Gobernar Barcelona con diez concejales es un frágil juego de equilibrios, un hecho del que el PSC es plenamente consciente. Jaume Collboni ha iniciado el presente mandato en solitario, una situación que no debería extenderse durante mucho tiempo si se busca disponer de un Ejecutivo estable en la capital catalana. Tanto la entrada de un socio en su proyecto como la ayuda externa de otros grupos municipales son posibilidades que están sobre la mesa, si bien es cierto que la preferencia socialista pasa por la primera opción con BComú como formación mejor posicionada para ello.
En un eventual escenario de coalición con estas dos fuerzas, el gobierno barcelonés sumaría 19 concejales. A nadie se le escapa que, con esta suma, la mayoría seguiría fuera del alcance de Collboni, que tendría que mirar hacia otros partidos para recabar su apoyo. El PP ha sido claro en su insistencia de mantener a los de Colau lo más lejos posible de cualquier cargo municipal, mientras que ERC se aferró a Junts tras los pasados comicios para lograr un pacto de gobierno que finalmente no superó la investidura. La formación de Xavier Trias puede ser, precisamente, una garantía para el correcto funcionamiento municipal a lo largo de los próximos años, siempre y cuando Collboni pase página de su etapa con Colau.
MAYORÍA CON ACUERDOS
La mayoría absoluta que suman los grupos del PSC y Junts, oficialmente Trias per BCN, es una posibilidad a explorar por Collboni. Con la operación para el pacto de investidura aún reciente y la compleja situación en la que se encuentra la futura gobernabilidad de la Diputació de Barcelona, que mantiene en vilo a los partidos pero también a los municipios de la provincia que disponen de menores recursos económicos, la opción del PSC pasa por alcanzar acuerdos con Junts, que mantendría su condición de primera fuerza de la oposición.
La formación liderada por Trias es consciente de que jugará un papel muy decisivo a lo largo de este mandato, al mismo tiempo que ven a los socialistas como encargados de un gobierno municipal débil y transitorio por su limitada suma de concejales, que no les ofrece demasiado margen de maniobra.
Conscientes de que la situación actual del Ayuntamiento responde a una organización provisional, en el marco de una reorganización del grupo y ante una próxima negociación de los recursos de los que dispondrá el partido como formación con más concejales, en Junts se mantienen a la espera de la celebración de las generales de este mes de julio para realizar una lectura certera de los resultados que les permita fijar una posición clara en cuanto a su responsabilidad municipal se refiere. Aunque, independientemente de lo que suceda en dichos comicios, no olvidan la voluntad que expresaron los barceloneses el pasado mes de mayo: alejar a los comunes de cualquier posición de poder de la capital catalana.
OPOSICIÓN "CONSTRUCTIVA"
La desconfianza de Trias hacia Collboni continúa latente tras la investidura. "No nos podemos fiar del alcalde porque nos ha mentido reiteradamente, por lo que nuestro punto de partida es de desconfianza", apuntan fuentes de Junts a este medio. Pese a ello, y como grupo con una dilatada experiencia en política municipal, no descartan encontrar puntos en común con los socialistas en beneficio de la ciudad. "Haremos una oposición dura, pero responsable y constructiva. Si tenemos que colaborar, lo haremos para que Barcelona avance", aseguran.
Sin embargo, existe una condición sine qua non para facilitar los acuerdos entre socialistas y exconvergentes: no repetir el escenario del pasado mandato. "No queremos el negativo escenario de Collboni y Colau. Si pasa, nos tendrán delante", afirman desde la formación. Por contra, señalan, sacar a los comunes de la ecuación facilitaría el entendimiento entre el Junts y el PSC, dos grupos cuya suma de ediles permitiría aprobaciones sin tener ninguna otra dependencia.
EXPERIENCIA MUNICIPAL
Entre los regidores de Junts existe una dilatada experiencia en gestión local de la que el nuevo alcalde podría sacar rédito. Neus Munté, quien podría sustituir a Trias al frente del grupo municipal tras su salida, encarna el carácter pactista de la era de Convergència tan reivindicado por el alcaldable durante la campaña electoral. Con Collboni, además, coincidió en UGT, lo que derivó en una muy buena relación entre ambos.
Junts también cuenta con otros nombres entre sus ediles cuya veteranía en política municipal es intachable, como Jordi Martí Galbis y Francina Vila, quienes formaron parte del gobierno de Trias y han sido testigos, en calidad de concejales, de los últimos ocho años de alcaldía de Colau.