Raúl Orellana en la entrevista con Metrópoli /  SIMÓN SÁNCHEZ

Raúl Orellana en la entrevista con Metrópoli / SIMÓN SÁNCHEZ

¿Quién hace Barcelona?

Raúl Orellana, DJ de Studio 54: "La cultura de clubes en Barcelona me da pena"

El pinchadiscos residente de la histórica discoteca barcelonesa carga contra el trato del gobierno municipal a los locales y exige más facilidades para el ocio nocturno

30 abril, 2023 00:00

La historia reciente del ocio nocturno en Barcelona no puede explicarse sin mencionar la influencia de determinados fenómenos. Desde principios de los 80 y hasta mediados de la década siguiente, la capital catalana cruzó el Atlántico para jugar a ser Nueva York. En las calles de la Gran Manzana nació un fenómeno que marcó las noches de los años 70 y que, bajo la denominación de Studio 54, vio pasar a nombres tan variopintos como los de Mick Jagger, Woody Allen y Salvador Dalí, e incluso el del expresidente estadounidense Donald Trump. Este modelo, salvando ciertas diferencias, no tardó en desembarcar en Barcelona.

El empresario Mike Hewitt vio la oportunidad de importar este éxito a España. Madrid fue la ciudad elegida en primera instancia, pero un desacuerdo empresarial condujo al estadounidense a la capital catalana. Tras un acuerdo con Matías Colsada, propietario del Teatro Español del Paral·lel, se creó la primera macrodiscoteca de la ciudad, que duró más de una década.

Raúl Orellana (Granada, 1962) es el mejor testimonio de lo vivido en la sala durante aquellos años. El niño que recaló en la ciudad con solo dos años, se convirtió al alcanzar la mayoría de edad en el DJ residente del Studio 54 barcelonés. El pinchadiscos, que sigue en activo, recuerda la transformación que supuso la llegada de este local a Barcelona, y pide al futuro gobierno de la ciudad que saque sus manos del ocio nocturno.

"NUEVA YORK EN BARCELONA"

El que fuera DJ de la histórica sala barcelonesa, quien comenzó su carrera pinchando en un "centro cultural del ejército en plaza Catalunya", recuerda sus inicios y el desembarco de la iniciativa en la ciudad como una auténtica "revolución cultural". "Fue más que un bombazo, la primera macrodiscoteca con capacidad para más de 1.500 personas en la que parecía que Nueva York hubiera aterrizado en Barcelona", recuerda tras señalar que tomó el relevo musical a un disyóquey americano que renunció al puesto tras verse obligado a pinchar a los grupos ingleses de finales de los 70.

Studio 54 en Barcelona / IN-EDIT

Studio 54 en Barcelona / IN-EDIT

Orellana señala las dificultades que se encontró tras acceder al puesto: "Fue muy complicado sustituir a un americano con un nombre, una cultura y un bagaje importante. También me encontré con un público al que le gustaba mucho el rollo del otro DJ, y yo iba poniendo las cosas nuevas, por lo que hubo un poco de choque", reafirma.

El granadino recuerda diversos directos icónicos en la sala, como el realizado por la artista Tina Turner, aunque se queda con el directo de Depeche Mode por la relevancia que continúa teniendo a día de hoy el grupo británico. Aunque el DJ defiende la "pauta diferente del resto" que marcó la discoteca del Paral·lel, lamenta que su clausura fuera provocada por la falta de inversión en el negocio. "No amortizaban las inversiones, se las llevaban. Llegó un momento en que, económicamente, era inviable", explica.

MÁS DIFÍCIL QUE EN MADRID

Orellana destaca que la cultura de clubbing en la ciudad se encuentra en horas bajas. "Si quitas algunos clubes que hacen sesiones de un estilo determinado, me da un poco de pena. Está copada por personajes que no se sabe de dónde han salido, y que dicen a la gente dónde tiene que ir y qué tiene que hacer", afirma el DJ. "Hay demasiada gente haciendo promoción de la discoteca de turno, pero hay muy poco público asiduo a un local, salvo los que ya tienen una cierta edad", sentencia.

Raúl Orellana en la entrevista con Metrópoli / SIMÓN SÁNCHEZ

Raúl Orellana en la entrevista con Metrópoli / SIMÓN SÁNCHEZ

La capital catalana también sale perdiendo en la comparativa con Madrid. Orellana garantiza que en la capital española hay "más permisividad y facilidad para todo", así como que esta ciudad "siempre nos ha adelantado" en materia de producciones musicales debido a los nombres que han trabajado allí. "En Madrid había unos DJs, unos promotores y unos productores que eran amigos de los A&R de las compañías. Siempre ha pasado eso. Incluso los DJs han acabado siendo más famosos que los de Barcelona, pese a que quienes empezaron con la cultura del club fueron los de aquí", explica.

El pinchadiscos de Studio 54 es muy crítico con el trato del gobierno municipal al ocio nocturno, y tiene una clara petición para los aspirantes a hacerse con la alcaldía tras los comicios de mayo: "Dejen tranquilas a las discotecas". Orellana carga contra la ofensiva municipal a los locales del Frente Marítimo, ya que el futuro de algunos de ellos quedará permanentemente definido como una ampliación del Centro Mediterráneo de Investigaciones Marinas y Ambientales (CMIMA). "Será que no hay sitios para hacer eso sin necesidad de levantarle el local a la discoteca que está dando un servicio, que está asumiendo una cantidad de gente muy importante cada fin de semana". El DJ no duda en comparar el ataque municipal a los locales con la guerra al vehículo privado en la ciudad, e insiste en que "las discotecas también son cultura".

ÉXITO INTERNACIONAL

El sello barcelonés Blanco y Negro Music fue un motor indispensable en el impulso y proyección de la carrera de Orellana. Este 2023, la discográfica cumple 40 años y lo celebrará con la reedición de algunos de sus trabajos más emblemáticos. Entre ellos, se encuentra el Raúl Mix (1987), un álbum que resultó un éxito a nivel nacional y que también tuvo repercusión a escala europea. "Empecé a utilizar la tecnología que había en ese momento, que nadie conocía. Tenía una filosofía relacionada con que el disco fuera bailable, que los temas siguieran una línea determinada que permitiera bailar el disco entero. El Eléctrica Salsa de Off consiguió ser un hit internacional", explica Orellana sobre este trabajo.

Raúl Orellana posa en la Gran Via / SIMÓN SÁNCHEZ

Raúl Orellana posa en la Gran Via / SIMÓN SÁNCHEZ

Al margen de ayudar a la compañía en la producción del relanzamiento, el DJ tiene una dedicación exclusiva a la realización de sesiones. "La producción es algo muy serio, y para producir te tienes que dedicar a eso. Editar temas por editarlos no lleva a ningún sitio", asegura el pinchadiscos. Respecto a la localización de estas sesiones, apunta que "el 80% son en Barcelona", pero afirma que también recibe llamadas de clubes de "Ibiza, Menorca o Madrid".

Orellana medita sobre su futuro. Explica que ya dejó el oficio para dirigir un "sello discográfico que se dedicaba a hacer cosas más chill y recopilatorios de calidad, con un packaging muy cuidado", pero que retomó su carrera de DJ de nuevo a raíz de un "cambio tecnológico brutal". Ahora, indica, se está planteando "dejarlo de nuevo debido a la uniformidad musical" existente. "¿No hay nadie que les enseñe a los niños que hay más cosas que el reggaeton?", se cuestiona un DJ que vio nacer, y morir, un auténtico fenómeno musical y de ocio imborrable en el recuerdo de la generación del baby boom.