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Sant Cugat y Badalona, los municipios de Barcelona con más retraso en la concesión de licencias de obras

A pesar de que la normativa vigente establece un plazo máximo de 60 días, múltiples ayuntamientos del área metropolitana exceden el límite

La construcción de vivienda se desploma en Barcelona mientras en el resto de Catalunya crece

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La concesión de licencias de obras en los municipios del área metropolitana de Barcelona se mantiene entre una de las principales problemáticas de arquitectos, promotores y ciudadanos.

Aunque la normativa establece un plazo máximo de 60 días para la resolución de estos permisos, en la práctica muchos ayuntamientos superan ampliamente este límite, lo que genera demoras en proyectos de construcción y rehabilitación.

Sant Cugat del Vallès: el municipio con mayores demoras

Según una encuesta realizada por el Col·legi d'Arquitectes de Catalunya, Sant Cugat del Vallès ha sido uno de los municipios más problemáticos en la concesión de licencias de obras, alcanzando un récord de 21 meses de espera en el primer semestre de 2024.

Este retraso ha provocado la pérdida de inversiones y ha supuesto un lastre para la actividad económica local.

Para solventar esta situación, tal y como ha explicado el medio catalán 3Cat, el ayuntamiento ha implementado un plan de choque que ha logrado reducir el tiempo de tramitación a una media de 80 días, que aun así sigue superando el plazo legal.

Badalona: la falta de personal retrasa los permisos

Otro de los municipios de la provincia de Barcelona con grandes retrasos es Badalona, donde la obtención de una licencia de obras tarda una media de 18 meses.

El problema radica en la falta de personal en los departamentos municipales encargados de estos trámites, una situación que afecta a diversas áreas del consistorio.

Panorámica de Badalona / EUROPA PRESS

Panorámica de Badalona / EUROPA PRESS

A pesar de que el ayuntamiento está en proceso de incorporación de nuevos trabajadores, se prevé que la medida no será suficiente para ponerse al día con las solicitudes acumuladas.

Barcelona y Castelldefels también superan el plazo legal

Barcelona y Castelldefels tampoco se libran de estas demoras. En ambos municipios, el tiempo medio de espera para obtener una licencia de obras es de 10 meses, según el Col·legi d'Arquitectes.

En el caso de la capital catalana, el alto volumen de solicitudes y la complejidad de la normativa urbanística contribuyen a estos retrasos, mientras que en Castelldefels se apunta a la burocracia como el principal obstáculo.

Rubí, Terrassa y Sant Pere de Ribes: retrasos significativos

Otros municipios de la provincia de Barcelona donde los plazos de concesión de licencias de obras también superan los 60 días son:

  • Rubí: 12 meses de espera
  • Terrassa y Sant Pere de Ribes: ocho meses de media

Estas demoras afectan negativamente al desarrollo urbanístico y a la inversión en estos municipios, generando incertidumbre entre promotores y propietarios.

Imagen del barrio del Pla de Bonaire de Terrassa / GOOGLE MAPS

Imagen del barrio del Pla de Bonaire de Terrassa / GOOGLE MAPS

Causas de los retrasos en la concesión de licencias

Las razones de estas demoras varían según el municipio, pero los expertos coinciden en señalar algunos factores comunes:

  1. Exceso de normativa: La cantidad de regulaciones a las que deben ajustarse los proyectos constructivos complica la labor de los arquitectos municipales
  2. Falta de personal: Muchos ayuntamientos no cuentan con suficientes técnicos para gestionar el volumen de solicitudes
  3. Contradicciones normativas: Algunas normativas pueden entrar en conflicto, retrasando la resolución de los permisos

Propuesta del Col·legi d'Arquitectes

Aunque el problema también afecta a municipios de otras provincias catalanas, la situación en Barcelona es especialmente preocupante debido a la concentración de población y actividad económica.

Según ha explicado 3Cat, para agilizar la tramitación de licencias de obras, el Col·legi d'Arquitectes de Catalunya propone unificar el sistema en toda la comunidad autónoma.

La idea es que los colegios profesionales supervisen la parte técnica de los proyectos, dejando a los arquitectos municipales la validación urbanística.