Playa de Sant Pol de Mar

Playa de Sant Pol de Mar AJ SANT POL DE MAR

Gran Barcelona

El pueblo de veraneo a 30 minutos de Barcelona que se ha puesto de moda y es mucho más que playa: de los destinos más buscados

En este municipio encontrarás calas tranquilas de aguas cristalinas, calles con encanto y un legado modernista único. Además, ofrece una gastronomía de alto nivel y vistas espectaculares al Mediterráneo

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A solo media hora en tren o coche desde la capital catalana, Sant Pol de Mar se ha convertido en uno de los destinos preferidos del Maresme este verano.

Un pueblo que ha ganado popularidad por su equilibrio entre calma, estilo costero y patrimonio modernista, consolidándose como opción ideal para quienes buscan una escapada sin renunciar al encanto.

Encanto costero sin aglomeraciones

Sant Pol de Mar seduce con sus aguas cristalinas y calas menos masificadas que las playas más conocidas de la zona.

Cala Grossa, Sant Pol de Mar

Cala Grossa, Sant Pol de Mar Metrópoli Abierta

Perfecto para familias, parejas o quienes buscan una jornada tranquila frente al Mediterráneo, el pueblo mantiene un aire apacible incluso en temporada alta.

Sus playas ofrecen arena dorada, aguas transparentes y un ambiente sosegado que permite una experiencia de descanso auténtica.

Legado modernista y patrimonial

Al recorrer el casco antiguo, el visitante descubrirá calles estrechas con fachadas blancas y rincones arquitectónicos que evocan el esplendor del siglo XX.

Destacan edificios como Can Planiol y otros ejemplos modernistas que presiden calles como la Abad Deas, testigos del pasado aristocrático del municipio.

El conjunto arquitectónico se complementa con la iglesia gótica de Sant Jaume y la ermita de Sant Pau, del siglo XI, que ofrece vistas impresionantes del litoral desde las alturas.

Vistas panorámicas de Sant Pol de Mar

Vistas panorámicas de Sant Pol de Mar Metrópoli Abierta

Alta gastronomía y tradición local

Sant Pol también posee un importante legado gastronómico. Fue escenario del legendario restaurante Sant Pau de Carme Ruscalleda, pionera de la alta cocina española y referente internacional.

Aunque el restaurante cerró en 2018, su influencia sigue viva. Hoy, la oferta local combina cocina de calidad frente al mar y propuestas emergentes que aprovechan productos frescos de la costa y el Maresme cercano.

La verdadera magia de Sant Pol no reside solo en su gastronomía o su playa, sino en los pequeños momentos que el pueblo regala: caminar por el Passeig Marítim, descubrir una cala casi rodeada de vegetación, merendar un helado frente al mar o adentrarse en sus calas al atardecer. Los visitantes repiten por esa sensación de “veraneo de toda la vida”, donde cada rincón transmite autenticidad.

Acceso cómodo desde Barcelona

Llegar a Sant Pol de Mar es muy sencillo. En coche, solo es necesario tomar la autopista C‑32 dirección norte y salir por el desvío 117.

Desde la estación de Rodalies R1, el trayecto desde Barcelona ofrece vistas al mar durante todo el trayecto y tarda alrededor de 30 minutos. Esta accesibilidad es clave para su creciente popularidad entre quienes buscan un destino cercano, tranquilo y visualmente atractivo.

Panorámica de Sant Pol de Mar

Panorámica de Sant Pol de Mar AJ SANT POL DE MAR

Epicentro turístico con encanto

Aunque tradicionalmente Sant Pol era un refugio poco conocido, durante los últimos años ha experimentado un crecimiento sostenido de visitantes. La combinación de turismo de proximidad, reputación gastronómica y entornos menos saturados ha hecho que Barcelona lo tenga cada verano como alternativa ideal al turismo masivo. Este municipio se perfila como uno de los destinos más buscados del Maresme.

Recomendaciones para optimizar la visita

  • Reservar con antelación sobre todo en fines de semana o en días festivos, ya que los alojamientos y restaurantes se llenan rápidamente.

  • Aprovechar las trenes R1 en días laborales, pues los fines de semana pueden llenarse al ser destino de barceloneses en busca de descanso.

  • Explorar las calas más pequeñas, como la Cala Grossa o la platja del Racó, recomendadas para quienes buscan zonas tranquilas.

  • Sumergirse en su patrimonio arquitectónico: visitar la iglesia de Sant Jaume y caminar por el casco antiguo ofrece experiencias culturales fuera de lo habitual.

Sant Pol de Mar representa la fórmula perfecta para quienes buscan planeamientos de última hora sin desplazarse largas distancias: cercanía, autenticidad y una atmósfera que combina costa, gastronomía y arte local. Este verano, el pueblo ha confirmado su estatus no solo como destino de playa, sino como oasis ideal para una escapada cultural y relajada.