Conversaciones, de todos con Salvador Illa, de dirigentes y de veteranos del PSC. El primer secretario de los socialistas catalanes valora la situación y escucha. Y toma muchas notas. Habrá que tomar decisiones en los próximos meses, en distintos campos, pero por ahora Illa tiene claro que la estrategia de Jaume Collboni en Barcelona es la correcta y la necesaria. Illa avala el distanciamiento de Collboni respecto a los comunes, en un tira y afloja que debería permitir al PSC tener muchas opciones de ganar la alcaldía de aquí a un poco más de un año en mayo de 2023.
El partido se había marcado el mes de marzo para ese cambio de rasante. Y lo está aplicando. Este sábado celebra una convención, del PSC de Barcelona, en el que Salvador Illa conversará con Jaume Collboni para intercambiar, en público, los puntos de vista sobre la ciudad, con las últimas decisiones de los socialistas en el consistorio, que rechazan la actitud del partido de Ada Colau en el Eixample, con el plan de usos o en Ciutat Vella, con una medida de gobierno sobre interculturalidad, que se considera carente de consenso y de diálogo.
TRABAJO SORDO
Collboni es consciente de que todos los partidos miran de reojo las encuestas, de que ha ocurrido que, siendo un candidato ya designado de forma oficial, se cambie en el último momento. Pasó con Miquel Iceta, dando paso, precisamente, a Salvador Illa en las elecciones autonómicas en el Parlament. Y ocurrió también en ERC, cuando en las elecciones municipales Alfred Bosch fue desterrado en beneficio de Ernest Maragall, sin ningún proceso de primarias y en el último instante. Pero Collboni tiene la firme disposición de presentarse en el proceso de primarias que se abra, si hay más candidatos. Y, en todo caso, el partido en Barcelona está “cohesionado”, según apuntan las fuentes consultas y Salvador Illa “está con él”.
El momento es crucial. Collboni contará este sábado con el apoyo de distintos alcaldes socialistas de toda España, de Palma de Mallorca, Valencia, Granada, Gijón, Sevilla, Vigo o Toledo. Y es que en las próximas semanas y meses Barcelona, con el impulso principalmente de los socialistas, puede obtener la sede de la Copa América de Vela, para 2024, y presentar la candidatura a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030, donde ya se ha llegado a un acuerdo de carácter técnico entre los gobiernos de Cataluña y de Aragón. Eso, unido al anuncio de nuevas inversiones, centradas en el distrito económico del 22@, puede suponer la palanca que necesita Collboni para reflejar que el “trabajo sordo de todos estos meses”, como señalan las fuentes del consistorio, ha obtenido sus frutos.
LA INFLUENCIA DE LA DEMOSCOPIA
Esos proyectos no han sido apoyados por los comunes. Ada Colau ha abrazado, en los últimos días, el proyecto de la Copa América de Vela, al ver que puede tener éxito. Barcelona se ha situado por encima de otras ciudades candidatas, como Málaga, en España, o Cork, en Irlanda, o Yeddah, en Arabia Saudí. Collboni quiere capitalizar esos proyectos, buscando “una gran coalición de los partidos de la Barcelona del sí”, como apuntó él mismo en un encuentro con el mundo económico de la ciudad.
Pero el partido no es ajeno a la evolución demoscópica, a la posibilidad de que otros candidatos puedan tener un mejor recorrido para ganar con claridad las elecciones. Las encuestas están sobre la mesa, como ocurre respecto al resto de partidos.
Lo que se le pedía a Collboni, sin embargo, ha comenzado a suceder. La incomodidad y las diferencias con los comunes se producen a diario, pero sin voluntad de romper el gobierno. Desde la oposición es “imposible” hacer política municipal, se recuerda desde el partido y solo queda un año para las elecciones.
NERVIOS EN LOS COMUNES
El PSC ha detectado, además, que la decisión de muchos altos cargos de los comunes de concurrir a las plazas de funcionarios que se han generado en el consistorio han causado un auténtico terremoto interno en el partido de Colau. Hasta el punto que el propio concejal de Emergencia Climática, Eloi Badia, ha renunciado a ello, al ver la repercusión y las críticas recibidas. Hay cargos en segundos y terceros niveles que se han apuntado a los exámenes para esas plazas, lo que muestra poca confianza en el proyecto político de Colau.
Illa observa todos esos movimientos. Su voluntad reiterada de “pasar página” en la política catalana, mostrada en la campaña electoral de las elecciones autonómicas, ha obtenido una primera gran victoria, con el acuerdo sobre la política de inmersión lingüística con ERC, JxCat –a pesar de que luego se han distanciado—, los comunes y el PSC. Y vislumbra que se pueda llegar a algún entendimiento en ese sentido en Barcelona. Collboni es partidario y ello se ha reflejado en votaciones cruzadas en el ayuntamiento con JxCat, aunque no se ha llegado hasta donde quería la formación que lidera Elsa Artadi, como se demostró este viernes.
En todo caso, esa relación podría ser más intensa en los próximos meses, pese a las necesarias cautelas para proteger a los dos electorados, por parte de los dos partidos. Collboni, este sábado, verá, en todo caso, avalada su estrategia, mostrando una gran sintonía con Salvador Illa, con quien trabajó cuando el primer teniente de alcalde preparaba, precisamente, su primera campaña electoral al Ayuntamiento de Barcelona.