Este sábado, 20 de noviembre, se celebra la primera marcha lenta de transportistas contra la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Barcelona.

El sector se ha reunido a las 9:00 horas en Sabadell y, hasta las 12:00 horas, se dirigirán hacia la Ronda de Dalt y la Ronda Litoral para colapsar el tráfico. Según fuentes de la Guardia Urbana, se han unido a la manifestación medio centenar de camioneros. 

COMPLICACIONES

El Servei Català de Trànsit ya ha advertido a lo largo de esta mañana que la circulación en la ronda Litoral es complicada, donde se ha generado una caravana de tres kilómetros. Por el momento, el tráfico está colapsado en la zona de Montjuïc.

Además de esta convocatoria, están previstas otras dos el 22 y 24 noviembre de 18.00 a 20.00 horas.

Cartel de la ZBE en una salida de la Ronda de Dalt / AJ BCN

EXIGIR SOLUCIONES

Esta vez, los transportistas serán quienes salgan a la calle para expresar su rechazo a las limitaciones. El sector ha agotado la moratoria de la que disponía sin que las administraciones hayan adoptado medidas al respecto, lo que ha comprometido la actividad de numerosos trabajadores que han dicho basta.

Ante esta situación, grupos de transportistas se han unido para exigir soluciones mediante la convocatoria de múltiples protestas.

7.000 CAMIONES

Desde el sector aseguran que, debido a la restrictiva ZBE, un total de 7.000 camiones no podrán acceder a la capital catalana a partir del 1 de enero del próximo año. Por ello, los transportistas demandan la homologación de filtros y catalizadores para los camiones para evitar cambiarlos o, incluso, perder su trabajo.

Esta adaptación de vehículos para que puedan seguir circulando ya cuenta con una empresa dispuesta a ello. La automovilística Renault ya ha anunciado que, a partir de 2022, reacondicionará vehículos usados en su fábrica de Sevilla. Así, se facilitará la reducción de emisiones y la eliminación de los materiales más contaminantes. El paso de la marca francesa podría sumar a otras compañías a hacer lo propio, lo que dejaría en evidencia las contradicciones de la ZBE y su polémico criterio de selección de vehículos que ya ha llegado hasta el Parlamento Europeo.

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