El juego de Colau que la aleja de un pacto con el PSC en Barcelona
La exalcaldesa está desaparecida del Ayuntamiento y centra sus esfuerzos en presionar a Collboni desde los medios, una estrategia que reduce al mínimo las posibilidades de los comunes para entrar en el gobierno municipal
7 febrero, 2024 23:20Noticias relacionadas
Ada Colau aleja, cada vez más, a los comunes de una eventual entrada en el gobierno de Jaume Collboni en Barcelona. La exalcaldesa, dedicada a tiempo completo a presionar al edil socialista en los medios, está desaparecida de la actividad municipal, lo que reduce aún más una hipotética entrada de BComú en un Ejecutivo que mantiene el enfoque hacia un pacto progresista, pero con la mirada fijada en ERC.
Tras ostentar la alcaldía barcelonesa durante dos mandatos, Colau no acepta el rol de los comunes en la oposición, e insiste en su permanencia en la ciudad para poner un reguero de trabas a la gobernabilidad socialista. Collboni, por su parte, quiere a la actual edil y a su formación al margen del gobierno de la ciudad, consciente de que los últimos comicios desbancaron a este partido como referencia de la izquierda en la capital catalana en favor del PSC.
Pese a contar con un escenario en contra, la líder de los comunes en la ciudad continúa intensificando su embate contra Collboni por la vía mediática al mismo tiempo que minimiza su actividad política en el consistorio, un juego contraproducente que puede significar el portazo definitivo a cualquier posibilidad que tuviera su partido para sumarse al gobierno socialista.
PRESIÓN A COLLBONI
La actividad más recurrente de Colau en Barcelona ha sido la aparición en medios de comunicación para presionar al alcalde. La concejal de los comunes ha repetido, por activa y por pasiva, el mismo discurso. Ha insistido en que Barcelona ha votado opciones progresistas, ha remarcado que el PSC no suma ni incluyendo a ERC en su Ejecutivo, e incluso ha llegado a tachar de "inminente" un tripartito de izquierdas en la ciudad.
Los intentos a la desesperada de Colau no suscitan nada más allá que rechazo entre las filas socialistas. El inmovilismo de la exalcaldesa como líder de BComú y su evidente distanciamiento con Collboni imposibilitan la reedición de un pacto entre formaciones, que tampoco lograrían una mayoría en un eventual gobierno sin los republicanos como tercer actor en escena.
SIN ACTIVIDAD MUNICIPAL
Desde que perdió su condición de alcaldesa, resulta más fácil encontrar a Colau en platós, estudios y redacciones que en los pasillos del Ayuntamiento. La edil no aparece en actos institucionales donde sí se presentan los líderes de otros partidos, y no pisa las comisiones municipales. Delega esta función en Janet Sanz, quien también encabeza las comparecencias de prensa mensuales, y en otros regidores de la formación. Fuentes de BComú explican que estas sesiones están repartidas entre sus concejales, mientras que la exalcaldesa limita sus apariciones a los plenos municipales en calidad de presidenta de su grupo.
Es, precisamente, en estas sesiones ordinarias donde la exalcaldesa también ha aprovechado para reprobar a Collboni, una extraña forma de tejer complicidades para ostentar cargos de gobierno. El primer intento se produjo el pasado mes de octubre, cuando los comunes acabaron retirando una proposición para censurar al alcalde ante la falta de apoyo en el Consejo Municipal.
Colau volvió a la carga en diciembre, cuando consiguió el apoyo de Trias para esta reprobación. El resultado fue la escenificación de una ruptura entre comunes y socialistas expresada por la edil Laia Bonet, quien acusó a la exalcaldesa de "boicotear" un hipotético "gobierno de izquierdas" en Barcelona.
PACTOS A IZQUIERDA Y DERECHA
Con la situación actual, la opción prioritaria socialista pasa por alcanzar un acuerdo de gobierno con ERC, una formación para llegar a acuerdos que cuenten con la validación de un tercero, papel que recaería en los comunes y en Junts.
El PSC buscaría, en la primera formación, su complicidad en aspectos con mayor carga social, mientras que al mismo tiempo Collboni aprovecharía su sintonía con la formación de Trias para alcanzar acuerdos de carácter económico y empresarial, como ya se ha demostrado con la sintonía en aspectos como el revés a la reserva del 30% para vivienda protegida o en la tasa de terrazas.
Respecto a la fecha para el acuerdo de gobierno, los socialistas podrían demorar la decisión hasta verano, a la espera de la celebración de las elecciones europeas del próximo mes de junio.