La pacificación de calles a diestro y siniestro que está llevando a cabo el Gobierno municipal de Barcelona, liderado por Ada Colau, no deja de sumar detractores en la capital catalana.
El barrio del Camp d'en Grassot, en el distrito de Gràcia, tampoco se salva de las polémicas maniobras de la alcaldesa. La perpetua guerra contra el coche protagonizada por los comunes también se evidencia en sus calles. Y, como en muchos otros casos, ha dado pie al colapso en la movilidad rodada.
La calle Bailèn es el foco del conflicto. Su tramo inicial, entre las confluencias con la Travessera de Gràcia y la calle Sant Antoni Maria Claret, ha perdido un carril de circulación tras su pacificación. La medida, tras el estrepitoso fracaso de la superilla, ha provocado la oposición del barrio.
'ELIMINAR COCHES'
El presidente de la Asociación de Vecinos del Camp d'en Grassot, Josep Serra, se muestra crítico con la pacificación de la calle Bailèn. El portavoz vecinal asegura que "pacificar como se ha hecho en Bailèn enmascara la idea de eliminar coches", por lo que el consistorio no busca "ayudar a los viandantes". En este sentido, afirma no saber "hasta qué punto se ha pacificado para tener aire más limpio", y destaca que "el vehículo no es el problema en sí".
Respecto a las aceras, Serra garantiza que ya son "suficientemente anchas". Además, el presidente de la asociación incide en que la reforma tiene el efecto contrario del esperado. El Ayuntamiento escogió ese tramo al encontrarse ante la escuela Univers, pero la eliminación de un carril ha comportado más tráfico y, en consecuencia, "más humo".
Serra también remarca la oposición a la instalación de "semáforos donde no hay escuelas", la presencia de "bloques de hormigón", la dificultad de parada para los "repartidores" y las "zonas 30" que aportan "más contaminación" y dificultan el día a día de los trabajadores: "Los días de cada día la gente no puede ir a 30 por hora. ¿Cuál es la alternativa? ¿Coger un caro transporte público?", se pregunta el representante vecinal.
SERVICIOS
El comercio que requiere de una zona de carga y descarga que se utilice con frecuencia tampoco lo tiene fácil en la calle Bailèn. Antonio Alba, presidente de la Asociación de Comerciantes de la Calle Bailèn, indica que un supermercado de la vía se encuentra con este constante problema. "Tienen un camión de grandes dimensiones que no tiene donde aparcar. Tiene que estacionar en otras calles porque por su tamaño no puede hacerlo en las esquinas", asegura.
Alba también es partidario de disponer de mayor estacionamiento en la calzada para bajar las motos de la acera. Un objetivo complicado teniendo en cuenta que, la calzada que contaba con plazas para estos vehículos, está pacificada.
CARRIL BICI
El carril bici de la calle Indústria es otra de las actuaciones que critica el presidente de la asociación de vecinos. "En Indústria hay colas cada mañana porque solo hay un solo carril de circulación. No hay que olvidar que Barcelona es una gran ciudad, no un pueblo", recuerda.
Respecto al conjunto de medidas adoptadas, Serra lamenta que "nadie en el Ayuntamiento" les ha "presentado nada", incidiendo en que el Gobierno municipal de Colau "no pregunta". "Provocamos una reunión con el distrito de Gràcia. Acudió todo el mundo menos Eloi Badia", lamenta.
Para salvar las discrepancias, el líder vecinal reclama un "diálogo" con el consistorio que el barrio no ha encontrado en toda la legislatura: "No digo que no se hagan actuaciones, pero hablemos. Sólo pedimos que escuchen a la gente", insiste Serra.