
El castillo medieval del Papiol en una imagen de archivo
Este es el municipio de Barcelona con las peores conexiones: “Es difícil acceder y siempre hay colas”
La ubicación y sus características urbanas hacen que entrar y salir de esta localidad del Baix Llobregat se haya convertido en un auténtico quebradero de cabeza para sus vecinos
Este es el peor pueblo para vivir cerca de Barcelona, según la IA: “Tráfico, aislamiento y falta de servicios”
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Barcelona y su área metropolitana arrastran desde hace años un problema estructural de movilidad. A diario, miles de conductores sufren atascos, accesos colapsados y un transporte público que no siempre da abasto. Pero más allá del caos en la capital catalana, hay municipios cercanos donde la situación es aún más crítica.
Uno de los ejemplos más representativos es El Papiol, un pequeño pueblo del Baix Llobregat que, pese a su tamaño, presenta serias dificultades de acceso y congestión diaria.

El frontal de un coche destrozado tras un accidente
Situado entre montañas y rodeado por grandes infraestructuras viarias, El Papiol se ha ganado la reputación de ser uno de los municipios con peor movilidad del entorno de Barcelona. Pese a su tamaño reducido y su ambiente tranquilo, llegar o salir del pueblo en horas punta puede suponer una pérdida de tiempo considerable.
Accesos limitados y colapsados
Los accesos a El Papiol se realizan principalmente a través de la autopista AP-7 y la autovía B-23, donde los enlaces hacia el municipio no están suficientemente dimensionados para soportar el volumen de tráfico actual.
Esto genera cuellos de botella frecuentes, especialmente en las franjas de entrada y salida laboral.

Tráfico en Barcelona
Infraestructura urbana poco adaptada
El casco urbano de El Papiol tiene un trazado antiguo y calles estrechas, lo que dificulta la fluidez del tráfico.
Además, su ubicación en una zona montañosa complica aún más el desarrollo de nuevas vías o alternativas de circulación.
Paso obligado hacia zonas industriales
En los alrededores de El Papiol se encuentran polígonos industriales como El Pla o Can Clapers, lo que convierte al municipio en un paso obligado para numerosos vehículos de transporte y camiones. Este tránsito industrial diario añade presión a unas vías ya saturadas.

Camión en ruta PEXELS
Transporte público insuficiente
A pesar de contar con estación de tren de Rodalies (línea R4) y servicio de autobuses interurbanos, la frecuencia y cobertura del transporte público en El Papiol es limitada en comparación con otros municipios del Baix Llobregat.
Esto provoca una dependencia excesiva del coche privado, agravando aún más los problemas de tráfico. Además, esto supone un coste adicional para los vecinos que tienen que desplazarse fuera del municipio para realizar cualquier actividad, ya sea trabajo, estudios u ocio.
Cruce de grandes infraestructuras
El municipio está rodeado de infraestructuras clave como la AP-7, la B-23, las vías del tren y el río Llobregat. Este entramado limita las opciones de planificación urbana y dificulta la creación de nuevas rutas alternativas o soluciones de movilidad más fluidas.

Vehículos circulan en la AP-7 en sentido Barcelona
¿Hay soluciones?
Aunque se han planteado mejoras en la conectividad y se estudian proyectos para optimizar los accesos, la complejidad geográfica y la saturación de las infraestructuras hacen que los avances sean lentos.
Los vecinos piden desde hace años una mayor inversión en transporte público y mejores accesos viarios que descongestionen la entrada al municipio, pero de momento sigue siendo una tarea pendiente de las administraciones públicas.