Colau se enroca en su política de vivienda y se distancia de Collboni
La candidata de los comunes reclama que “no se compre el discurso” de la deecha sobre okupación y seguridad
12 mayo, 2023 11:26Noticias relacionadas
La cuestión de la vivienda se ha colocado en el centro del debate en las elecciones municipales. Con la Ley de Vivienda y los planes del Gobierno para facilitar la vivienda de alquiler, la discusión ha subido de tono en un nuevo debate entre los alcaldables por Barcelona. Ada Colau se ha enrocado en sus políticas sectoriales, aplicadas durante el último mandado, a pesar de su “poca eficacia”, según su propio socio en el equipo de gobierno, el socialista Jaume Collboni, que ha reivindicado la aportación de 70 millones de euros del ejecutivo español para el alquiler social.
El debate, organizado por RAC1 y La Vanguardia, ha reunido a los siete principales candidatos, con Ada Colau enrocada en lo que para los comunes es su principal activo: la lucha contra los deshaucios y la promoción de vivienda social. La alcaldable de los comunes ha exhibido “los quince años de activista” en cuestiones de vivienda, y ha recibido por eso mismo los reproches del candidato del PP, Daniel Sirera, al preguntarle si, “realmente” estaba orgullosa de ello, de fomentar “okupaciones”.
Ha sido uno de los momentos de tensión, junto con los reproches de la alcaldesa al socialista Jaume Collboni, por no exhibir la gestión municipal de todo el gobierno municipal. “Es muy triste que reivindique sólo una parte de la gestión, cuando yo lo que hago, como alcaldesa, es defender toda la obra de gobierno”. Colau, además, ha dejado entrever su malestar cuando Collboni ha asegurado que no facilitará la alcaldía ni a Xavier Trias ni a Ada Colau. La candidata de los comunes, sin embargo, como si no fuera no ella, insiste en que buscará un acuerdo “con las fuerzas progresistas con las que he gobernado”, incluyendo no solo al PSC sino también a ERC “con quien he aprobado cuatro presupuestos”.
Los socialistas buscan desmarcarse de Colau, y apelar al voto útil para que se produzca un cambio en el consistorio. Y señalan que ellos mismos se han equivocado al fomentar, junto con los comunes, medidas como la reserva del 30% para vivienda pública en las promociones urbanísticas en la ciudad. “No ha funcionado”, repiten los socialistas, y el propio Collboni.
Pero la vivienda y lo que comporta, la seguridad de la primera residencia y el peligro de las okupaciones ha centrado el debate. Con todos los partidos de la derecha constitucional buscando el cuerpo a cuerpo contra Colau, la alcaldable de los comunes ha reclamado que no se compre ese discurso, porque, para ella, es impostado. Tanto Eva Parera, la candidata de Valents, como Anna Grau, de Ciudadanos, han decidido basar su estrategia electoral en esa cuestión, después de las manifestaciones e incidentes que se han producido en el barrio de la Bonanova. “No pienso caer más en las provocaciones de la derecha”, ha señalado Colau.
En esa refriega, tanto Collboni, como Xavier Trias y el republicano Ernest Maragall han quedado en un segundo término, al apostar por medidas preventivas. El alcaldable socialista ha señalado que se deberá aprobar una nueva ordenanza de civismo, mientras que Maragall ha defendido medidas sociales, el fomento de la vivienda pública, para evitar esas situaciones que, a su juicio, pueden conducir a la okupación.
LOS PRESUPUESTOS CON ERC
El debate ha servido para evidenciar las estrategias, con Colau en el centro de las diferentes acusaciones, y con Jaume Collboni y Xavier Trias en una posición más moderada, con la pretensión de atraer un voto útil que sirva para un cambio al frente del Ayuntamiento.
El republicano Ernest Maragall, que ha caído en las encuestas a una cuerta posición, ha buscado esa distancia con Colau, que la candidata de los comunes ha frustrado, al señalar las diferencias y las cuestiones en común que tenía con todos los candidatos. Con Trias ha señalado que la diferencia es grande, porque ella, como el candidato de JxCat, no lo hará alcalde. Pero con los republicanos ha sido taxativa: “hemos aprobado cuatro presupuestos juntos”, ante una cierta desesperación de Maragall.