Después de más de 650 días de corte, la Meridiana por fin volverá a ser libre, a pesar de los cortes de los últimos días. Pienso en primer lugar en todos los vecinos, comerciantes y trabajadores que durante todo este tiempo han sufrido cada día los cortes y que para llegar a casa después de un día largo de trabajo han tardado mucho más de lo habitual. La semana pasada visité los comercios del eje comercial de Fabra i Puig que estaban aliviados de saber que (en principio) la Meridiana no se volverá a cortar. Han sufrido pérdidas económicas e incluso algunos han tenido que aguantar agresiones de algunos manifestantes. Dos años intolerables que no se deberían repetir.
No hay ninguna duda que el seny ha ganado, aunque parece que los manifestantes separatistas no van a cesar en su delirio de seguir cortando una de las vías principales de entrada y salida de Barcelona. Lo harán ahora sin la autorización del Govern, es decir, organizarán manifestaciones ilegales. Ya sabemos que al separatismo todo lo que sea ilegal, le gusta. En este contexto, es muy importante que el Govern de la Generalitat cumpla con su palabra, que se haga respetar y no deje cortar la vía. Aunque, ¿qué mensaje se les está dando si la misma presidenta del Parlament, Laura Borràs, participa de una manifestación no permitida? Lo que ocurrió el sábado en la Meridiana fue un acto denigrante para la política y para la ciudad de Barcelona.
¿No han tenido suficiente con más de 650 días? ¿No han perjudicado bastante a vecinos y comerciantes? ¿No han tenido ya sus minutos de gloria en los medios de comunicación? Quieren más y más, a costa de perjudicar la imagen y la economía de Barcelona. Cada día que se ha cortado la Meridiana, el Ayuntamiento ha gastado 3.000 euros en el dispositivo de la Guardia Urbana, sin tener en cuenta el gasto extra de la Conselleria de Interior por el dispositivo de Mossos. Es decir, como mínimo ha habido un gasto municipal de dos millones de euros, que salen de los impuestos de todos los barceloneses, los que son separatistas y los que no. Y después se van a quejar de que no hay suficientes ayudas al pequeño comercio o a las familias en riesgo de exclusión. Incoherencia y mucha irresponsabilidad.
El derecho de manifestación no puede pasar por encima del derecho a la libre movilidad. Puede ocurrir un día puntual, dos, incluso tres, pero no dos años casi de forma ininterrumpida. Había días que la Meridiana la cortaba la Guardia Urbana, porque casi no había ni manifestantes. Diez personas no pueden fastidiar el día de miles de trabajadores que quieren volver a su casa. Se trata de una cuestión de calibrar los derechos y, sobre todo, de convivencia. Ésta que los independentistas han manoseado y han echado por los suelos.
Seguiremos muy atentos a todo lo que ocurre en la Meridiana. Hemos estado siempre al pie del cañón, apoyando a todos los que pedían el cese de los cortes. Incluso en plenos y comisiones del Ayuntamiento, desde el Partido Popular hemos pedido en muchas ocasiones que se acabaran los cortes, más refuerzo policial, ubicación alternativa para que se manifestaran sin cortar y un sinfín de medidas para volver a la convivencia normal entre barceloneses. De momento, el seny ha ganado: la Meridiana no se corta.