El presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, junto al presidente de APCE, Xavier Vilajoana
Sánchez Llibre y el ‘protectorado’ sobre Junts en Barcelona
"Estamos en una especie de ‘protectorado’ de Sánchez Llibre sobre Junts, que es incapaz de tomar decisiones que vayan, ‘¡Oh sorpresa!’, en beneficio del conjunto de los ciudadanos de Barcelona"
Rehenes. ¿De quién? ¿Hay varios rehenes en el Ayuntamiento de Barcelona? ¿O solo uno? El mayor responsable en una negociación es quien tiene más poder. Se podría aplicar esa máxima a lo que sucedió durante el proceso independentista, con Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. Pero hay también otros muchos responsables. Y, por supuesto, en los grupos que forman parte de la oposición. La cuestión es que en Barcelona hay un supuesto rehén, que sería el alcalde Jaume Collboni, a ojos del presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre, que le ha acusado de estar en manos del “colauismo”.
Veamos. Las negociaciones para aprobar los presupuestos de Barcelona, de cara a 2026, se han intensificado en las últimas semanas, con un primer acuerdo del PSC con ERC, y también con los comunes, que permiten iniciar la tramitación de las cuentas. ¿Eso indica que habrá un pacto para sacar las cuentas de forma definitiva? No, es muy posible que los comunes se inclinen por el voto en contra. Pero, ahora mismo, todo está abierto.
El PSC tiene previsto que en enero haya nuevos presupuestos. Si no tiene el acuerdo que precisa –no le sirve solo con ERC, porque no llega a la mayoría necesaria—Jaume Collboni presentará una moción de confianza. Habrá, por tanto, nuevas cuentas, con las que se podría llegar a las elecciones municipales de 2027.
En ese intervalo, en las últimas semanas, el presidente de Foment quiso intentar, de nuevo, un acuerdo entre el PSC y Junts para sacar adelante la reforma de la medida de la reserva del 30% de vivienda pública en las promociones urbanísticas. No se quería resignar, --y en eso acierta—a que los dos principales grupos políticos de la ciudad se pongan de acuerdo.
Pero han sido los concejales de Junts en el Ayuntamiento de Barcelona, capitaneados por Jordi Martí Galbis, los que no han podido o no han sabido mantener esa aproximación con el PSC. Estamos, por tanto, en una especie de ‘protectorado’ de Sánchez Llibre sobre Junts, que es incapaz de tomar decisiones que vayan, ‘¡Oh sorpresa!’, en beneficio del conjunto de los ciudadanos de la ciudad.
Los socialistas van a lo suyo. Señalan que ellos son muy conscientes del papel que tienen asignado, de a quién quieren representar. ¿Es el PSC un partido liberal de centro-derecha? No parece que los socialistas quieran autodefinirse con esa etiqueta. Sin embargo, desean llegar a acuerdos con Junts. De hecho, llegaron a un acuerdo sobre esa medida del 30%. Y aceptaron la petición de Junts de bajar el IBI, aunque un 2%, y no el 4% que reclamaba la formación de Carles Puigdemont.
Finalmente, Junts no quiso comprometerse. Y el pacto se esfumó. El PSC mantuvo su camino y ha llegado a acuerdos con ERC, y no sabe qué decisión tomará en el último instante el partido de Ada Colau.
Lo curioso es que Sánchez Llibre, que está enojado por cómo ha evolucionado todo ese asunto del 30%, ha pedido que se puedan consensuar las políticas de vivienda. Lo ha hecho de la mano del presidente de la Asociación de Promotores de Catalunya (APCE), Xavier Vilajona.
¿Pero a quién responsabilizan? Sánchez Llibre, pese a esa petición general, quiso concretar, y censuró a Collboni por ser “rehén del colauismo y del tripartito del decrecimiento”. ¿Hubo palabras para Jordi Martí Galbis? No, sobre Junts ya ejerce el presidente de Foment un ‘protectorado’ evidente.
Ante eso, el peso recae en Junts. ¿Hay alguien con personalidad para saber qué debe hacer el grupo municipal en el futuro inmediato? ¿Va a dejar los asuntos en manos de Foment, sin pensar que, tal vez, haya electores potenciales de Junts que valoren otras cuestiones u otros colectivos? ¿Qué ciudad quieren los ex convergentes?
El asunto no es una anécdota, porque los socialistas reclaman saber con quién deben dialogar, aunque tienen claro que debe ser alguien del grupo municipal, no personal externo.
Pudiera suceder que, con los presupuestos ya aprobados, más allá del enero de 2026, las aproximaciones que ya se habían establecido, puedan dar resultados.
Pero eso sólo sucederá si alguien en Junts es capaz de dar un golpe en la mesa, desde su condición de candidato o candidata a la alcaldía de Barcelona en 2027.
¿Hay alguien ahí?