Fotomontaje de Jaume Collboni (PSC) y Xavier Trias (JxCAT) / METRÓPOLI

Fotomontaje de Jaume Collboni (PSC) y Xavier Trias (JxCAT) / METRÓPOLI

Información municipal

Collboni y Trias batallarán para abanderar el voto útil que frene a Colau

El republicano Ernest Maragall se descuelga de las posibilidades de victoria en el arranque electoral, mientras que el PP exhibe su posible condición de llave para la elección final de la alcaldía

12 mayo, 2023 00:14

Noticias relacionadas

La carrera oficial para lograr la alcaldía de Barcelona ya ha comenzado. Después de largos meses de guerra de posiciones, los quince días de la campaña electoral pueden ser decisivos, porque las diferencias para obtener la victoria son mínimas entre tres candidatos, el socialista Jaume Collboni, el exconvergente Xavier Trias y la líder de los comunes, Ada Colau. Queda un cuarto alcaldable, el republicano Ernest Maragall, que parece regazado. Pero dos alcaldables lucharán ahora por un intangible: abanderar el voto útil que pueda frenar a Ada Colau, que se crece en periodos electorales: Jaume Collboni y Xavier Trias.

Esa es la fotografía que dibujó este jueves el CIS, con una encuesta que deja a Ada Colau y Jaume Collboni en primera posición, casi empatados, con Xavier Trias algo por detrás. Esa posición obligará a los dos, al socialista y al exconvergente a asumir riesgos y a pedir el voto útil, que supone concentrar esfuerzos para desbancar a la candidata de los comunes y actual alcaldesa, Ada Colau.

Ese fue el espíritu que se vivió en los actos de apertura de campaña de este jueves, desde el distrito de Horta-Guinardó, en el caso de los socialistas, y en el espacio habilitado en el mercado de los Encants, respecto al candidato de JxCat. Los dos alcaldables, que han dejado entrever la posibilidad de un pacto postelectoral, se ciñen ahora a la realidad, y es que los dos se ven en la tesitura de liderar de forma clara sus espacios naturales: Collboni, a su izquierda, con el reto de superar a Colau, que ha sido su socia en todo el mandato municipal, y Trias en el seno del independentismo, con la necesidad de superar con claridad a ERC y conseguir, precisamente, el apoyo de Ernest Maragall para poder ser alcalde si él acaba en primera posición.

En juego está la ciudad de Barcelona, pero también un cambio en la política catalana. Es la baza que juega el PSC, con toda la fuerza de la que dispone. Lo verbalizó el jefe de la oposición y primer secretario de los socialistas catalanes, Salvador Illa, al pedir el voto “a muchos que no nos han votado hasta ahora, a los que quieren un cambio, a los que desean que se ponga orden en Barcelona”. Fue una apelación clara al voto útil, con quince días por delante para superar a Colau, después de conocer una encuesta, la del CIS, que, en realidad, beneficia a Jaume Collboni.

Rosa Alarcón, Jaume Collboni, María Jesús Montero y Salvador Illa, en el acto de arranque de la campaña electoral del PSC / PSC

Rosa Alarcón, Jaume Collboni, María Jesús Montero y Salvador Illa, en el acto de arranque de la campaña electoral del PSC / PSC

Al dejar por detrás a Xavier Trias, si la batalla final se establece entre Ada Colau y Jaume Collboni, los socialistas creen que podrán capitalizar ese voto útil para pasar página y dejar a los comunes o bien en la oposición, o en una posición subalterna del PSC, con Collboni de alcalde.

LA BRONCA ENTRE INDEPENDENTISTAS

Pero hay otros elementos en juego. Trias lo constató con su apelación al voto independentista, arropado por Carles Puigdemont y Laura Borràs. Aunque el líder exconvergente ha querido aparcar la cuestión desde que anunció su candidatura, para centrarse en un votante moderado sólo interesado en las cuestiones de 'ciudad', su partido le ha pedido que no abandone la causa independentista. Prueba de ello fueron las aseveraciones de Borràs y del propio Puigdemont en el acto de arranque de campaña. 

Esa pugna en el campo independentista puede ser crucial. Lo demostró Oriol Junqueras, en el acto de campaña del republicano Ernest Maragall. Junqueras, consciente de que su candidato puede quedar en la cuneta justo en el inicio de la campaña, cargó duramente contra la lista de Trias, al entender que los elegidos en la candidatura de JxCat fueron una especie de traidores en el referéndum del 1-0. Junqueras entiende que las posibilidades de Maragall pasan por recuperar la 'pureza' del independentismo, y por señalar Barcelona como la "capital de Catalunya". Esa misma frase, pronunciada por Maragall en la noche electoral de 2019 le costó, precisamente, la alcaldía, porque los socialistas se apresuraron para lograr un acuerdo con los comunes y Manuel Valls que ensalzó a Colau como alcaldesa en detrimento de Ernest Maragall.

La apelación al voto útil también la pronunció Daniel Sirera, el alcaldable del PP, que incidió en que él es el "verdadero voto útil". Su papel puede ser decisivo. Es el único candidato, dentro de la derecha constitucionalista, que obtendría representación, según todas las encuestas publicadas, con el 7% de los votos y entre dos y tres concejales. De forma pública ha insistido en que no apoyará como alcaldes ni a Colau ni a Trias. Y que su 'jefe' no será Alberto Nuñez Feijóo, en calidad de prresidente del PP, sino el conjunto de los barceloneses.

COLAU, CONFIADA EN LA "VICTORIA"

El resto de candidatos siguieron enzarzados en esa lucha particular por lograr el 5% de los votos, que asegura la entrada en el consistorio. Tanto Anna Grau, como alcaldable de Ciudadanos, como Eva Parera, la candidata de Valents, insisten en situar la cuestión de la seguridad en el centro. Las dos han alentado las protestas contra los okupas de Bonanova, creando una situación de máxima tensión, que derivó este jueves en diversos enfrentamientos y en movilizaciones cruzadas. La otra fuerza política que buscará esa representación es la CUP. 

Con esa fotografía de entrada, el campo de juego se dividirá entre Collboni y Trias, con la máxima entre ceja y ceja: ser percibidos como el voto útil para desbancar a Ada Colau, que en el arranque de la campaña, y con la encuesta del CIS a favor, se mostró segura de la "victoria" y con la sensación de que sus políticas "seguirán adelante".