Unos ciclistas por un carril bici de Barcelona / AJUNTAMENT DE BARCELONA

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Información municipal

Los comunes intentan copar los ‘presupuestos participativos’

Los de Colau quieren más superillas, más carriles bici y se quejan de que Collboni tira atrás algunos de sus proyectos emblemáticos

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Cuando se cumple el ecuador de la legislatura, los comunes preparan toda su maquinaria para atacar por tierra, mar y aire a su principal rival, el alcalde Jaume Collboni, convertido por la cúpula de Barcelona en Comú (BeC) en su archienemigo político. El aterrizaje de Ada Colau como presidenta ejecutiva de la Fundació Sentit Comú, el think tank o laboratorio de ideas del partido refuerza esa estrategia. Pero la táctica cotidiana es la mejor arma que tiene la formación.

La apertura de los llamados ‘presupuestos participativos’, impulsados prioritariamente por Ada Colau durante el anterior mandato, es uno de los puntos clave de los comunes para incidir en las políticas ciudadanas y movilizar el tejido social que controlan.

Llamamiento a los activistas

Las propuestas para presentar proyectos que puedan ser materializados por el Ayuntamiento finalizan esta semana, por lo que en los últimos días la dirección de BeC hizo un llamamiento a sus activistas para presentar propuestas. Y, evidentemente, para votarlas en la consulta final que finaliza este sábado.

No hay mucho tiempo de preparación, pero la maquinaria de los comunes es poderosa y tiene siempre las máquinas a punto: “Desbordemos los presupuestos participativos. Del 12 al 17 de mayo, las vecinas de Barcelona tenemos la oportunidad de decidir qué ciudad queremos”, alentaba la formación, a comienzos de semana, a la militancia.

La calle Consell de Cent

La calle Consell de Cent

La intención es poner en un brete al alcalde, el socialista Jaume Collboni, a quien acusan directamente de haberse vendido a los lobbies económicos, de haber deshecho todo lo que había tejido Ada Colau y de haber paralizado el Ayuntamiento.

237 proyectos

Para el periodo de 2025 a 2027 se han presentado varios cientos de proyectos, de los que han pasado a la fase final un total de 237. El monto total que se destinará será de 30 millones de euros, de los que cada distrito dispondrá de entre 2 (el de Les Corts) y 3,6 millones de euros (Ciutat Vella, Sants-Montjuïc, Nou Barris y Sant Martí). Los proyectos pueden ser votados telemáticamente hasta este sábado.

Normalmente, los proyectos solicitados hacen referencia a remodelaciones o mejoras muy concretas, así como a rehabilitaciones de determinados espacios. Los comunes, no obstante, quieren imprimir su huella en las propuestas.

Desbordar al alcalde

BeC ha dado orden a sus colectivos de que se presenten temas relacionados con los grandes proyectos por los que apostó Colau para que sean de nuevo protagonistas. “Votemos por más superillas, mejoras en los patios y en los entornos de las escuelas, más carriles bici, proyectos y equipamientos comunitarios… todo aquello que los comunes impulsamos y ahora Collboni se quiere cargar”, es la alerta de la cúpula. Por ello, llamaban a “desbordar a Collboni de participación ciudadana”.

Un vídeo enviado este miércoles, insistía en la estrategia. “Los presupuestos participativos son una herramienta de poder ciudadano. Desde Barcelona en Comú impulsamos esta herramienta porque creemos en la importancia de la participación ciudadana en una ciudad donde las vecinas podemos decidir. Hagamos que la participación desborde a Collboni y a su gobierno de despacho”.

Propuestas inviables

En el vídeo se recogen proyectos presentados en otras ediciones, como el del primer parque infantil inclusivo o la petición de una arquitecta con movilidad reducida que pide mejoras para permitir una mayor autonomía a las personas que están en su situación.

En el Ayuntamiento subrayan que el objetivo de los presupuestos participativos es “priorizar, definir y elegir proyectos de inversión que interesan a los vecinos”.

Los comunes, no obstante, quieren que sean los proyectos que han llevado tradicionalmente en sus programas electorales. Las críticas que se hicieron durante la época de Colau a estos presupuestos es que muchos eran obra de entidades afines a los comunes que presentaban propuestas inviables y que se arrogaban una legitimidad de organizaciones cívicas que no tenían.

Los chaflanes del Eixample

De ahí que en ocasiones algunos de los proyectos presentados fuesen desechados, pese a haber sido votados (un total de 48.000 barceloneses participaron en las votaciones de la anterior legislatura).

Superilla de Sant Antoni / AJ BCN

Superilla de Sant Antoni / AJ BCN

Entre esos proyectos figuraban la “pacificación” de casi todos los chaflanes de la calle Aragón, de los que se pretendía desterrar la circulación y los automóviles. El tema se vuelve a plantear en esta edición, pero limitado al cruce de las calles Mallorca con Comte Borrell y con un presupuesto de 250.000 euros.

Una entidad muy vinculada

Los comunes se quejan de que otros dos propuestas han sido derribadas en la lista de proyectos finales: la ‘pacificación’ del cruce de Aragó con Viladomat, y de Aragó con Urgell, también apoyadas por la organización Eixample Respira, muy vinculada a los comunes, tanto que su principal impulsor fue el concejal de BeC Guille López.

También se pide, por ejemplo, la segregación de un carril bici en la ronda Sant Antoni, entre la calle Casanova y la plaza Universitat, o la continuación del carril bici en Ronda Sant Pere hasta plaza Universitat pasando por plaza Catalunya y Ronda Universitat. En definitiva, que quieren presionar al equipo de gobierno municipal con las propuestas base de la estrategia de Colau.