Recreación digital del proyecto de tanatorio de Sants, en Barcelona

Recreación digital del proyecto de tanatorio de Sants, en Barcelona

Sants - Montjuïc

La polémica funeraria que abrirá en Sants ya tiene licencia

El tanatorio se instala en el antiguo Happy Parc, que fue el primer parque de bolas de Barcelona

13 febrero, 2020 22:13

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La funeraria que está previsto que abra en la calle de los Comtes de Bell-lloc, 76-79, en el distrito de Sants-Montjuïc, ya tiene la licencia municipal. El nuevo tanatorio se instalará en el antiguo Happy Parc, que fue el primer parque de bolas de Barcelona.

Como avanzó en exclusiva Crónica Global el pasado 7 de febrero, el equipamiento lo promueve Funeraria San Ricardo, una empresa poco conocida en el sector que fue creada hace dos años por la familia Almirall Bellido, propietaria de la inmobiliaria Almirall Lluch.

LA MOVILIDAD, UN PROBLEMA

La apertura del tanatorio no ha sentado nada bien entre los vecinos. El presidente del Centre Social de Sants, Josep Maria Domingo, crítica el emplazamiento porque una zona como el barrio de Sants, con calles son estrechas, "no podrá aguantar la elevada movilidad que generan estos equipamientos, con movimientos constantes de coches fúnebres y de los familiares de los difuntos”.

Cuando Domingo hizo estas declaraciones, solo constaba una licencia de obras concedida en febrero de 2019 para la "reparación de una cubierta de tejas mediante la colocación de un andamio tubular, informó el Ayuntamiento. Ahora, el tanatorio ya podrá abrir cuando termine la reforma.

EDIFICIO MODERNISTA

La funeraria se instala en un edificio modernista que forma parte del patrimonio de la ciudad. Esto significa que los elementos arquitectónicos que están protegidos no se pueden tocar. Los promotores tienen previsto abrir cuatro velatorios repartidos en dos plantas, unos 1.000 metros cuadrados.

El cierre del Happy Parc se conoció el pasado septiembre. El espacio llevaba abierto unos 25 años y era muy conocido en Sants. El aumento de un 300% del precio del alquiler llevó a los titulares del negocio a bajar la persiana a pesar de que los vecinos reunieron unas 2.000 firmas.