La ciudad de Barcelona la gobierna una fuerza política con diez concejales, lejos de los 21 que marca la mayoría absoluta. El alcalde, el socialista Jaume Collboni no tiene intención, ahora, de buscar un socio estable, y dos de los socios posibles, los comunes y ERC, muestran una clara ansiedad al percibir que las intenciones del PSC pasan por otros derroteros, con la vista puesta en Junts per Catalunya, teniendo en cuenta –al margen de lo que oficialmente se señale—lo que suceda con la investidura de Pedro Sánchez en el Congreso. Y es que tanto comunes como ERC piden a Collboni que forme cuanto antes el gobierno municipal, y que ese acuerdo incluya la negociación de los presupuestos para 2024.

La respuesta de los socialistas es diáfana: nada de nada. Es decir, lo primero es acordar las cuentas municipales del próximo año, y, después, encontrar la fórmula para la gobernabilidad con un socio estable. La posición, expresada por la primera teniente de alcalde, Laia Bonet, chocaba con la intención de los comunes, en boca del que ha sido la mano derecha de Ada Colau en el anterior mandato, Jordi Martí.

La idea de los comunes es que no se pueden diferenciar las dos cuestiones, mandato municipal y presupuestos. “Para nosotros va junto: no hay Presupuesto sin acuerdo de gobierno. El presupuesto y las ordenanzas fiscales del primer año de un mandato es el que marca el mandato entero. Y no se puede pretender que nadie te apruebe el Presupuesto si no hay acuerdo de gobierno”, sentenció Martí.

MADRID Y BARCELONA, COSAS DISTINTAS

El grupo de ERC, que lidera Ernest Maragall, va en la misma línea. Los republicanos, reticentes hace unas semanas, ahora manifiestan su intención de negociar un posible acuerdo a tres bandas, con comunes y socialistas. Maragall, en todo caso, ha insistido en la última semana en reclamar a la formación de Ada Colau que no hable en nombre de ERC. Pero la idea de un pacto a tres ha comenzado a calar. Y, en todo caso, Esquerra no quiere entrar en una negociación sobre las cuentas de 2024 sin atar, o negociar, un acuerdo de gobierno.

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y la primera teniente de alcalde, Laia Bonet / EUROPA PRESS

Pero los socialistas están en otra cosa. Todo sigue pendiente de la investidura de Pedro Sánchez, con un papel crucial de JxCat. Aunque no se pretende trasladar lo que ocurra en Madrid a Barcelona, lo cierto es que el PSC tiene interés en explorar con Xavier Trias un pacto para los presupuestos. Y en esa tesitura está JxCat, que tiene claro que se trata de dos cuestiones distintas, y que no tiene intención, a corto plazo, de negociar una entrada en el gobierno municipal, ni tampoco –Xavier Trias lo ha verbalizado en los últimos días—forzar una negociación para lograr la alcaldía de Barcelona a cambio de apoyar la investidura de Sánchez.

Intereses compartidos, por tanto, entre socialistas y JxCat, en una coyuntura especial, a la que se debe añadir lo sucedido la pasada semana, con la sentencia judicial en contra de la superilla de Consell de Cent. Jaume Collboni se ha distanciado de la política urbanística de los comunes, y la propia Laia Bonet afeó las medidas adoptadas por los comunes, con una frase lapidaria: “No se puede implementar una política urbanística desde la confrontación, porque el hacerlo lleva a la judicialización”, en referencia a la superilla de Consell de Cent.

Xavier Trias durante el pleno de investidura / EFE

En ese contexto, ¿puede el PSC gobernar en coalición con los comunes, que, a su vez, insisten en incorporar a ERC para poder dividir el gobierno municipal en compartimentos estancos? Es lo que teme el PSC, que demora todo lo que puede esa negociación para la gobernabilidad. “La provisionalidad del gobierno se tendría que terminar de manera inmediata”, insiste Jordi Martí, viendo las orejas al lobo.

SIN CONCRECIONES CON LOS COMUNES

Por ahora, los socialistas sólo han intercambiado impresiones con sus potenciales socios. Los comunes lo han comprobado y han encendido todas las luces de alarma. “¿Este diálogo presupone que ya hemos construido camino y metodología para avanzar hacia un acuerdo de gobierno? No. Esto necesita papel, calendario de reuniones, reuniones a tres, una serie de pasos que nos permitan avanzar”, lamentó este miércoles Jordi Martí.

Los comunes se agarran a los resultados de las elecciones municipales, y a la voluntad de los socialistas de formar un gobierno “progresista”, pero, por ahora, no se ha concretado nada. Jaume Collboni sigue arrancando páginas al calendario.

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