Hipocresía: “Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan”. Sinónimos: “falsedad, fingimiento, doblez, cinismo, fariseísmo, insinceridad, disimulo, simulación, santurronería, comedia, abulencia”.
Son definiciones del Diccionario de la RAE. La han practicado PSC, ERC, CUP, Comunes y Mas País a raíz de la muerte y funeral del Papa Franciscus. Y la ejercen siempre que de religión se trata. El antónimo de hipocresía es: “sinceridad”.
Tres días de luto. Banderas a media asta. Crespones negros. Lucimiento de fotos sonrientes con el Papa cuando le visitaron. Asistencia a funerales… Lo cometen los mismos partidos que no felicitan la Pascua cristiana. Pero sí el Ramadán musulmán.
Son los que llaman Solsticio de Invierno a la Navidad. Mientras, España y Catalunya lideran la cristianofobia en Europa con las cifras más alta de ataques, vandalismo y delitos de odio contra iglesias y lugares de culto.
Los que no han condenado el atentado islamista en Nigeria la pasada Semana Santa. Resultado: 52 cristianos asesinados, 22 heridos y casi 400 casas destruidas. Es un genocidio silenciado.
No importa que, según estadísticas oficiales, el 57% de catalanes se definen cristianos y el 6,8% musulmanes. La secta woke no respeta ni que líderes como Salvador Illa y Oriol Junqueras sean creyentes.
Impropios de un Estado aconfesional y laico, los autoproclamados progresistas se apuntan a actos católicos con una mano y a ritos musulmanes con la otra. Según les convenga para que sus fieles les voten. Aunque mientan a unos y a otros de fe ciega.
Otra discriminación a cristianos, agnósticos, ateos y creyentes de otras religiones es que las autoridades municipales hacen la vista gorda ante la costumbre musulmana de la matanza de corderos.
Su rito halal incumple todas las normas de higiene, de control veterinario y contra el maltrato animal. A un particular lo crucificarían a multas. Pero el Ayuntamiento de Barcelona cede y concede ante las exigencias de los líderes mahometanos.
Además de ser autoridades intolerantes, incultas y falaces, hacen el ridículo. Como reivindicar cabalgatas de Reinas Magas, la Mamá Noel o las pajas (con perdón) en lugar de pajes, que es más inclusivo.
El wokismo va cayendo en el infierno de las encuestas, las intenciones de voto y la irrelevancia política. Porque ignoran aquella sentencia del presidente Josep Tarradellas: “En política se puede hacer todo, menos el ridículo”.
Los fanáticos wokes callan ante los más de cien intentos de ablación registrados en Catalunya durante la última década. Y acallan los crímenes islámicos contra mujeres y homosexuales. Por ejemplo.
También imponen el silencio sobre las nacionalidades de los delincuentes encarcelados. Aunque la Generalitat admite que “más de la mitad (un 51,8%) son extranjeros”. Y que “el 40% de presos extranjeros no se integrará nunca”.
Algo tendrán los hipócritas cuando la Biblia contiene 108 versículos contra la hipocresía y los hipócritas. Y Jesucristo echó del templo a los fariseos a latigazos. Aquí no se necesita látigo. Porque mal les va a ir cuando los echen las urnas.