A las numerosas diferencias entre Barcelona en Comú y PSC, socios de gobierno en el Ayuntamiento de Barcelona, que se han hecho públicas los últimos meses, este jueves se ha sumado otra más. El concejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa (Barcelona en Comú), ha impulsado una medida de gobierno sobre interculturalidad que no ha contado con el apoyo de los socialistas. "Se ha hecho sin consenso ni diálogo. No la podemos apoyar", ha dicho el consejero del PSC, Joan Julibert, en una intervención como grupo municipal y no como gobierno.
En un artículo de opinión publicado en Metrópoli, la consejera-portavoz del PSC en Ciutat Vella, María José Arteaga, acusa a Rabassa de ser "la única autoridad y voz" en materia de interculturalidad en el distrito. "Se olvida de que las decisiones de gobierno deben ser compartidas", ha escrito la representante del grupo que en el Ayuntamiento lidera Jaume Collboni.
PLAN HASTA 2025
La medida de gobierno se ha presentado este 24 de marzo en el pleno del distrito. Según Rabassa, el plan es para los años 2022 y 2025 y busca llevar la interculturalidad a las políticas públicas de la ciudad. "Es un plan vivo, que no está cerrado y contará con un presupuesto de 1.180.000 euros", ha dicho el edil de Barcelona en Comú. El plan recoge cinco ejes Evaluación y conocimiento; Formacion y mejora de las competencias interculturales; Modelos interculturales: hacia una institución más intercultural; Coproducción, participación, interacción positiva y diálogo intercultural para la práctica democrática, y Accesibilidad: una Administración pública más próxima y comprometida con la igualdad de derechos y oportunidades.
El grupo del PSC se ha mostrado en el pleno muy crítico con Rabassa y la medida de gobierno. "Está vacía de propuestas para buscar soluciones concretas a problemas concretos", ha subrayado Julibert, que ha añadido que su partido "se desmarca" del plan de los comunes, que serán los únicos responsables de cómo funcione. Hasta la consejera de JuntsxCat, María José Chacón, ha criticado la falta de consenso del gobierno. "Tenían que haber pospuesto la medida. Está impuesta por los comunes".
UNA MEDIDA QUE GIRA EN TORNO A LA COMUNICACIÓN
Según Arteaga, "en Ciutat Vella entendemos la interculturalidad como la mayor riqueza de nuestro distrito, a la vez que sabemos que presenta retos que deben ser afrontados con rigor y templanza". Opina que la medida impulsada por los comunes gira "en torno a la comunicación, lo que para nosotros no deja de ser un concepto distinto y distante con la realidad de las culturas que dan vida a Ciutat Vella".
Los socialistas opinan que los principales problemas de los vecinos del distrito son socioeconómicos. "Necesitan un trabajo en condiciones y una vivienda digna" y "necesitan que las Administraciones trabajen por erradicar la discriminación, por fomentar la integración y por facilitar su arraigo", recoge la consejera del PSC en el artículo que ha publicado Metrópoli.
VOCABULARIO INNOVADOR SIN SOLUCIONES REALES
Arteaga afirma que se ha intentado sin éxito establecer un diálogo con los comunes para dotar la propuesta de contenido. "No ha sido posible. Barcelona en Comú prefiere usar un vocabulario que tiene más voluntad de ser innovador que no buscar soluciones reales a los problemas de las personas".
Desde la filas de Ciutadans, el consejero Thair Rafi Khanun, ha apuntado que la medida de gobierno se ha hecho "desde un despacho" y está alejada de las realidades del distrito. "No se habla de las necesidades de la ciudadanía. Habla de la interculturalidad a nivel teórico".