En los barrios de Besós - Maresme y Diagonal Mar empieza a crecer entre los vecinos un cierto sentimiento de abandono por parte de las administraciones municipales. De un tiempo a esta parte, es habitual ver por las calles a personas con síntomas de drogodependencia. Y aunque no se sienten especialmente molestos por su presencia, si lo están por el hecho de que algunos de ellos recurren a los pequeños hurtos para, presuntamente, conseguir su dosis diaria.
Algunos vecinos denuncian que han sido asaltados dentro de los edificios en los que viven, otros en plena calle, e incluso alguna farmacia de la zona ha sufrido algún percance similar, siempre protagonizados por personas drogodependientes. Las quejas de los vecinos, que se han dirigido a los responsables del distrito, han recibido respuestas vagas y desesperanzadoras. Según la administración del distrito de Sant Martí, los asuntos este calibre se llevan en el Ayuntamiento de Barcelona, por lo que ellos poco pueden hacer.
Ha sido una de las portavoces de la Plataforma Diagonal Mar, Mari Carmen García, la que ha puesto el tema sobre el tapete ante los responsables municipales. “Estamos rodeados de toxicómanos, hay robos en las calles y en las tiendas. Algunos incluso entran en los edificios para robar a los vecinos. Y no son indigentes, son drogadictos, se les nota”.
Los vecinos también denuncian que se encuentran “jeringuillas en los parques y en las zonas ajardinadas. Además, la parte que está sin vallar del parque Diagonal Mar es un centro de encuentro para ellos. Y cuando no están ellos, se reúne gente para hacer botellón. Lo hemos denunciado a la Guardia Urbana, pero de momento no han hecho nada. La droga no está solo en el Raval, ya ha llegado a este barrio”.
La Plataforma señala a algunos grupos de traficantes que actúan en la zona de Besós – Maresme y utilizan algunos pisos como centro de sus operaciones. De hecho, los vecinos consideran que en esta problemática también debe actuar el Gobierno municipal de Badalona, ya que está ciudad también está afectada por el problema que se genera en el barrio fronterizo entre las dos ciudades. Por ello, las asociaciones de vecinos de los barrios afectados también han pedido al consistorio badalonés que actúe para acabar con la delincuencia ligada a la drogadicción existente en la zona.
CRITICAS DE LA OPOSICIÓN
Los grupos de la oposición del distrito han salido en defensa de los ciudadanos y han pedido a los responsables del Gobierno del distrito que tomen las medias adecuadas y que no se limiten a decir que este tipos de asuntos corresponden al Ayuntamiento de Barcelona.
Tanto grupos políticos de la oposición como asociaciones vecinales consideran que el Ayuntamiento del Distrito ha incumplido sistemáticamente las promesas hechas a los vecinos, a los que ha llegado a acusar de intentar estigmatizar a los drogodependientes con sus acusaciones. Sin embargo, tanto los grupos de la oposición como de los vecinos consideran que está acusación es infundada, ya que ellos lo único que quieren es que los drogadictos no comentan delitos.
EL DOBLE DE CONSUMO
El Gobierno reconoce que el problema existe, pero asegura que se está solucionando. Según la consejera Eva Campos, de Barcelona en Comú, “el problema se detectó a principio de verano ya que había indicios de venta de estupefacientes ya que el consumo se había doblado. Se envió a la policía y se encontró a una familia que vendía. Una vez detectada, se le obligó a dejar de vender. Se ha reducido el consumo y el material que se encuentra en la calle ha pasado de 150 a 60”.
Sin embargo, estas explicaciones no convencen a los vecinos, que aseguran que los drogodependientes siguen muy presentes en la zona, lo que significa que continúan comprando droga en los alrededores.
Y hay quién asegura que a los enfermos “les dan la metadona en el CAP y cuando salen de allí se van al edificio de enfrente y se compran la droga”.
Otra grave acusación lanzada contra el Gobierno municipal es que se ha detectado a menores “implicados en la venta de la droga”.