Las obras de Can Batlló ponen en jaque una zona verde con más de 63 años de historia

Las obras de Can Batlló han puesto en jaque una zona verde con más de 63 años de historia en Barcelona. Los residentes de la calle de Mossèn Amadeu Oller luchan para preservar el espacio, todo un símbolo de resistencia vecinal en plena dictadura y que ahora corre peligro por la construcción de un bloque de viviendas cooperativas. "Fue la primera victoria vecinal de la Bordeta y es un pulmón verde para el barrio", dice Pau, miembro de la asociación Salvem el carrer Mossèn Amadeu Oller.

El pasado histórico de esta calle se remonta a 1961. En esa época franquista, las protestas ciudadanas se empezaban a asomar tímidamente en la capital catalana. Los vecinos de la Bordeta fueron pioneros en este tipo de acciones y consiguieron que la calle de las Panes -- donde actualmente se encuentra la calle de Mossèn Amadeu Oller-- pasara de ser un canal a un parque lleno de árboles. Este cambio fue tan importante que se instaló una placa conmemorativa que estuvo vigente hasta diciembre de 2016, cuando se incendió la nave que hay entre Can Batlló y la calle de Mossèn Amadeu Oller.

UNA REIVINDICACIÓN HISTÓRICA EN LA BORDETA

Esta victoria marcó un antes y un después en la Barcelona de aquel entonces y abrió paso a nuevas reivindicaciones que ayudaron a transformar los barrios del distrito. Actualmente, esta calle es una de las zonas verdes más importantes de la Bordeta, pero sus 350 metros cuadrados están en riesgo. ¿El motivo? El Ayuntamiento de Barcelona prevé construir un edificio de viviendas cooperativas. "Cuando vimos el mapa de las obras, nos pensábamos que lo estábamos entendiendo mal. Nos parecía imposible que el consistorio no hubiese tenido en cuenta las peculiaridades de la calle para las obras de Can Batlló. Hicimos la consulta y nos lo confirmaron. No nos lo podíamos creer", lamenta Pau.

La calle de Mossèn Amadeu Oller llena de gente en el siglo XX CEDIDA

Desde la entidad son plenamente conscientes de la necesidad de que haya pisos sociales para garantizar el derecho a la vivienda a todo el mundo, pero consideran que hay que encontrar un equilibrio para que los vecinos de la Bordeta no pierdan una de las calles más importantes del barrio. Es por este motivo que pretenden modificar el Plan Urbanístico, manteniendo la anchura de la acera, dando prioridad a los peatones y siguiendo el legado del proyecto que tanto esfuerzo costó a los padres y abuelos de los vecinos. "No estamos dispuestos a renunciar a una conquista con tanta trascendencia", dicen en su manifiesto.

LOS PROTAGONISTAS DE LA REVUELTA VECINAL

Aurora Ribas es una mujer de 87 años que, en los años 60, fue una de las pioneras de la revuelta vecinal: "Querían construir un edificio y todos los vecinos decidimos que esto no podía ser. Este es un espacio que disfrutamos mucho por su proximidad con las casas, era como si fuera nuestro jardín. Sería una pena que todo esto se perdiera", dice en un vídeo difundido en redes sociales.

Los vecinos de la Bordeta plantan flores en la calle de Mossèn Amadeu Oller CEDIDA

Desde la asociación Salvem el carrer Mossèn Amadeu Oller aseguran que el consistorio reconoce la legitimidad de este espacio como bien patrimonial, pero ve complicaciones a nivel jurídico-urbanístico. Fuentes del departamento de Urbanismo aseguran a este digital que están valorando cuáles son las posibilidades de hacer cambios en este entorno: "En el momento en el que las tengamos, las pondremos en común con los vecinos y con la cooperativa de la vivienda para buscar soluciones a partir de las opciones que se puedan plantear".

UNA LÍNEA ROJA QUE LOS VECINOS NO CRUZARÁN

Los afectados están dispuestos a dialogar, pero hay una línea roja que no están dispuestos a cruzar: la calle de Mossèn Amadeu Oller debe mantenerse tal y como está, ya que hay un "consenso absoluto" en el barrio.

José, otro vecino de la Bordeta, tampoco se muestra conforme con la construcción de las nuevas viviendas y apuesta por ampliar aún más la zona verde con más parques para que los niños puedan jugar. En cualquier caso, la asociación cree que la solución tiene que venir por parte del Ayuntamiento. Mientras tanto, sus miembros seguirán dando guerra en los Consells de Barri.

Los vecinos de la Bordeta en un Consell de Barri CEDIDA

También han organizado movilizaciones y otras creativas acciones de protesta, como una plantación de flores de hace dos semanas, en la que participaron más de un centenar de vecinos. La lucha vecinal de la Bordeta es a contrarreloj, ya que la construcción de viviendas se iniciará en el último trimestre del año. "Sabemos que hay voluntad política para solucionar este problema, ahora solo nos falta que se convierta en una realidad, estamos impacientes para saber el veredicto", concluye Pau.