando la respuesta a la falta de vivienda protegida actual en Viladecans?
La falta de vivienda es uno de los principales problemas que tenemos en la sociedad, junto a la falta de empleo de calidad, porque afecta principalmente a los jóvenes. El Govern de la Generalitat debe liderar un planeamiento en toda el área metropolitana que genere suelo, poniendo el acento en la vivienda protegida y de alquiler. El barrio de Llevant, por ejemplo, es un complejo residencial de 2.996 viviendas repartidas en 58 edificios, donde un 47% serán de protección oficial, por encima de lo que marca la ley catalana. Por otro lado, la falta de vivienda ha generado una subida de precios desproporcionada. Pero no solo en la capital catalana, porque esto es como un dominó que afecta a toda la metrópoli. Hoy en día hay barrios en Viladecans más caros que Barcelona.
¿Qué posición tiene como alcalde de Viladecans frente a la ampliación del Aeropuerto de Barcelona-El Prat?
La pregunta es, ¿qué quiere ser Catalunya? Si quieres internacionalizar la economía para que vengan empresas con talento, éstas necesitan conectarse con todo el mundo. Solo así se generan más posibilidades empresariales de exportación. El potencial de Barcelona permite atraer turismo y generar ocupación de valor añadido. El debate está claro, otra cosa es cómo se debe hacer. Yo creo que el Aeropuerto de Barcelona se ampliará, pero en consenso con el territorio.