Hoy, festividad de San Jaime, se cumplen 190 años de la quema de siete conventos que tuvo lugar en Barcelona. Se saldó con varios sacerdotes y un general asesinados. Y seis fusilados acusados de provocar desórdenes e incendios.
La causa: la poca calidad de los toros en una corrida celebrada en la plaza del Torín. La multitud se exaltó, los provocadores echaron leña al fuego y la emprendieron contra conventos, frailes y capellanes.
Causas de fondo: el anticlericalismo y un ambiente de rechazo contra el autoritarismo. Los exaltados se adueñaron de la ciudad durante días de disturbios. El 2 de agosto llegó a Sants el general Bassa para negociar y restablecer el orden.
Lo asesinaron de un tiro en el Palau de la Generalitat. Arrojaron su cadáver desde el balcón. La turba lo arrastró por las calles causando más incendios y actos vandálicos. Restablecido el orden manu militari, se procedió a los fusilamientos.
Casi dos siglos después, viene a cuento recordar tan aciagos hechos el día de San Jaime, conocido también como Santiago Matamoros. Porque demuestra que la causa más nimia puede causar un estallido social de violencia si hay mar y mal de fondo.
Se dice que la historia no se repite. Pero se parece demasiado y a veces para peor todavía. Se vio en la guerra civil de 1936, cerca de cumplir 90 años. También se repiten ahora disturbios y violencia social en poblaciones de Catalunya y España.
Se vierte mucha tinta y malgastan muchas horas de tertulias en el reciente caso de Torre Pacheco. Con los medios de agitación y propaganda del poder manipulando los hechos. Con los más libres, poniendo el dedo en la llaga de la verdad.
Lo ocurrido en Murcia recuerda demasiado a lo que ha pasado y pasa en Barcelona, Badalona, Sabadell, Terrassa, Cerdanyola, Sant Adrià, Rubí, Polinyà, Salt, Ripoll… En barrios tan parecidos a las banlieues (suburbios) franceses.
Recuérdense los disturbios de París en 2005, que se extendieron por otras ciudades de Francia y Europa. Sólo en París, 2.432 vehículos quemados, 12.362 actos violentos y 9.000 coches patrulla apedreados, según la Gendarmería Nacional.
Causas subyacentes, según la BBC: Pobreza. Tensiones raciales y religiosas. Inseguridad. Percepciones negativas en la sociedad francesa respecto al Islam. Hechos de violencia previos. Recortes a las fuerzas del orden, según los sindicatos policiales.
Otros factores del informe BBC: “Enorme furia y resentimiento entre inmigrantes africanos y los hijos de norteafricanos”. “Descontento de muchos jóvenes franceses originarios del norte de África”. “Gente desesperada por integrarse a la sociedad”.
Se dirá que toda comparación es odiosa. Que la culpa es del racismo de los nativos de los países “acogedores”. Que nazis, fascistas y otros demonios recorren Europa. Y que los buenos son los que no digieren el caos y el fracaso de la multiculturalidad.
En todo caso, muchas felicidades a quienes celebran hoy su onomástica. Y que el Santo Apóstol les bendiga y proteja. Siempre sobre su caballo blanco y espada en mano. Si no se la decomisan.