Ada Colau
Ada Colau no encuentra su sitio en el Ayuntamiento, tal vez porque es difícil que lo pueda tener. Colau se ha manifestado con virulencia en contra del alcalde socialista Jaume Collboni y no desaprovecha ninguna ocasión para desacreditarle. En su partido, sin embargo, esa posición no acaba de satisfacer. Los comunes se juegan su propia existencia y tratan de jugar con inteligencia. Es posible que Colau pueda ser, de nuevo, la baza para la alcaldía de Barcelona en 2027, pero prima ahora un acercamiento con los socialistas en el Parlament de Catalunya, donde se negocia la investidura como presidente de la Generalitat del socialista Salvador Illa.
Colau se encuentra aislada en su propio partido. Ella misma se ha alejado, con una contribución muy pobre, por ejemplo, en la última campaña electoral de los comunes al Parlament de Catalunya. Está y no está. Figura y se esconde al mismo tiempo. Utiliza las redes sociales para atizar a Collboni, y trata de recuperar su faceta de activista con la guerra en Gaza y a favor del pueblo palestino. Colau, que ha sido la gran bandera de los comunes, puede que sea ahora el lastre de su partido, en el que avanzan los dirigentes que provienen de la antigua ICV, el partido que gobernó durante años con el PSC en el Ayuntamiento de Barcelona.