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Consejos útiles para proteger los ojos bajo el agua
Una sobreexposición al agua del mar, cloro o elementos químicos de las piscinas es una de las principales causas de las patologías oculares que se padecen en verano
22 julio, 2022 00:00Noticias relacionadas
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La exposición solar no es el único factor que puede dañar los ojos. Principalmente, en verano el agua es el elemento de mayor riesgo al ser la época del año en la que se practican actividades acuáticas, como la natación, el submarinismo o el surf.
La acción de mantener los ojos en contacto con el agua del mar y de las piscinas es una de las causas principales de las patologías oculares que se producen en verano. Estas afecciones pueden provocar desde irritación y lagrimeo hasta infecciones de carácter más grave.
ORIGEN DE VARIAS PATOLOGÍAS
“Cuando vamos a la playa o la piscina solemos hacer uso de cremas para la piel, sombreros, gorras y gafas de sol para protegernos de la exposición solar. ¿Por qué protegemos los ojos fuera del agua, y no dentro?”, se pregunta la doctora Mercè Guarro, responsable del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitari Sagrat Cor.
La exposición al cloro y otros elementos químicos añadidos en las piscinas pueden resultar tan dañina como permanecer demasiado tiempo bajo la acción del sol. “La exposición reiterada de los ojos al cloro y otros elementos de las piscinas pueden causar distintas patologías”, alerta la especialista del Grupo Quirónsalud.
PATOLOGÍAS OCULARES POR UNA SOBREXPOSICIÓN AL AGUA
Irritación en los ojos: el cloro y otros productos químicos que contiene el agua de la piscina pueden afectar directamente a la película lagrimal que protege e hidrata el ojo, debilitándola y causando irritación, lagrimeo y sensación de cuerpo extraño, que se conoce como "ojo rojo".
Conjuntivitis infecciosa: En el agua conviven distintos gérmenes y bacterias que pueden ser causa de infección ocular, bacteriana o vírica.
Queratitis: se trata de una inflamación de la córnea causada por algunas bacterias como la Pseudomona o la Acanthamoeba, presentes en el agua del mar.
Visión borrosa: en ocasiones, un contacto muy regular con el agua de la piscina puede derivar en problemas crónicos como la visión borrosa.
Picaduras: de medusa u otras especies marinas que habitan en el mar pueden dañar la zona periocular e incluso los tejidos oculares provocando quemaduras.
Traumatismos: existe un mayor riesgo de sufrirlos si se practica algún deporte acuático o por el contacto físico.
Hiposfagma: con la práctica del submarinismo se puede producir un derrame ocular causado por los cambios de presión. Las consecuencias suelen ser leves.
PRECAUCIONES
Los ojos son una parte del cuerpo muy delicada y requieren de una buena higiene y cuidados. Por ello es importante mantener algunas precauciones durante la exposición acuática:
Evitar abrir los ojos bajo el agua en la medida de lo posible, tanto en el mar como en la piscina.
Hacer uso de gafas de buceo homologadas que se adapten al contorno del ojo evitando la entrada de agua, que tengan filtros de protección ultravioleta (UV), sistema antifog para evitar el vaho, sello CE y referencia ISO.
No utilizar lentes de contacto bajo el agua ya que aumenta notablemente el riesgo de infección.
Ducharse antes de meterse en el agua del mar o la piscina para eliminar posibles restos de protectores solares y otros productos que puedan causar reacción con el cloro.
Ducharse después de bañarse en el mar o la piscina para eliminar los restos de cloro y sal. No secar los ojos friccionando excesivamente.