El Calendario El Ermitaño cumple 150 años. Firmado con el pseudónimo “el astrólogo Fray Ramon de los Pirineos”, su autor y creador fue Antoni María Morera i Colom (Tàrrega,1819-Barcelona,1893).
Como entonces, lo sigue editando su tataranieto en la Travesera de Dalt 12 de Barcelona. No obstante, sus contenidos abarcan toda Catalunya, las fiestas mayores y los mercados de todos los municipios catalanes.
Además de ser un antiquísimo ejemplo de empresa familiar, la vida y obras de Morera Colom serían dignas de un novelón más largo que Cien años de Soledad. No exento de realismo mágico mucho antes del realismo mágico, fue científico, empresario, naviero y mecenas que pagó la capilla de la Virgen de la Salut, que aún se alza en el barrio al que dio su nombre.
En su bibliografía y en su calendario mezcló sabiamente ciencia, religión, astronomía, astrología, meteorología, agricultura, horticultura, historia, leyendas, tradiciones, costumbres, refranes, recetas…
Publicado en castellano y catalán, por 5,90 euros acompaña cada día del año con muchos y variados saberes e ilustraciones de artistas del ochocientos. Su imagen, textos, maquetación, precio y otras virtudes evocan directamente a la llamada literatura de cordel, aquellos pliegos que vendían librerías, ciegos, clérigos y cómicos de la legua.
Aporta también cronologías, centenarios, santoral, tradiciones populares, establecimientos históricos, curiosidades, remedios y guisos, dichos, frases de personalidades célebres, natalicios y obituarios de personajes relevantes…
Entre sus ilustraciones y grabados, nombres de artesanos y artistas como Pacià Ros, Tomàs Argemí, Lola Anglada, Joan G. Junceda, Joan Moll, Lluís Mallol con aportaciones del Centre Excursionista de Catalunya –nacido en la misma época-, y del Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya, entre otros.
Presente en muchos hogares, es una amena lectura al comenzar el día a día y muy útil para escritores, periodistas, historiadores, científicos, esotéricos, agricultores, hombres del tiempo televisivos y personas curiosas con ganas de aprender. Así por ejemplo, este enero, mes consagrado al Niño Jesús y bajo el signo de Acuario, toca sembrar manzanilla, perejil, orégano, caléndula y menta. Y también verduras y hortalizas.
Dice el refranero: “En enero debes abonar lo que luego sembrarás”. Y “agua de enero todo el año tiene tempero” (Sazón y buena disposición en que se halla la tierra para las sementeras y labores, define la RAE). Hay también misterios por desentrañar y entretener.
Aunque pudiera parecer muy rural por la época histórica en que nació El Ermitaño, Barcelona es omnipresente desde sus orígenes y especialmente en las etapas históricas iniciales de la publicación: la llegada de la electricidad, los tranvías de tracción animal, la revolución industrial, el mercado del Born, la fiebre del oro, el telégrafo, el teléfono, la moda y el vestuario de aquel entonces.
Refiriéndose al inexorable paso de los años y los días que recuerda todo calendario, un grabado de 1898 representa al Tiempo como un simpático anciano que juega con la bola del mundo y dice: “Ya que el mundo no quiere ir bien, al menos que sirva para divertirme”. Acompañante de aquel Tiempo, El Ermitaño aún divierte.