El Ayuntamiento de Barcelona recula en Poble-Sec y eliminará un polémico entorno pacificado en la calle de la Bòbila. La zona de la Escola Sant Francesc Xavier, donde el anterior consistorio cortó el tráfico, se había convertido en un foco de delincuencia e incivismo.

Ahora, la idea es que vuelvan a circular coches por la calle y se retiren los bolardos, aunque se mantendrán las jardineras y el mobiliario a la salida de la escuela. No se ha especificado si a la hora de entrada de los alumnos en la escuela los coches podrán circular o se cerrará el tráfico.

DENUNCIA DE METRÓPOLI

Esta misma semana, la Asociación de Vecinos del Poble-sec explicaron a Metrópoli que los problemas de convivencia son frecuentes en este espacio.  No obstante, remarcan que la culpa no es del entorno pacificado, sino de una mala gestión de la seguridad: "Antes, los problemas eran en la plaza del Doctor Pere Franquesa, pero a raíz de la pacificación se han trasladado aquí. Con la eliminación de la superilla no se solucionaría nada. Queremos más controles para erradicar el incivismo".

Las obras acabaron hace seis meses con la introducción de unas jardineras, travesías y pilones que facilitaban el acceso al centro. Sergi Gàzquez, el portavoz de la asociación vecinal, remarcó a este digital la importancia de que se tomen medidas para garantizar la seguridad y el descanso de los residentes del barrio. "Tenemos un problema muy grande con las llamadas al 112 y la falta de efectivos policiales. Estamos hartos de alertar y que no vengan a ayudarnos", lamentó el representante de la organización. 

MÁS ENTORNOS PACIFICADOS FRACASADOS

No es la primera vez que los vecinos de Barcelona estallan por los problemas de convivencia a raíz de un espacio pacificado. En la Gran Vía de les Corts Catalanes se vivió una situación similar. El calvario empezó a raíz de las obras del túnel de Glòries, ya que los residentes tenían problemas de contaminación acústica por culpa del tráfico constante de coches. 

La dirección del área de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad, de la mano de Janet Sanz, optó por construir un entorno pacificado poniendo unas tirolinas una vez finalizaron las construcciones. El lugar se convirtió en un punto de encuentro para hacer botellones y el gobierno local lo clausuró, de la misma forma que ahora ha puesto fin a este entorno del Poble-Sec.

Noticias relacionadas