Las siestas del fin de semana no son tan reparadoras como creemos
Un estudio ha demostrado que la creencia popular es totalmente falsa, y que incluso puede llegar a ser perjudicial para nuestra salud
1 marzo, 2019 16:52Noticias relacionadas
Nos pasamos toda la semana de arriba a abajo, sin parar ni un minuto, dormimos poco y el tiempo de descanso lo empleamos para nmirar alguna serie de Netflix o HBO y concentrarnos en otra historia que nos evada de nuestros problemas. Llegamos derrotados al fin de semana y lo único que nos apetece es echarnos una de esas largas siestas que nos dejan como nuevos. Creemos que recuperar el sueño acumulado los días de fiesta es correcto, pero esto podría ser mucho más perjudicial de lo que pensamos.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Boulder Colorado, de Estados Unidos, han publicado en el Current Biology un estudio que confirma esta teoría. El trabajo explica con evidencias científicas que la privación crónica de sueño es un factor de riesgo para los trastornos del metabolismo. Todos conocemos esta parte de la teoría, no dormir lo que deberíamos es muy malo para nuestra salud y afecta en muchos aspectos, lo que no sabíamos es que intentar remediarlo puede ser todavía peor. Según el estudio alternar ciclos de privación de sueño con los de recuperación puede provocar una mayor probabilidad de desarrollar enfermedades metabólicas como la obesidad o la diabetes.
Para llegar a esas conclusiones, los investigadores reunieron a 36 personas adultas de entre 18 y 39 años. Durante dos semanas los reclutaron en un laboratorio monotorizando lo que comían, que exposición al sol tenían y su sueño. Los dividieron en tres grupos: el primero dormía nueve horas todos los días; el segundo cinco horas por la noche todos los días de la semana y el tercero dormía cinco horas los días laborables y lo que les apeteciera los fines de semana, tras el descanso volvían a dormir poco.
Con el experimento se observó que a los dos grupos que tenían sueño restringido comían más durante la cena. Los que podían 'recuperar' el sueño los fines de semana padecían un desajuste del reloj biológico y eso les provocaba más hambre. Consumían menos calorías cuando descansaban, pero cuando no, comían mucho más que los otros y engordaban.
Alternar los patrones de comportamiento desajusta el reloj circadiano y esto contribuye a la desregulación de los niveles de azúcar en sangre, y eso aumenta el riesgo de diabetes u obesidad. Así que ya sabemos, es mucho mejor descansar a diario que dejarlo todo para el fin de semana.