Reproches los habrá. Pero con prudencia. Sin romper nada. El socialista Jaume Collboni y el candidato de JxCat, Xavier Trias, que desea protagonizar la campaña electoral con su propio nombre, preparan una estrategia particular. Los adversarios políticos comunes serán otros. En el caso del PSC, se busca un combate con ERC, que en los últimos meses ha ido por delante en todas las encuestas, mientras que Trias ya ha planteado su propósito: todo debe girar entre él mismo a Ada Colau, y los barceloneses deberán elegir. Entre Collboni y Trias, sin embargo, el duelo será de guante blanco, porque los dos entienden que pueden colaborar para gobernar Barcelona a partir del 28 de mayo de 2023, el día de las elecciones municipales.
Collboni parte de una idea que se repetirá una y otra vez. “Pactaré con fuerzas progesistas”, señala. ¿Es Trias progresista? A priori no lo es, y menos a ojos de la federación socialista de Barcelona, que dirige el diputado en el Parlament Ferran Pedret. Pero el PSC tampoco puede presentar al ex alcalde de Barcelona como un conservador contrario a las políticas sociales del consistorio. Sí hay diferencias en algunas cuestiones clave en la ciudad, como la conexión del Tranvía por la Diagonal. Trias insiste en que esa operación ya no tiene sentido.
COLABORACIÓN PÚBLICO-PRIVADA
Lo que cuenta, sin embargo, es el pacto implícito entre las dos fuerzas políticas. Lo que hace apenas un año podía resultar muy improbable, ahora aparece como un acuerdo realista y que puede ser beneficioso para la ciudad y para el conjunto de la política catalana. El pacto pasa por respetar al que gane las elecciones, al que quede primero y apoyarse mutuamente. Trias ha dejado claro a los suyos que si no gana, si no puede ser alcalde, sus votos serán para Collboni. En sus primeras entrevistas, tras anunciar su candidatura, ha señalado que también apoyaría a los republicanos de Ernest Maragall. Pero a continuación insiste en algo que es un secreto a voces: “Parece que ERC tiene muchas más cosas en común con la formación de Ada Colau”.
Eso sí está hecho. Comunes y republicanos se han apoyado en el Ayuntamiento de Barcelona y en el Parlament de Catalunya. Aunque la política municipal tiene su propia dinámica, la política catalana tiene un peso importante. Y ERC y JxCat siguen caminos distintos. Lo que pretende Trias, además, es romper la política de bloques influyendo en su propio partido, para marcar un rumbo distinto: aterrizar, buscar acuerdos, y gobernar desde las instituciones. Y Barcelona es el primer y más importante paso. Un acuerdo con los socialistas, con apuestas muy similares respecto a temas cruciales como la colaboración público-privada, puede cambiar todos los esquemas.
“Es cierto que con los que se definen como convergentes ha habido más sintonía en el pasado reciente, si se compara con ERC, con una experiencia de gobierno que fue traumática”, señala un veterano dirigente socialisa. Pero, ¿puede realmente Trias, un político que ya estaba jubilado, cambiar esos resortes internos en JxCat?
EL PAPEL DE LOS VOTANTES DEL PSC
Eso ahora queda lejos. Lo primero, lo más importante, es asegurar la plaza de Barcelona. Trias se ha prestado a un servicio especial: intentar el mejor resultado para JxCat y retirarse de nuevo, a menos que realmente pueda ser alcalde. En ese caso y aunque prepare a un sucesor en el Ayuntamiento –el partido habla de la exconsejera de la Generalitat Victoria Alsina, que irá en un lugar destacado en la lista electoral—podría asumir buena parte del mandato municipal. Pero lo que se dirime, realmente, es lograr que Ada Colau no siga al frente del Ayuntamiento, y facilitar un cambio, que beneficiaría a Collboni, siempre que éste quede por delante de todos, como una encuesta interna del PSC ha constatado esta semana.
Trias, tras mejorar de forma clara los resultados de JxCat, compitiendo con ERC, y dejando fuera de la alcaldía a Colau, podría volver a casa con la misión cumplida y de forma triunfante.
Por todo ello, Collboni y Trias, sin pactar nada de forma taxativa, sí protagonizarán un duelo de guante blanco, en el que las verdaderas pullas se lanzarán contra ERC y los comunes. El PSC, pese a numerosas críticas de sectores económicos de la ciudad, que le reprochan a Collboni que no se haya distanciado antes y con mayor contundencia de los comunes, sabe que no puede dejar de lado a la formación de Colau. Los votantes del PSC no ven a los comunes como una fuerza ajena a sus intereses. Pero siempre que él quede en primer lugar.
A pesar de la militancia más feroz, del independentismo que rechaza cualquier cosa que se identifique con el PSC, Xavier Trias cuenta con una enorme capacidad de maniobra. Si la dirección de JxCat, con la influencia de Carles Puigdemont, y la colaboración de Jordi Turull, incluso con el beneplácito de Laura Borràs, insistió a Trias en que se presentara, ahora éste se siente libre para llegar a un pacto con quien desee.
Pero los dos saben, tanto Trias como Collboni, que si el primero en la meta es Ernest Maragall o Ada Colau, el acuerdo entre republicanos y comunes será una realidad.
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