Sant Andreu recuperará su memoria histórica. El distrito prepara la apertura de un centro de interpretación histórica y otro del Rec Comtal en las casas de la calle del Pont, unas fincas del siglo XVIII y XIX, situadas junto a la parroquia de Sant Andreu del Palomar y justo delante de la plaza de Orfila, que ahora se encuentran en un claro estado de abandono y medio en ruinas. Los edificios son de titularidad municipal y la idea es que una vez recuperados se conviertan en equipamientos para el barrio. La importancia de los inmuebles radica en que son los más antiguos de Sant Andreu.

Según la gerente del distrito de Sant Andreu, Carmen Turégano, este mes de abril ya se dispondrá del primer borrador para ver cómo se puede proteger el conjunto. El documento lo está elaborando el despacho de arquitectos que ganó el concurso organizado por el Ayuntamiento junto al Colegio de Arquitectos de Catalunya. "El borrador se encuentra en un estado muy avanzado. Cuando esté terminado se mostrará a los partidos políticos y a los vecinos", afirma Turégano.

En cualquier caso, en una primera fase, que se tendría que llevar a cabo antes de la finalización del actual mandato, la intención del distrito es hacer una reforma mínima para que en su interior pueda albergar un centro de interpretación histórica de Sant Andreu y otro del Rec Comtal, que durante siglos fue la principal estructura hidráulica para abastecer Barcelona de agua, como explica una exposición en Can Fabra hasta finales de marzo, y llegaba a la ciudad a través de Sant Andreu del Palomar. La vía toma el nombre de la calle del Pont porque por ella estaba el puente del Rec Comtal.

Zona verde, totalmente descuidada, del recinto / HUGO FERNÁNDEZ



Pero este no será el uso definitivo de los edificios. Turégano explica en conversación con Metrópoli Abierta que se llevará a cabo un plan director del recinto para catalogarlos y, posteriormente, acometer una rehabilitación integral. La intención es que los usos históricos que tendrán en primer momento se compaginen en un futuro con otros todavía por concretar. Esta recuperación más a fondo no se ejecutará hasta el próximo mandato. Las próximas elecciones municipales están previstas para el 9 de junio.

Las casas de la calle del Pont, situadas entre los número 2 y 12 de la citada vía, son actualmente un recinto de varias edificaciones con una zona verde, muy descuidada con un antiguo lavadero o depósito de agua, cerrada por un muro o verja. "La importancia de estas edificaciones es que son las más antiguas de Sant Andreu de Palomar que quedan de pie", dice el historiador y vicepresidente del Centre d'Estudis Ignasi IglésiasPau Vinyes, que insiste en la necesidad de que las casas sirvan como centro de documentación del Rec Comtal, principalmente, y de la historia de Sant Andreu.

Fincas de Sant Andreu que se convertirán en equipamientos / HUGO FERNÁNDEZ



Muy cerca de las casas y junto a la iglesia parroquial se encuentra la capilla de los segadores. En 1640 confluyeron en ella un grupo de campesinos llegados de la provincia de Girona y del Vallès. Allí se unieron a otros de Sant Andreu y dieron inicio a una revuelta que desembocó en la guerra de los segadores. El presidente de la asociación de vecinos de Sant Andreu, Santi Serra, defiende recuperar también la capilla y hacer un itinerario histórico entre la capilla y las casas de la calle del Pont. Por ahora no será posible. "No hay ninguna partida presupuestaria prevista para la rehabilitación de la capilla", dice Turégano.

Las casas de la calle del Pont son de propiedad municipal desde 2016, cuando fueron expropiadas por unos 600.000 euros, y están afectadas por una modificación general del Plan General Metropolitano desde 2013. A finales del 2016, el Ayuntamiento derribó las viejas naves de la zona y buena parte de la casa del Pont, 8, especialmente la cubierta y unas escaleras interiores, por riesgo de hundimiento, explicó la gerente en su momento a L'Exprés de Sant Andreu. En aquella época, algunas de las casas estaban okupadas. Algunas se vaciaron voluntariamente y en otras tuvo que intervenir la Guàrdia Urbana en enero del 2017.  

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