¿Una alegría tras el ‘no de junts per Catalunya y los comunes a los presupuestos de 2024? Nunca un gobierno municipal puede verlo como algo positivo, pero el alcalde socialista Jaume Collboni entiende que era un partido que había que jugar, sabiendo que no saldría bien. Collboni perdió este miércoles la votación sobre las ordenanzas municipales y retiró la votación de presupuestos al saber que no prosperaría. La idea, sin embargo, es alargar en lo posible el gobierno en solitario, sin escoger socio, con lo que lo sucedido con la oposición no resulta tan amargo.
Esa es la posición del PSC, que era consciente de la premura en la presentación de unas cuentas que, por ahora, no podían ser de otra manera: voluntad de gravar con algo más de severidad las actividades turísticas, pero sin tocar el IBI, algo que sí deseaba hacer el partido de Ada Colau. JxCat, por su parte, quiere influir en sentido contrario, con menos impuestos en las ordenanzas fiscales. En todo caso, Collboni atendía los tiempos municipales, y los presupuestos se debían presentar a mediados de octubre, como así ha sido.
GOBERNAR EN SOLITARIO
El PSC ha comprobado, en todo caso, la dificultad para operar a través de una geometría variable. Tanto los comunes como Junts per Catalunya, el partido de Xavier Trias, han ligado la suerte de los presupuestos con un pacto de gobierno. Collboni no podrá pactar unas cuentas con Junts, sin invitar a Trias, o a su sucesor, a formar parte del ejecutivo local. Pero, ¿puede hacerlo ahora?
Esa es la duda que quería despejar cuanto antes el PSC. Sabiendo esa posición dura de comunes y de Junts, la voluntad es gobernar en solitario todo lo que se pueda. “Se gana tiempo”, señalan las fuentes consultadas, para comprobar, primero, qué sucede en la política española y si queda o no el camino libre para la investidura de Pedro Sánchez, en el Congreso, que depende en gran medida de Junts per Catalunya y de Carles Puigdemont en particular. Y para vislumbrar, también, en qué situación quedarán los comunes y la capacidad de maniobra del propio Trias en el seno de Junts antes de que decida irse a casa y dejar un sucesor en el grupo municipal.
DECISIONES FIRMES
Desde el primer día en el que Collboni fue elegido alcalde de Barcelona, su intención ha sido la de marcar el mandato con decisiones firmes, sin socios a la vista. Acaba de entrevistarse con el alcalde de Madrid, el popular José Luis Martínez Almeida y mantuvo una audiencia con el rey Felipe VI. Se trata de dos imágenes institucionales que han irritado tanto a los comunes como a ERC. En paralelo, ha propuesto medidas que han gustado a JxCat, como el rechazo para construir el 30% para vivienda pública en todas las promociones urbanísticas, con la idea de que se pueda lograr una permuta, en dinero, sobre ese porcentaje o sobre uno inferior.
Collboni ha querido marcar el camino, y lo ha hecho con un acuerdo con los restauradores en una cuestión que fue muy polémica en el anterior mandato, con Ada Colau de alcaldesa. El Ayuntamiento cobrará a los establecimientos por las terrazas en el espacio público, pero de forma proporcionada y en función del área de la ciudad.
GANAR TIEMPO
¿Pactos para sacar adelante los presupuestos o para grandes reformas de ciudad? Collboni los quiere, pero todo su equipo, con él en primer lugar, entiende que no podrá ser ahora. Retirar una votación sabiendo que se perderá indica que no se cuenta con un gobierno sólido. Pero el PSC prefiere esperar. El hecho de retirar esa votación sobre los presupuestos indica que buscará una negociación más adelante.
En los últimos días, Collboni había apelado a la “responsabilidad” de todos los grupos para que no se dejen en un cajón hasta 715 millones dedicados a gasto corriente e inversión. Pero el Ayuntamiento puede seguir funcionando, con la posibilidad de pactar esas cuentas más adelante. Perder la votación hubiera significado que los presupuestos debían ser rectificados, y presentar unos nuevos. No será así: “se gana tiempo, estamos ante un primer round”, se indica.