Situado en el distrito homónimo, el barrio de Sant Andreu de Palomar ha sido tradicionalmente un baluarte de los comunes desde que se presentaron por primera vez en 2015 a las elecciones municipales. La antigua fábrica de la Fabra i Coats, ahora reconvertida en pisos de protección oficial, una escuela y varios servicios para el barrio, ha albergado en pasadas elecciones la sede electoral del partido que lidera Ada Colau.

Ha sido, a su vez, uno de los buques insignia de los morados, pues desde su fundación ha salido como la formación más votada. Las pasadas elecciones de 2019 no fueron una excepción, aunque sí comenzó a verse un cambio de paradigma, y es que los republicanos de Ernest Maragall le disputaron duramente el control del barrio. Tanto, que en los anteriores comicios Barcelona en Comú logró el apoyo del 23,7% del electorado, mientras que ERC se quedó solo a una décima, con un 23,6%. Le siguieron el PSC, con un 19,5%, C's con el 10,9%, Junts (7,9%), CUP (4,3%) y PP (4,1%). Vox obtuvo solo el 0,8% de los votos emitidos. 

Metrópoli ha salido a la calle a preguntar a los vecinos de lo que antaño fue un pueblo para preguntar por los principales problemas de los que sufre el barrio, su valoración de la gestión municipal y para conocer por qué opciones se decantarán el 28 de mayo.

PORTA A PORTA

El próximo domingo, sin embargo, las tornas podrían cambiar. La actual alcaldesa de Barcelona ha consumado a lo largo de este último mandato varios proyectos que han levantado ampollas entre un sector de los vecinos, como es el caso del polémico Porta a portael sistema de recogida de basuras con vigilancia mediante código QR y que quitaba la libertad a los vecinos de deshacerse de sus residuos cuando consideraran conveniente, la pacificación de la calle de Gran de Sant Andreu --uno de los principales ejes comerciales del barrio--. A consecuencia de esta última, son varias las calles que han tenido que cambiar el sentido de la circulación.

Estas medidas han dividido a los vecinos, originando tanto admiradores como detractores de las iniciativas. Los comicios del próximo domingo pueden suponer la consolidación del poder de las fuerzas predominantes o, por el contrario, la pérdida de la hegemonía de ERC y los comunes. Buena parte de las encuestas electorales prevén un triple empate técnico entre Colau, Trias y Collboni, lo que obligará a la constitución de alianzas para liderar la capital catalana durante los cuatro próximos años. 

UN BARRIO TRANQUILO

Con todo, la mayoría de las personas consultadas coinciden en situar la limpieza y la seguridad, siguiendo la tónica general en toda la urbe, como las principales preocupaciones. Años después desde su ejecución, el Porta a porta sigue en el centro de la polémica, por lo que su derogación está en boca de varias de las personas consultadas. Otras, no obstante, lo defienden como una gran oportunidad para incrementar el índice de reciclaje de los vecinos. 

Sin embargo, lo que este medio ha podido comprobar es una cierta conformidad con el estado actual de las cosas. Sant Andreu continúa siendo, en términos generales, un barrio tranquilo, algo que los vecinos parecen agradecer.

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