Semblante serio, pero a gusto con los compañeros de mesa. Xavier Trias se dejó ver en un acto mediático del socialista Jaume Collboni, que inició su campaña electoral en un foro económico en el que desgranó sus grandes apuestas de ciudad. Trias se sentó junto al exalcalde Narcís Serra y al lado de Leire Pajín, la exministra de Sanidad con Rodríguez Zapatero, que trabaja en Barcelona en el Instituto de Salud Global. Con ellos, buena parte del elenco socialista, con la alcaldesa de L’Hospitalet, Nuria Marín, presidenta de la Diputación de Barcelona. Trias constató, con su sola presencia, que ya ha aterrizado y prepara su puesta de largo para optar a la alcaldía, pero lo quiere hacer con las manos libres, y con una apuesta ‘convergente’ en toda regla que pasa por nombres como Josep Maria Argimon, Damià Calvet y Ramon Tremosa, referentes claros de una forma de entender la política.

Trias no se demoró ni estableció los contactos posteriores con periodistas o con los asistentes al acto. Se fue tras finalizar el acto, con cierta celeridad. Es prudente y cree que todavía no debe dar el paso. Su entorno señala que podría anunciar su candidatura a mediados de diciembre, “pero tampoco pasa nada si lo hace en enero, porque le interesa una campaña corta, porque ya es conocido”. El caso es que sí ha manifestado algunas cuestiones que se habían puesto difíciles en las últimas semanas.

VIEJOS CONOCIDOS

Lo hizo el pasado miércoles en un almuerzo organizado por el club privado Círculo del Liceo. En el mismo encuentro, con los socios del club, participaron Narcís Serra y Joan Clos –los dos estuvieron también en el acto de Collboni--. Y Trias se dejó ir, al señalar, de forma coloquial, que quiere encabezar la lista de JxCat al Ayuntamiento de Barcelona, pero siempre que le dejen “hacer lo que me dé la gana”.

Jaume Collboni, en un desayuno del Nueva Economía Fórum / MA

Es una petición formulada hace unos meses a Carles Puigdemont, en una entrevista discreta en Bruselas. Trias obtuvo ciertas garantías, aunque con el deseo de Puigdemont y de la cúpula de JxCat de que en la lista municipal se incluya alguno o algunos nombres que engarcen con los nuevos tiempos de la formación que –en parte—ha heredado los restos de Convergència Democràtica. También se formuló otra petición de Trias, y es que reclama que JxCat deje de hacer una política-espectáculo, o, más bien, “una antipolítica”, que está en las antípodas de su experiencia como “buen convergente”. En ese caso, Trias no ha podido considerarse satisfecho, porque las diferencias en el seno de JxCat se mantienen o se han recrudecido, con Laura Borràs todavía viva políticamente, y sin que Jordi Turull, secretario general, haya sido capaz de imponerse.

Sin embargo, los deseos de Trias por encabezar esa lista son enormes. Y ahora se trata de confeccionar una candidatura en la que algunos nombres se han garantizado su inclusión, porque “son de Trias”, de alguna forma: Neus Munté y Jordi Martí, miembros del actual grupo municipal de cinco concejales. Y los que desea incorporar el exalcalde tienen también el marchamo convergente, aunque con algunos matices.

TREMOSA, EL ENGARCE CON PUIGDEMONT

Trias quiere contar con Victoria Alsina, exconsejera de Acción Exterior de la Generalitat, una profesora e investigadora de Ciencias Políticas, joven, que no quería que JxCat saliera del Govern. Pero el núcleo duro lo quiere formar con el exconsejero de Salut, médico como él, Josep Maria Argimon, y con Damià Calvet, convergente de toda la vida, que se ha visto obligado a dejar su cargo como presidente del Port de Barcelona, tras esa decisión de la militancia de JxCat de salir del Govern de la Generalitat.

El otro gran pilar de esa candidatura debe ser, a juicio de Trias, Ramon Tremosa, un profesor de Económicas, que fue eurodiputado de CiU de la mano de Artur Mas. Convergente sociológico, con acento liberal, Tremosa se ha caracterizado por sus posiciones cercanas a la austeridad alemana. Firmó un libro sobre las finanzas autonómicas con un título que él mismo no vio claro después, pero el mal ya estaba hecho: L’expoli fiscal, una asfixia premeditada, en el que tuvo mucho que ver la editorial que lo editó, Tres i Quatre. Ahora acaba de publicar otro, junto a Jaume Morron: Energia sobirana (Pòrtic).

Tremosa, que fue consejero con el presidente Quim Torra, puede ser ese eslabón entre los viejos tiempos y el mundo independentista irredento de la cúpula de JxCat. Para Trias es un viejo conocido, que puede recuperar para las finanzas del Ayuntamiento de Barcelona.

Fotomontaje de Xavier Trias y Carles Puigdemont

El caso es que todos esos esfuerzos deben tener una conclusión. Trias, en la comida en el Círculo del Liceu, insistió en que se presentará si ve claras opciones de ganar y ser alcalde, de nuevo, de la ciudad. Y si, realmente, no le ponen impedimentos, no únicamente para elaborar la lista, sino para decidir la política de pactos posterior de JxCat. Y aquí, aunque dirigentes de JxCat no descartan nada, tampoco una aproximación con ERC si los números dan, a pesar de la ruptura en la Generalitat, Trias tiene una clara determinación: pactar con los socialistas para dejar a los comunes fuera del equipo de gobierno.

CON LA PLANA MAYOR SOCIALISTA

Esa suma podría no ser suficiente. Y es ahí donde surge un tercer elemento, que todavía está muy verde: la candidatura del PP, que no tiene candidato. Los nervios en el PP de Barcelona son cada vez mayores. Pero se confía en la ola que ha logrado el presidente del partido, Alberto Nuñez Feijóo, con la esperanza de obtener tres, cuatro o cinco concejales. Y la opción no admite discusión: antes Collboni que Colau, de nuevo, al frente de otro mandato municipal.

El expresidente del Port de Barcelona, Damià Calvet; el conseller de Territori, Juli Fernández; y el presidente del Port, Lluís Salvadó / EUROPA PRESS

Trias lo sabe. También Collboni. Durante el desayuno no hablaron mucho. Pero han hablado lo suficiente en el último año para analizar todas las posibilidades. Trias se marchó, raudo, tal vez era demasiado evidente esa fotografía con toda la plana mayor socialista, con alcaldes y dirigentes metropolitanos. Pero es el momento que se vive en Barcelona.

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