Una comunidad de vecinos, al borde de la insalubridad a causa de un cadáver
Denuncian el "desamparo" de las administraciones ante un "olor nauseabundo a putrefacción y descomposición" y las plagas de insectos
28 mayo, 2022 00:00Noticias relacionadas
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Los vecinos del edificio situado en el número 36-35 de la calle de San Adrián del barrio de Sant Andreu de Palomar llevan casi un mes soportando el olor a muerto. El pasado día 7 de mayo los Mossos d'Esquadra encontraron el cadáver de un vecino de 40 años fallecido desde hacía más de dos meses. Abrieron las ventanas y, desde entonces, el hedor "más nauseabundo a putrefacción, descomposición y basura" invade todo el edificio.
Desde el hallazgo del cadáver, los vecinos se encuentran en una situación de "desamparo" por parte de las administraciones. Durante dos semanas han luchado para que se tomen medidas. Han pedido ayuda al Ayuntamiento de Barcelona, Habitatge de Catalunya (ente propietario del edificio de protección oficial) e incluso al juzgado de guardia encargado del caso. Reclaman que se autorice la "urgente e imprescindible limpieza y desinfección del inmueble", pero, según ellos, "las llamadas se eternizan sin dar más opción que la queja escrita y la denuncia sin cita presencial".
SIN PREVISIÓN DE LIMPIEZA
Según explica Eduardo J.García, vecino que se ha puesto en contacto con Metrópoli, el fallecido era "una persona con problemas psiquiátricos". Tal y como confirmaron los Mossos el día del levantamiento, padecía "síndrome de Diógenes". Estaba "tutelado por los servicios sociales", que "controlaban su evolución, pero que no se preocuparon por su salud mental", relata García.
El residente de esta finca, en la que habitan alrededor de 35 inquilinos, explica que la mayor parte de ellos han presentado quejas e instancias para solventar el problema de salubridad que no les deja vivir. A pesar de ello, las administraciones coinciden en que, hasta que el juez no lo autorice, no podrán entrar en el piso para limpiarlo. La situación se encuentra en stand by y, según han informado a estos vecinos, la autorización puede tardar en llegar de uno a seis meses.
UN OLOR QUE "SE QUEDA EN LA MEMORIA"
Mientras esperan a un comunicado oficial, la situación se agrava. Tal y como explica J. García, "es un olor que lo impregna todo, nauseabundo, que se queda en la garganta y la nariz durante todo el día y que llega a la manzana siguiente". "Al principio lo atribuíamos a los excrementos de perro del jardín colindante, pero ahora llega hasta la calle. Los transeúntes empiezan a hacer comentarios al respecto y se cuestionan qué puede oler tan mal", explica el afectado. Eduardo también añade que uno de los policías les dijo que era un olor que iba a permanecer mucho tiempo "porque se queda en la memoria".
El hedor del cadáver, que estuvo descomponiéndose durante 60 días, a raíz de un suicidio –según fuentes vecinales–, no permite que los residentes de la finca puedan airear sus casas. Explican que el fallecido era un hombre que "vivía encerrado y nunca abría las ventanas". Por lo que "el olor ha quedado impregnado en el piso". Por si fuera poco, una "plaga de larvas y cucarachas ha invadido la planta baja del edificio". También las moscas suben hasta los pisos superiores, cuentan.
TEMEN UNA POSIBLE OKUPACIÓN
Los residentes de este bloque también temen que se produzca una okupación. "Los Mossos dejaron la puerta y la ventana que da a la galería abiertas, pero las terminaron cerrando porque una vecina insistió tras el levantamiento del cuerpo. A pesar de ello, el balcón sigue abierto. Tampoco han precintado ni tapiado la zona por lo que podrían entrar okupas, como ha pasado en anteriores ocasiones en el edificio". lamenta Eduardo.
El vecindario denuncia que esta situación "atenta contra la salud pública y la dignidad de las personas". Por eso piden "medidas inmediatas" y que "se aceleren los tramites" porque es "insostenible". "No podemos esperar de uno a seis meses, pues, cada día, cada hora, cada minuto es un suplicio", lamenta el portavoz de la finca.
TRÁMITES PARA LIMPIAR EL PISO
Habitatge de Catalunya ha informado a Metrópoli que el juzgado autorizó este jueves, 26 de mayo, la apertura del piso. Este viernes, 27 de mayo, unos técnicos han acudido al inmueble para cambiar el bombín de la puerta y cerrar la ventana, a petición de los vecinos por los malos olores y el temor a las okupaciones.
El órgano de vivienda de la Generalitat de Catalunya también ha explicado a este medio que la limpieza del piso se alargará más de lo habitual, ya que se precisa un tipo de limpieza especial, que requerirá un tipo de contrato de limpieza más caro y diferente. De momento, una empresa especializada acudirá a realizar un presupuesto.
Además, Habitatge deberá iniciar los trámites para recuperar la posesión de la propiedad del domicilio.