Montaje de Albert Om con el castillo de su pueblo de fondo
El rincón de Barcelona donde nació Albert Om con un castillo recomendado por la Guía Repsol: "Aún se escuchan las voces de los caballeros"
Se trata de una de las pocas fortalezas del mundo construidas directamente sobre una cavidad rocosa, que corona la cima de un cerro
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En el corazón de la comarca de Osona, en la provincia de Barcelona, se alza uno de los rincones más especiales y evocadores de Cataluña: Taradell, el pueblo natal del reconocido periodista y escritor Albert Om.
Más allá de su valor sentimental y cultural, Taradell alberga un tesoro medieval que ha sido destacado por la Guía Repsol por su singularidad histórica y belleza natural: el Castillo de Taradell.
Un castillo sobre roca viva con siglos de historia
Lo que hace especial al Castillo de Taradell no es solo su origen medieval, sino su ubicación. Se trata de una de las pocas fortalezas del mundo construidas directamente sobre una cavidad rocosa, que corona la cima de un cerro.
Las ruinas del castillo de Taradell
Esta elección estratégica no fue casual: desde el siglo IX, el castillo cumplía funciones defensivas clave para toda la comarca de Osona.
A pesar del paso de los siglos y la inevitable erosión, todavía se conservan muros visibles de hasta 70 metros, datados en el siglo XIV.
Aunque no conservan la monumentalidad de su época dorada, siguen ofreciendo un testimonio vivo de la arquitectura defensiva medieval en Cataluña.
Un entorno natural con ecos del pasado
El enclave del Castillo de Taradell no solo tiene valor histórico. Está rodeado por un paisaje ecológico de alto valor, donde la flora y fauna conviven con restos de piedra que evocan tiempos pasados.
![Vistas de Alella en una imagen de archivo](["https:\/\/a2.elespanol.com\/metropoliabierta\/2024\/07\/11\/vivir-en-barcelona\/869673185_13212663_320x180.jpg"])
De hecho, es común que los visitantes se detengan a contemplar el paisaje y aseguren haber oído las voces de los caballeros que antaño custodiaban la fortaleza.
Imagen de archivo de Taradell
Estas leyendas han perdurado en la memoria colectiva del pueblo, alimentadas por las visitas guiadas, excursiones y relatos locales que mantienen viva la historia. No es raro escuchar en las caminatas por la zona frases como: "Aquí aún galopan los caballos de los caballeros de Taradell".
Un destino recomendado por la Guía Repsol
No es casualidad que la Guía Repsol haya incluido al Castillo de Taradell en sus recomendaciones.
Este enclave representa no solo una oportunidad para sumergirse en la historia catalana, sino también un plan ideal para los amantes del senderismo, el turismo sostenible y el legado medieval.
Desde la cima, las vistas panorámicas permiten apreciar toda la llanura de Vic y, en días despejados, incluso se puede distinguir el perfil de los Pirineos.
Este paisaje convierte a Taradell en un lugar perfecto para escapadas de fin de semana desde Barcelona o para viajeros que buscan joyas escondidas fuera de las rutas turísticas habituales.
Albert Om y el orgullo de un pueblo con historia
El periodista Albert Om no ha ocultado nunca su amor por su pueblo natal. En entrevistas y artículos ha mencionado a Taradell como un lugar de "raíces profundas", donde la tradición y el sentido de comunidad siguen marcando el día a día de sus habitantes.
La presencia del castillo, visible desde distintos puntos del municipio, es un símbolo de identidad local.
Interior del castillo de Taradell
Es fácil imaginar cómo ese entorno ha influido en la sensibilidad cultural y narrativa del comunicador. En este rincón del interior de Cataluña, la historia, la literatura y la naturaleza se funden en un mismo relato, donde pasado y presente conviven en armonía.
Cómo llegar y qué hacer en Taradell
Taradell se encuentra a poco más de una hora de Barcelona en coche, lo que lo convierte en una excursión ideal para una jornada completa.
Además del castillo, el visitante puede disfrutar del casco histórico del pueblo, probar la gastronomía local en alguno de sus restaurantes típicos, y recorrer senderos señalizados que conducen a bosques y miradores.
El Castillo de Taradell no es solo una ruina más: es un mirador del tiempo, un vestigio que aún guarda ecos del pasado y que, gracias a su conservación y puesta en valor, sigue inspirando a quienes lo visitan.
