Un barómetro municipal. El segundo del año, el que llega por Navidad. Y ha resultado un regalo para el alcalde de Barcelona, el socialista Jaume Collboni. Los socialistas se colocan en primer lugar en la intención directa de voto, con el 13,5%, mientras que Junts per Catalunya, que ganó las elecciones del pasado mes de mayo, se quedaría en cuarta posición, con el 7,5%. Collboni ha diluido el llamado ‘efecto Xavier Trias’ en sus primeros seis meses de mandato, con un gobierno en minoría, con diez concejales. Ello constata lo que se dirimía en el mes de mayo: un cambio en la alcaldía o que siguiera en el cargo Ada Colau, con muchos votantes que se inclinaron por Trias porque se presentó como anti-Colau. Muchos vecinos y vecinas de Barcelona, dos meses más tarde, el 23 de julio, se inclinaron por el PP en las elecciones generales, en los mismos barrios en los que ganó Trias, en Sarrià-Sant Gervasi.
¿Volverían a votar por las siglas JxCat en unas elecciones municipales en Barcelona? El barómetro del Ayuntamiento ha señalado que no, que sería ahora muy distinto. El dato que ofreció este miércoles la teniente de alcalde Laia Bonet constata que el PSC no obtenía esa posición de liderazgo desde 2009. Se podría hablar ahora de un efecto Collboni, con una política centrada en la limpieza de Barcelona, con el plan Endreça, que ha cambiado la situación política.
Para JxCat se trata de un mero maquillaje, de un cálculo erróneo, “como ha ocurrido con otros barómetros”, según el concejal del equipo de Trias, Jordi Martí. “Son datos que no son verosímiles y el barómetro se equivoca como se ha equivocado en todas las encuestas y estudios sobre el voto en el Ayuntamiento en el último año y medio”. El acento de JxCat se sitúa en la inseguridad, que preocupa al 27% de los barceloneses, a casi tres de cada diez vecinos y vecinas de la ciudad. Es el principal problema que se manifiesta en Barcelona, a pesar de ese plan Endreça que ensalza el alcalde Collboni.
Pero en esos seis meses el alcalde socialista sí ha conseguido llevar la situación donde quería. Con la voluntad de ganar tiempo, de marcar primero sus prioridades para el mandato, para que el conjunto de Barcelona sepa qué quiere hacer en la ciudad, Collboni demora la elección de un socio de gobierno. Tanto JxCat como comunes y ERC presionan al alcalde para que tome una decisión, para poder aprobar los próximos presupuestos de 2024 y para aprobar grandes proyectos de ciudad.
La valoración de Collboni, a pesar de gobernar en minoría, con sólo diez concejales, ha aumentado. Ha pasado en seis meses de suspender, con un 4,6, a obtener ahora un 5,1, un aprobado raspado. Para Laia Bonet se ha producido un cambio: “Tenemos un alcalde que genera más apoyo y menos rechazo”. Y en la copa de Navidad con los medios de comunicación, en el Saló de Cent, el propio Collboni señaló que no deja de escuchar un comentario: “Collboni es mejor como alcalde que como candidato”, algo que él asegura que comparte.
En determinadas cuestiones los problemas se mantienen agudizados. La inseguridad es uno de ellos, con delitos más graves, con armas blancas, que se producen en puntos muy concretos de la ciudad, allá donde proliferan los turistas, en Ciutat Vella. Se trata también de la “percepción” de los ciudadanos, algo que el equipo de gobierno de Collboni admite que es “muy difícil de superar”. Porque, ¿cómo se combate esa percepción? ¿Con más policía en las calles? El propio jefe de la Guardia Urbana, Pedro Velázquez ha asegurado que esa mayor presencia podría tener el efecto contrario. Si se ven muchos agentes y en todas partes, ¿qué puede estar sucediendo?
Con esa realidad deberá lidiar Jaume Collboni, mientras acaba de decidir con quién desea gobernar. Los datos del barómetro, en todo caso, han ofrecido autoestima a los concejales socialistas, que van ahogados por toda la gestión que deben afrontar, a la que se añade la representatividad en los consejos de distritos o la participación en empresas públicas.
MARAGALL Y TRIAS, SE VAN
Los números electorales han surgido a partir de un trabajo de campo realizado entre el 15 y el 24 de noviembre, con 825 entrevistas, y bajo la responsabilidad del director de la Oficina Municipal de Datos de Barcelona, Màrius Boada. Por detrás del PSC aparece el partido de Ada Colau, los comunes, con el 11,5% en intención de voto, mientras que ERC quedaría tercera, con el 8,2%, y JxCat cuarta, con el 7,5%. El PP lograría el 2,5% y Vox el 0,8%.
La cuestión vital para Collboni es que la mayoría de sus adversarios políticos no repetirá en las próximas elecciones, ni tan sólo seguirán en el consistorio como concejales. El republicano Ernest Maragall surge en el barómetro como el mejor valorado, con un 5,3; seguido de Xavier Trias, con el 5,2. Pero los dos dirigentes renunciarán en breve a sus actas de concejales. Maragall celebrará su último pleno este viernes. Y Trias ha señalado que se irá a su casa cuando se sepa si JxCat llega o no a un acuerdo de gobierno con el PSC, y que será antes de la Semana Santa. Queda la incógnita, esencial, de Ada Colau, que, por ahora, se mantiene como concejal en el grupo de los comunes, aunque el protagonismo del grupo lo está adquiriendo Janet Sanz, presente en el encuentro con los medios de comunicación en la copa de Navidad.