A punto ya de tomar una decisión final, con la idea de presentar su candidatura como alcaldable por Barcelona. Sandro Rosell está dispuesto a correr el riesgo, pese a que dirigentes de JxCat le han pedido en las últimas semanas que lo deje correr, que su lista electoral podría perjudicar de forma grave los intereses de Xavier Trias. El expresidente del F.C.Barcelona, sin embargo, mantiene sus tesis: quiere incidir en un electorado transversal. “Puedo hacer daño a Trias, pero a Maragall también”, ha señalado a quien quiera escucharlo.

Rosell mantiene en un vilo a su entorno, pero todo llega a su fin. Esta semana y tal como él mismo dijo a los suyos –después de Reyes—debería dar el paso. Lo que ha activado es una serie de encuentros con la sociedad civil, con entidades con las que contrastar sus planes. Y una de ellas ha sido Amics de la Rambla, aunque la reunión no se organizó de forma oficial, sino a través de una cena de carácter informal en la que se pudo hablar de la ciudad sin tapujos.

Se trató de una cena en la semana antes de Navidad en el restaurante Los Caracoles, en Ciutat Vella. Rosell evidenció su predilección por la ciudad de Barcelona al considerar que lo tiene todo para ser una de las mejores del mundo. Y reiteró su voluntad de trabajar, con un equipo de gestores, por la ciudad. Aunque los miembros de la entidad que preside Fermín Villar insistieron en si valía la pena hacer ese esfuerzo, teniendo en cuenta las dificultades para competir con partidos políticos organizados, el expresidente del Barça insistió en que pretende ser “decisivo” en la conformación del próximo gobierno municipal.

Pero los comentarios, según fuentes conocedoras del encuentro, se concentraron en una misma línea: “¿No es contraproducente para los intereses de Trias, porque el electorado potencial puede ser el mismo?” Y aquí Rosell se destapó, al señalar que él se dirige a un conjunto de electores más amplio, contando con su popularidad como expresidente del Barça. Y concretó más, al entender que se puede dirigir a un votante nacionalista, de centro-derecha o de centro-izquierda, que busque, ante todo, la mejora económica y social de Barcelona. “Puedo hacer daño a Trias, pero a Maragall también”, sentenció, con la seguridad de que los votantes de ERC también pueden decantarse por su figura y por su equipo electoral.

Rosell (i) y Trias (d) en un fotomontaje de Metrópoli / METROPOLI

COMPLICAR LAS COSAS A ERC

Rosell tiene un claro objetivo, al margen de los resultados que pueda conseguir en Barcelona y es el de mejorar su imagen social, después de permanecer en prisión preventiva durante dos años. El caso que lo relacionaba con el blanqueo de comisiones por derechos audiovisuales de 24 partidos de la selección brasileña de fútbol y un contrato de esponsorización con Nike se archivó. Pero Rosell combate con la imagen, en la opinión pública, de que ‘algo pudo haber hecho’. La idea de protagonizar una campaña electoral, de relacionarse con un debate de ciudad, le atrae de forma especial, aunque ahora haya cambiado su mensaje inicial, como percibieron los comensales en el restaurante de Ciutat Vella. Del “me presento para ganar las elecciones”, se ha pasado al “me presentaré para ser decisivo”.

Xavier Trias espera que, en el último momento, Rosell tire la toalla. Y también lo espera la dirección de ERC, que, aunque más discreta, sabe que todo lo que ha sucedido en los dos últimos meses en Barcelona va en detrimento de los intereses de su candidato, Ernest Maragall. La mayor seguridad de Jaume Collboni y el apoyo expresado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el anuncio de Xavier Trias como alcaldable juega en contra de los intereses de Maragall, que tiene puestas sus esperanzas en un acuerdo de gobierno con los comunes, seguramente sin Ada Colau al frente, en el caso de que ERC quede por delante de la formación de la izquierda alternativa.

RECURSOS ECONÓMICOS SUFICIENTES

Esas disputas, el cálculo de concejales que se pueden ganar o perder, no forma parte de la ecuación de Rosell, que señala a sus interlocutores que tiene otros estudios distintos. Con su imagen particular del retrato robot de un socio del Barça, Rosell está convencido de que puede recibir el apoyo de miles de barceloneses, los suficientes para obtener representación, y, desde el consistorio, decidir quién será el nuevo alcalde de Barcelona. Pero lo más importante para él: durante la campaña habrá proyectado su imagen personal, y habrá demostrado, como un reto particular, que cuenta con el cariño y apoyo de una parte importante de barceloneses.

¿Recursos económicos? El entorno de Rosell señala que cuenta con ellos, que ese no será el problema. Mientras, los que sí presionan con fuerza son los dirigentes de JxCat, para que Trias no sufra esa presión adicional. Y, a juicio de Rosell, también ERC debería estar preocupada y esperar que, finalmente, no se ‘atreva’ a lanzar una lista electoral.

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